¿Cuáles son las tareas pendientes de la UE antes de 2019?
La Comisión Europea entra en la última fase de su mandato. Los comisarios que tomaron posesión de su cargo en 2014 abandonarán su puesto tras los próximos comicios europeos (en mayo de 2019). Antes de que los actuales miembros de la Comisión y el Parlamento Europeo puedan ser renovados, ambas instituciones ultiman la negociación y aprobación de algunas de las medida prioritarias para la Unión Europea.
La actuación de la Comisión Europea durante los últimos años ha girado en torno a las diez prioridades estratégicas que marcó al inicio de su mandato en 2014. Estas son: empleo, crecimiento e inversión; mercado único digital; Unión de la Energía y el Clima; mercado interior; una Unión Económica y Monetaria más justa y más profunda; una política comercial equilibrada; justicia y derechos fundamentales; una Agenda Europea de la migración; una interlocución de mayor peso en el escenario mundial y una UE más democrática.
A pesar del trabajo realizado desde entonces, aún quedan por aprobarse algunas iniciativas importantes. Las instituciones europeas confían en que podrán ser negociadas y aprobadas antes de las elecciones al Parlamento Europeo del año próximo. A continuación se ofrece un repaso de dichas asignaturas pendientes:
1. Medidas prudenciales
- Implementación de Basilea III: los trílogos (reuniones entre Comisión Europea, Parlamento Europeo y Consejo de la UE) han empezado este verano y, a partir de septiembre, habrá uno o dos al mes. El objetivo es fijar las líneas rojas de cada institución y establecer una agenda de negociaciones. Se espera que el acuerdo esté listo antes de Navidad y que el paquete regulatorio quede totalmente aprobado antes de las elecciones al Parlamento Europeo.
- Reducción de los ‘non-performing loans’ (NPLs): en marzo la Comisión propuso una serie de medidas para abordar los préstamos dudosos en Europa con el objetivo de evitar su acumulación en el futuro. El paquete se encuentra en fase de negociación en el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE (las dos instituciones con poder legislativo en la UE). El objetivo es alcanzar un acuerdo político como muy tarde en diciembre de este año.
- Mecanismo de Garantía de Depósitos Europeo (EDIS): es el pilar más controvertido de la Unión Bancaria. Tanto la CE como el BCE y la Junta Única de Resolución han reiterado que se han reducido lo suficiente los riesgos en las bancos de la eurozona como para implementar el EDIS. Pese al acuerdo entre Alemania y Francia en esta materia, la oposición de países como Holanda hizo que en el Consejo Europeo de junio tan solo se acordarse empezar a trabajar en una hoja de ruta sobre las futuras negociaciones políticas.
- Fondo único de resolución bancaria: se trata de un fondo de 60 billones de euros que se integraría en el MEDE. Es uno de los elementos de reforma que podría pactarse con mayor facilidad. Sin embargo, su aprobación va ligada a las negociaciones para la reforma del MEDE, que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han decidido posponer hasta la próxima reunión del Consejo Europeo en diciembre. Hasta entonces el Parlamento trabajará sobre los detalles técnicos del acuerdo.
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea desde 2014
- Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE): el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, esperaba alcanzar un acuerdo para transformar el MEDE en una suerte de Fondo Monetario Europeo dotado de herramientas anti-crisis. Sin embargo, el Consejo Europeo de junio decidió posponer también esta reforma hasta la próxima cumbre, en diciembre.
- Mecanismo europeo de resolución: tanto la industria como las autoridades coinciden en que uno de los problemas más urgentes para completar la Unión Bancaria es la falta de un mecanismo claro para proporcionar liquidez durante un proceso de resolución bancaria.
- Basilea IV y su implementación en Europa: la finalización de Basilea III introduce cambios, como la reducción de capital que un banco puede obtener a través del uso de modelos internos o los niveles máximos en el ratio de apalancamiento de los bancos. La Comisión prepara la implementación de Basilea IV en Europa para 2019 y la EBA ya está trabajando en un estudio de impacto al respecto.
- EMIR 2.2: a pesar de que el Parlamento Europeo alcanzó en mayo una posición final al respecto, aún existe bastante desacuerdo en torno a esta propuesta para regular las contrapartidas centrales y establecer quiénes son los supervisores responsables de ello. El Consejo de la UE aún no ha alcanzado un acuerdo final sobre esta iniciativa, no obstante, el objetivo de las instituciones europeas es comenzar con trílogos cuanto antes para que los acuerdos se concluyan antes del ‘brexit’ (marzo de 2019).
2. 'Brexit'
- El ‘brexit’ constituye una problemática compleja e inquietante para la Unión Europea. Si Reino Unido no presenta inminentemente una propuesta para cerrar los aspectos más controvertidos del acuerdo de salida (por ejemplo, la futura frontera con Irlanda del Norte), este no podría cerrarse en octubre. Esto implicaría que no habría tiempo para que el Parlamento Europeo pudiera ratificarlo antes de las elecciones de marzo de 2019. En caso de no haber acuerdo, tampoco existiría un periodo de transición, con las consecuencias negativas que conllevaría una salida abrupta y sin un mapa que establezca la futura relación de Reino Unido con la UE.
3. Blanqueo de capitales
- V Directiva de lucha contra el blanqueo de capitales (AMLD 5, por sus siglas en inglés): La Comisión Europea propuso en julio de 2016 esta nueva norma como reacción a los ataques terroristas de 2015 y 2016 en Francia y Bélgica, así como una respuesta a la información filtrada en ‘los papeles de Panamá’. La norma entró en vigor este verano y la Comisión Europea pretende comenzar un procedimiento para sancionar a los Estados miembros que aún no hayan transpuesto la directiva anterior (AMLD 4), entre ellos España.
4. Unión de Mercados de Capitales
- Finanzas sostenibles: las finanzas sostenibles se han convertido en un tema prioritario en la agenda europea. Por ello, las instituciones de la UE ya han comenzado a trabajar sobre el Plan de Acción de finanzas sostenibles propuesto por la Comisión en mayo. El objetivo es lograr aprobar dichas medidas antes del fin del mandato actual. Un grupo de expertos constituido por la Comisión trabaja ya en desarrollar un sistema europeo de clasificación de actividades sostenibles; crear un ‘Green Bond Standard’; mejorar la divulgación de información sobre el clima y elaborar una categoría de índices bajos en carbono.
- Unión de Mercados y Capitales: en marzo de este año, la Comisión presentó un Plan de Acción dirigido a impulsar la Unión de Mercados de Capitales. La iniciativa incluye las siguientes medidas: una propuesta sobre bonos garantizados o ‘covered bonds’; una legislación sobre la distribución transfronteriza de fondos de inversión y una propuesta sobre las operaciones transfronterizas en la determinación de la ley aplicable en caso de disputa. Actualmente todas las iniciativas se encuentran en fase de negociación en los colegisladores europeos.
- ESAs Review: en septiembre de 2017, la Comisión propuso una reforma para reforzar el Sistema Europeo de Supervisión Financiera, compuesto por la Junta Europea de Riesgo Sistémico y las Autoridades Europeas de Supervisión (ESMA, EIOPA y EBA). Sin embargo, no se esperan grandes avances al respecto antes de las elecciones al Parlamento Europeo.
5. Economía digital
- Se trata fundamentalmente de cerrar las pocas iniciativas regulatorias en curso y preparar las nuevas propuestas de la Comisión. En este sentido tiene especial relevancia el Plan de Acción Fintech presentado por la Comisión en marzo de este año, que incluye la creación de un laboratorio ‘fintech‘ en la UE para fomentar el diálogo público-privado, la identificación de mejores prácticas en entornos de prueba regulatorios (‘sandboxes‘) y algunas medidas para facilitar la adopción de tecnologías innovadoras por parte del sector.
6. Temas emergentes
- La reciente decisión de la Comisión Europea sobre Android revela la toma de conciencia con respecto al desequilibrio de condiciones competitivas que puede existir entre los gigantes tecnológicos y las economías que dependen de ellos, como es el caso de la europea. La Comisión Europea ha determinado que las empresas dominantes tienen la responsabilidad de no abusar de su posición en el mercado.