¿Cuántos amigos puedes tener? La respuesta está en tu cerebro
Los buenos amigos pueden contarse con los dedos de una mano. Robin Dunbar, antropólogo de la Universidad de Oxford, ya teorizaba en los años noventa que el número de amigos íntimos que puede tener un individuo está entre 3 y 5. Las redes sociales están cambiando la forma en la que las personas nos relacionamos, tanto en el número como en la calidad. Un reciente estudio de un grupo de investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid concluye que la capacidad cognitiva y el tamaño del cerebro marcan la cantidad y la calidad de nuestras relaciones sociales.
La Teoría del Cerebro Social de Dunbar establecía el número de amigos que el cerebro es capaz de manejar. Este indicador se conoce como “número Dunbar” y diferencia además por círculos de amistad en función de la intensidad y la implicación de las personas. El antropólogo británico demostró su teoría con diferentes grupos de primates y extrapoló los resultados al ser humano. De esta forma, y dependiendo de la capacidad del cerebro, cada persona tendría en torno a 3 o 5 amigos íntimos, unas 10 buenas amistades, un grupo más amplio de 50 amigos cercanos y un centenar de conocidos. Es decir, un máximo de 150 amigos.
Anxo Sánchez, catedrático de Matemáticas de la Universidad Carlos III, lidera el proyecto DUNDIG que ha conseguido demostrar esta teoría, investigación apoyada por una de las Ayudas a Equipos de Investigación Científica de la Fundación BBVA. “Hasta ahora había muy poca evidencia empírica para los círculos de Dunbar. Por eso, el objetivo de nuestro proyecto es intentar verificarlo con datos reales, y eso es lo que estamos logrando”, afirma Sánchez.
Los resultados de este estudio se han incluido en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS), la publicación oficial de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Sánchez y su equipo han sido los primeros en emplear una teoría matemática para predecir comportamientos sociales. “Es la primera vez, hasta donde sabemos, que una teoría puramente matemática predice un fenómeno o estructura social”, señala el catedrático.
Las redes sociales amplían el número de conocidos pero reduce el de amigos
La investigación, basada en datos extraídos de las redes sociales, ha comprobado que las nuevas tecnologías están permitiendo aumentar el número de relaciones interpersonales, pero a costa de disminuir la implicación en esas amistades. “No podemos tener relaciones con unas 150 personas y que todas sean íntimas. Por tanto, si se tienen muchísimas relaciones, tiene que ser al coste de que casi todas sean superficiales”, apunta Ignacio Tamarit, del Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos de la UC3M y coautor del estudio.
Las redes sociales amplían el número de conocidos pero reduce el de amigos
“Evidentemente, nadie tiene ni tiempo ni capacidad cognitiva para relacionarse ni para revisar el perfil de Facebook de miles de personas”, completa Anxo Sánchez. Según esto, el uso de las redes sociales está configurando la forma de relacionarnos y redistribuyendo el esfuerzo que cada persona dedica a sus amistades. Si bien tener más amigos no afecta al primer círculo de amigos íntimos, plataformas como Facebook hacen que empleamos más tiempo a nuestros conocidos en detrimento de los amigos habituales. Por lo tanto, ahora podemos tener más amigos pero nuestras relaciones serán más triviales.
La investigación también ha comprobado el efecto contrario: en comunidades pequeñas, se reduce el número de amistades pero las relaciones son de mayor intensidad. “La teoría predice algo que no se había comprobado hasta ahora: si tú tienes pocos posibles amigos, van a ser todos amigos íntimos”, afirma Sánchez.
Para comprobarlo, estudiaron el comportamiento de comunidades aisladas. Tomaron como ejemplo la comunidad búlgara asentada en Girona y pudieron apreciar que las relaciones de amistad se establecían básicamente entre sus miembros, un número reducido, pero que la implicación de los individuos en esas relaciones era muy alta. Prácticamente todos los miembros de la comunidad eran mejores amigos.
Los datos extraídos de estas investigaciones están permitiendo entender el comportamiento de las personas en redes sociales, los patrones de comunicación y cómo están evolucionando, y podrían tener aplicaciones en campos como el marketing o el diseño de organizaciones. La idea de Anxo pasa ahora por profundizar en el estudio del tiempo necesario que hay que dedicar a cada círculo de amistad y, sobre todo, cómo es la calidad de ese tiempo.