Cumbre del Clima de Madrid: Cómo consumir de una forma más sostenible y económica
La Cumbre del Clima 2019, que se está celebrando en Madrid bajo el lema “Tiempo de actuar”, tiene como objetivo que los países presenten sus compromisos y ultimen las reglas necesarias para implementar el Acuerdo de París en 2020. A nivel individual, esta cumbre puede ser un buen momento para reflexionar sobre los hábitos de consumo propios y ver cómo se pueden gestionar las finanzas personales de una manera sostenible y responsable con el medio ambiente.
La cesta de la compra
Es una de las principales partidas de cualquier presupuesto personal. Elegir qué se va a comer y dónde se va a comprar, parece una cuestión sin importancia, pero no lo es. ¿Por qué?
- Exceso de plástico:
Según datos de Greenpeace, se estima que en 2020 se superarán los 500 millones de toneladas anuales de plástico, lo que supondría un 900% más que los niveles de 1980. La producción masiva de este material contaminante tiene consecuencias nefastas para el medio ambiente, especialmente en los ecosistemas marinos y está muy presente en la cesta de la compra en forma de envases, bolsas y envoltorios. Reducirlo es beneficioso para el entorno y también para el bolsillo.
La compra a granel en establecimientos especializados donde los clientes acuden con sus propias bolsas, es una buena opción para reducir la presencia de plástico en el hogar. Este tipo de locales suponen un ahorro para los usuarios ya que permiten que cada uno se lleve la cantidad exacta que va a consumir y, de esta forma, se evita, además, el desperdicio de alimentos. Otras medidas como sustituir el agua mineral en botellas de plástico por agua filtrada o reducir el consumo de cápsulas de café a favor del café en grano, supondría la eliminación de algunos “gastos hormiga” y un alivio para el medioambiente.
- Productos locales
Comprar alimentos de proximidad y temporada, es mucho más sostenible que adquirir productos de otros continentes cuyo transporte supone un daño considerable para el ecosistema. La asociación ecologista Amigos de la Tierra ha creado una calculadora que informa a los consumidores de las emisiones que producen los alimentos importados que han adquirido. Apoyar la producción local y comprar productos de temporada sale más barato y es más sostenible.
- Reducir el desperdicio
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en todo el mundo se desperdician cada año más de 1.300 millones de toneladas de alimentos. Para evitar este derroche, cada persona debería planificar su menú semanal, comprar solo los productos que necesite sin dejarse llevar por impulsos, evitar que los alimentos se estropeen almacenándolos y/o congelándolos adecuadamente y aprovechar las sobras para hacer otras recetas.
Seguir las pautas de un consumo más responsable trae muchos beneficios para el medio ambiente y la economía personal. En el nuevo capítulo de Edufin Podcast se habla en profundidad sobre cómo consumir de forma consciente, con criterios sociales y medioambientales y qué ventajas conlleva seguir estos comportamientos.
Transporte
Es uno de los factores de la vida cotidiana que más emisiones de CO2 arroja a la atmósfera. En 2018, las emisiones alcanzaron un nivel récord de 33.143 millones de toneladas de CO2, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Reducir semejantes cifras es tarea de todos con gestos sencillos destinados a minimizar la huella de carbono personal.
Todo el mundo necesita transportarse, pero si no es posible moverse a pie o en bicicleta, la elección del vehículo marca la diferencia. Reducir el uso del coche privado a favor del transporte público, es un gesto de ahorro que además es beneficioso para el medioambiente. Si no es posible, siempre se puede plantear compartir el coche en los trayectos al trabajo con otros compañeros o en desplazamientos más largos a través de empresas.
Consumo de energía
Se trata de otro aspecto de la vida cotidiana en el que se puede ahorrar de una forma respetuosa con el medio ambiente. Las opciones son muy variadas. Una de ellas es optar por las energía renovables como las que propone Greenpeace, con el consiguiente alivio económico para sus usuarios. En todos los casos, el ahorro de energía puede conseguirse a través de pequeños gestos como la compra de bombillas eficientes, la optimización del aire acondicionado, la reducción del tiempo empleado para la ducha o el apagado total de los aparatos eléctricos para evitar el gasto que produce el ‘stand by’.
Ya lo dice el lema de la Cumbre del Clima 2019: es tiempo de actuar. A primera vista, puede parecer que un gesto individual no sirve para nada, pero consumir de una forma responsable y sostenible, supone una gran diferencia para el medioambiente y la economía. Ahora, más que nunca, cada gesto cuenta.