¿Cuáles han sido los rasgos más destacables del escenario económico global de 2017?
El año 2017 ha ido mejor de lo esperado. El crecimiento mundial ha estado en el 3,5%, por encima de lo previsto, y además ha sido un crecimiento más sincronizado entre distintas áreas. Julián Cubero, de BBVA Research, analiza este y otros elementos del escenario económico global de 2017.
Estados Unidos y la UE siguen creciendo ligeramente por encima del 2%. Se ha unido el área de Sudamérica, con crecimientos cada vez más elevados, después de una recesión el año anterior. Por su parte, China ha experimentado una desaceleración bastante acotada, menos intensa de lo esperado y con un mix de políticas que buscan evitar los riesgos del elevado endeudamiento de esa economía.
A nivel global, el comercio está creciendo bastante también y el precio del petróleo está acompañando, sobre todo por componente de mayor presión de la demanda, lo cual es positivo. En este entorno, los mercados financieros han registrado una apetencia por el riesgo, por la búsqueda de rentabilidad y de beneficio, en un entorno en el cual se asume que los bancos van a seguir manejando la situación para ir drenando poco a poco la liquidez.
¿Qué caracterizará el escenario económico en 2018?
Hay que concretar los elementos en los que fijarse. En primer lugar, a corto plazo son clave los bancos centrales, que seguirán manejando la situación para evitar temblores en los mercados y evitar movimientos en los activos que supongan, por ejemplo, decisiones de gasto de inversión más bajas de lo que habíamos pensado en un principio. Además, se trata una situación en la que todavía hay muchos agentes con una elevada deuda cuyo servicio es más fácil de atender con unos tipos de interés más bajos.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta las políticas de colaboración entre las economías. Las barreras comerciales están creciendo y no solo en Estados Unidos. En Europa hay que buscar un mayor fortalecimiento de la unión económica y monetaria con la unión bancaria y con políticas fiscales.
Y en tercer lugar, hay un elemento que ya está aquí y es la transformación digital. La transformación digital de la economía ofrece oportunidades a las personas, pero también supone riesgos y costes de transición. Las políticas aquí son fundamentales para poder minimizar esos riesgos y evitar polarización e inequidad. La distribución, formación y educación seguirán siendo claves. Por último, hay que tener en cuenta que nadie sabe lo que va a pasar. Hay elementos desconocidos que también pueden impactar en 2018. En definitiva, habrá que estar muy conectados.