¿De dónde viene el dinero que gano en bolsa y adónde va lo que pierdo en bolsa?
Muchas personas se preguntan de dónde viene el dinero que ganamos en la bolsa, quién nos lo paga, hacia dónde va el que perdemos en bolsa y quién se queda con él. Esa pregunta va ligada a la idea de que lo que gana alguien lo tiene que perder otro.
En realidad, solamente en contadas ocasiones lo que unos ganan lo pierden otros. Veamos cómo se produce el proceso de ganar y de perder dinero en bolsa para comprenderlo.
¿Qué pasa cuando se produce la adquisición de unas acciones?
Las acciones se pueden adquirir de muchas formas. Por ejemplo, se pueden conseguir gratuitamente en una herencia o en una donación. Pero lo más habitual es que se adquieran a cambio de algo. Así, por ejemplo, una persona puede obtener acciones de una empresa a cambio de aportar dinero, bienes, determinados derechos o incluso acciones de otra empresa al patrimonio de una sociedad. Es decir, las recibe a cambio de entregar otra cosa.
La forma más común de transmitir la propiedad de unas acciones es a través de una compraventa en la que el comprador las adquiere a cambio de pagar un precio al vendedor.
El vendedor se desprende de ellas porque piensa que el dinero que le ofrece el comprador vale tanto o más que lo que le pueden ofrecer las acciones. El comprador se desprende de su dinero porque cree que lo que le pueden ofrecer las acciones es de tanto o más valor que el dinero que ofrece a cambio.
¿Qué es lo que nos pueden ofrecer unas acciones?
Las acciones incorporan unos derechos. Sus propietarios tienen derecho a participar en la vida de la sociedad, en su toma de decisiones. Si tienen muchas acciones o pactos con otros accionistas, pueden incluso controlar esas decisiones. Además, tienen derecho a cobrar dividendos y a recibir un dinero si se liquida la empresa. Y tienen derecho a desprenderse de las acciones, de manera que puedan obtener un dinero a cambio.
Lógicamente, cuando adquirimos unas acciones, no sabemos con certeza en qué se van a materializar esos derechos. Por ejemplo, no sabemos exactamente los dividendos que vamos a cobrar, ni las decisiones que podrán estar a nuestro alcance durante todo el tiempo en el que seamos propietarios de las acciones.
Sin embargo, sí que tendremos unas expectativas de lo que pueda suceder con nuestras acciones, de las posibilidades que nos darán. En función de esas expectativas estaremos dispuestos a pagar más o menos dinero por las acciones.
Podemos decir que el precio que se paga por las acciones en la bolsa refleja las expectativas que hay en un momento dado en el mercado del valor de lo que pueden ofrecer esas acciones a sus sucesivos propietarios en el futuro.
Ese precio refleja el valor de lo que puedan ofrecer a los sucesivos propietarios porque, aunque solamente seamos propietarios durante un breve tiempo de las acciones, cuando las vendemos, obtenemos a cambio un precio que refleja la expectativa del valor de lo que podrá obtener de esas acciones el comprador.
¿De dónde vienen las ganancias y las pérdidas de la bolsa?
Las ganancias y las pérdidas de la bolsa vienen de la evolución de las expectativas sobre las acciones. Cuando las adquirimos, esperamos recibir a cambio en el futuro unas ventajas que tienen el mismo valor en el mercado que el precio que pagamos por ellas. A medida que va pasando el tiempo llegan informaciones que hacen variar esas expectativas. Ese cambio nos llevará a ganar o perder.
Un aspecto muy importante es la evolución de las expectativas de beneficios y de reparto de dividendos. Si se espera la llegada de más dividendos de los que se esperaban, las acciones suben, y bajan si llegan noticias que hacen esperar que las acciones nos darán menos dividendos en el futuro.
También es importante el momento en el que se espera que lleguen esos dividendos. Por ejemplo, si una empresa tiene un proyecto que se espera que redunde en mayores dividendos en una fecha y, posteriormente, llegan noticias de que el incremento de dividendos se hará esperar, las acciones caerán de precio. Subirán de precio si se piensa que los frutos del proyecto se adelantan.
Otro aspecto que influirá será el grado de certeza que se tenga. Por ejemplo, nuevas noticias pueden afianzar nuestras expectativas o las pueden envolver en un mayor grado de incertidumbre. La menor certidumbre hace caer el precio de las acciones, la certeza las hace subir, porque la mayoría de los inversores son aversos al riesgo.
Y también influyen las variaciones sobre las expectativas de los tipos de interés. Si llegan noticias que indican que los tipos de interés van a ser más altos de lo previsto inicialmente, eso provocará una bajada del precio de las acciones. Si se espera unos tipos más bajos, eso hará subir su precio. Las acciones prometen ventajas en el futuro. El tipo de interés nos marca cuánto valen hoy esas ventajas futuras. Cuanto más altos se prevea que van a ser los tipos de interés, menos se valoran hoy esas ventajas futuras.
Todos estos factores deben considerarse siempre que se mantenga todo lo demás. Por ejemplo, si se espera que se retarde la llegada de beneficios, pero se esperan unos beneficios mucho más cuantiosos, eso puede hacer subir el precio de las acciones.
Por lo tanto, en la mayoría de los casos, no pierde nadie lo que nosotros ganamos, simplemente ganamos porque las expectativas sobre la empresa mejoran. Y, del mismo modo, un empeoramiento de las expectativas es el causante de que perdamos en bolsa, no que haya alguien que se quede con lo que perdemos.
¿Qué sucede con las burbujas financieras?
En una burbuja financiera buena parte del incremento del precio de las acciones se debe a una expectativa de que van a seguir subiendo que se alimenta a sí misma. Si la gente piensa que van a subir compra más y, al demandarse más esas acciones, su precio sube, lo que alimenta nuevas expectativas de subida.
Al no estar esa subida respaldada por mejoras en las expectativas de lo que realmente puedan ofrecer las acciones, más allá de una subida de su precio, llegará un momento en el que la burbuja se pinche y los precios caigan hasta un precio que refleje lo que realmente pueden ofrecer las acciones. Quienes compraron las acciones a precios altos habrán perdido mucho dinero. Ese dinero lo han ganado sucesivos propietarios anteriores de las acciones que han ido vendiendo a precios altos antes de pinchar la burbuja.
¿Existen otros casos donde lo que gana uno lo pierde otro?
Sí, existen algunos casos menos frecuentes. Algunos son ilegítimos e ilegales, como el empleo de información privilegiada. Quien goza de información privilegiada podría comprar o vender a un precio ventajoso porque hay gente que no conoce la información y que cobrará menos o pagará más de lo que lo haría si conociese esa información.
Otro caso ilegal es el que se produce en operaciones en las cuales se colocan acciones en el mercado suministrando información falsa, normalmente en ampliaciones de capital o en ofertas públicas, para que el accionista que controla la empresa (y la mayor información sobre ella) se desprenda de las acciones.
También se pueden producir acuerdos legítimos que hagan que unas acciones pierdan valor en beneficio de otras. Por ejemplo, se puede pagar más por unas que faciliten el control de la empresa. Quien rompe un acuerdo con alguien con el que controlaba la empresa en favor de otros hará perder valor a las acciones de sus antiguos socios y normalmente recibirá ventajas del nuevo acuerdo en perjuicio de aquellos con los que tenía acuerdos.