Los créditos UVA, una alternativa al alquiler de viviendas
En un país donde el 17% de la población alquila su vivienda -el 38% en las grandes ciudades-, aparece como un boom el crédito hipotecario, que en su versión UVA abrió una opción y en un año entregó más de 56 mil millones de pesos en préstamos para los argentinos.
La posibilidad de opción entre alquiler o crédito para vivienda en la Argentina continúa vigente, más allá de los movimientos compulsivos de la política monetaria o de la comparación inevitable del salario contra inflación.
Aun con las dificultades por los costos coyunturales, el aumento de una mayor participación del crédito hipotecario, en especial el ajustable por UVA, ha comenzado a ser la opción del pago de una cuota frente a asumir un alquiler. En particular porque esa línea crediticia reduce en buena medida el pago inicial.
La Argentina tiene un déficit habitacional con casi tres millones de personas que no tienen acceso a la vivienda propia y es destacable entonces el récord de otorgamiento de créditos hipotecarios desde el lanzamiento de los préstamos UVA en particular, que en términos nominales sumaron 56.300 millones de pesos, con un crecimiento del 100%.
El caso adquiere relevancia si se toma en consideración la primera encuesta que se realizó a inquilinos argentinos donde se pudo establecer que en promedio, en todo el país, el 17 % de los hogares accede a la vivienda a través del alquiler. Y en los centros urbanos, como Buenos Aires, el porcentaje sube a 38 %.
Se desprende de ese trabajo que la evolución del peso que tiene el alquiler frente a los hogares que poseen su propia vivienda resulta llamativo: en los últimos 17 años la proporción de inquilinos aumentó desde un 11 % en 2001 a un 17 % en 2017.
Evolución de los créditos hipotecarios UVA.
Modalidad generalizada
Ahora ha comenzado la perspectiva de la opción con las políticas de créditos de las entidades bancarias. Sin duda, la opción comienza a tener significado cuando se conoce que el 41 % del ingreso de los inquilinos está dedicado al pago del alquiler, sin incluir expensas, impuesto inmobiliario, tarifas, ni demás gastos que hacen a la vivienda.
Otra observación importante es que este porcentaje es muy similar en todas las provincias, lo que equipara la situación de los inquilinos de todo el país y un comportamiento similar en todo el mercado.
Por ese motivo concreto, la gran mayoría de los inquilinos, sobre todo aquellos que alquilan hace más tiempo y por lo tanto se encuentran en el rango etario medio o alto, son los que más averiguaron sobre el acceso al crédito.
Como consecuencia, desde 2016 comenzaron a ofrecerse distintos créditos hipotecarios UVA (Unidad de valor adquisitivo) que ajustan por CER por parte de distintas entidades públicas y privadas.
BBVA Francés ofrece líneas de Préstamos Hipotecarios UVA con destino a adquisición o construcción de vivienda, a 30 años de plazo y 15 millones de pesos de monto máximo; y Préstamos Hipotecarios Refacción, con plazo máximo de 15 años y tope monetario de 7.5 millones de pesos. También ofrece desde su lanzamiento en 2016 Préstamos Hipotecarios UVA para la adquisición de vivienda no permanente.
“El 2017 fue un año excelente en la colocación de hipotecas para BBVA Francés, llegando a los 3.500 millones de pesos y permitiendo que miles de familias puedan acceder a su primera vivienda”, comenta Oscar Gemignani, gerente de Productos de BBVA Francés.
“Desde BBVA Francés trabajamos arduamente en crear oportunidades para nuestros clientes, es por ello que ampliamos los plazos y los montos de todas nuestras líneas hipotecarias. En 2018 estimamos que nuestra colocación de hipotecas rondará los 10.000 millones de pesos”, agrega Oscar Gemignani.
En 2018 estimamos que nuestra colocación de hipotecas rondará los 10.000 millones de pesos”
Hay un elemento que se transforma en un concepto cotidiano para el inquilino; la inflación. Ahora con los sistemas de préstamos hipotecarios, en especial el medido por UVAs, deja de ser un costo para transformarse en una inversión.
En el caso de 2017, la evolución y desarrollo de los precios, que tuvo una proyección de poco más del 22%, determinó que las cuotas del crédito no superaran el salario promedio de la sociedad.