El 'crowdlending' y las nuevas formas de prestar dinero
El ‘crowdlending’ se ha abierto paso entre otros modelos de financiación y los bancos acercan posiciones con este tipo de plataformas para facilitar los créditos a pequeñas empresas y emprendedores.
Cada vez son más los inversores particulares que prestan dinero y se convierten en el sustento de empresas que necesitan financiación. Estos inversores reciben a cambio una contraprestación económica mientras que la plataforma de crowdlending intermediaria también hace negocio al quedarse con una pequeña comisión.
El crowdlending tiene sus raíces en el crowdfunding. Como explica el blog de la plataforma de financiación MyTripleA, este último surgió en la década de los 90 como un modelo destinado a financiar pequeños proyectos culturales a través de la ayuda de particulares que decidían aportar su dinero en forma de donación o a cambio de una recompensa no monetaria. La idea es colaborar de forma desinteresada, por lo que no se considera una inversión en el sentido más estricto de la expresión. Si el proyecto financiado tiene éxito, los particulares reciben en contraprestación, recompensas que pueden ser desde merchandising del producto, hasta una mención en la web del creador o la prueba anticipada del producto en cuestión.
La plataforma de crowdfunding Kickstarter ha visto nacer proyectos de lo más peculiares. La nevera frigorífico de última generación del inventor Ryan Grepper se hizo con 13 millones de dólares captando la atención de los usuarios gracias a un abridor de botellas y unos altavoces resistentes al agua; la “chaqueta todo en uno” del matrimonio Sanghavi consiguió más de 9 millones de dólares, y el smartwatch de la empresa Pebble Time recaudó un millón de dólares en menos de una hora y veinte en total, según la web Entrepreneur.
Con el paso de los años el crowdfunding ha ido evolucionando y ha dado lugar a nuevas formas de financiación, como el crowdlending. Se trata de una fórmula en la que se pone en contacto a inversores que quieren prestar dinero, a cambio de capital e interés, con empresas que desean obtener esta financiación.
Las empresas jóvenes con proyectos pioneros no son las únicas que solicitan este tipo de financiación. De acuerdo con un estudio de la plataforma LoanBook, “el perfil medio de las empresas que recurren al crowdlending en España están consolidadas, tienen de media 22 años de vida, están compuestas por nueve trabajadores y tienen una facturación de más de 2,1 millones de euros”, explica para La Vanguardia Eloi Noya, cofundador y director de desarrollo de negocio de LoanBook. Esta plataforma, nacida en 2013, ha concedido hasta el día de hoy créditos a pymes por un valor de 20,5 millones de euros y, junto con Arboribus, Grow.ly, ECrowd! y MyTripleA, destaca dentro del panorama crowdlending español.
Aunque en ocasiones el crowdlending ha sido erróneamente entendido como una alternativa a la financiación ofrecida por los bancos, lo cierto es que ambos actores se han convertido en grandes colaboradores. En 2015, la banca francesa fue noticia con la alianza de Unilend y Groupama Banque mediante la cual la entidad bancaria se comprometía a prestar durante los próximos cuatro años alrededor de 100 millones de euros a pymes a través del canal Unilend. BBVA entró el mismo año como inversor en el capital de Prosper, enfocada en el crédito de consumo, y tiene a su vez como aliado a OnDeck, una plataforma de préstamo en línea para pequeñas empresas.
Pero no solo la banca, también las administraciones públicas están impulsando el crowdlending. Desde este año, como explica Fintechmove, la regulación inglesa obliga a los bancos del Reino Unido a redirigir las solicitudes de préstamos que rechacen hacia las plataformas de crowdlending. Desde su nacimiento en Estados Unidos y Reino Unido, el crowdlending ha aterrizado con fuerza en países como España, Francia y Países Bajos. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Cambridge publicado en septiembre de 2016, el mercado del crowdlending está creciendo a un ritmo de más de un 222% anual y todo parece indicar que no va a cambiar por el momento.