Las medidas de BBVA por la COVID-19: así ha actuado el banco frente a la pandemia
En 2020, BBVA ha dado un paso al frente para proteger a sus empleados y apoyar a sus clientes y a la sociedad en su conjunto, a sobrellevar la crisis del COVID-19. En un año marcado por el virus, el banco ha lanzado iniciativas en todo el mundo para aliviar la carga financiera de los más golpeados por la pandemia y proveer de financiación para la recuperación económica.
Desde el inicio de la pandemia BBVA ha tenido dos prioridades: por un lado, garantizar la salud de todos los empleados, los clientes y la sociedad en general; y por el otro, seguir prestando sus servicios y apoyando a sus clientes.
Ya en marzo, anticipándose a las recomendaciones de las autoridades, BBVA fomentó el trabajo en remoto de su plantilla, primero en España y después en el resto de países, con medidas de confinamiento. La cifra de empleados trabajando desde casa llegó a ascender a más del 70% en todo el mundo (el 95% de los empleados de servicios centrales y el 66% de la red de oficinas). Ahora, en los servicios centrales los empleados siguen esquemas de trabajo adaptados a la situación de la pandemia, primando la seguridad y la salud.
Desde el inicio de la crisis del COVID-19, BBVA recomendó a sus clientes operar a través de los canales digitales y sus gestores remotos. Además, facilitó a los usuarios no digitales operar con el banco desde casa, para que no tuvieran que desplazarse a una oficina. BBVA mantuvo abiertas algunas sucursales, en su consideración de servicio esencial en países como España. En la actualidad, como norma general, la red de oficinas del Grupo permanece abierta con estrictos protocolos de seguridad e higiene. Asimismo, BBVA presta servicio a sus clientes a través de los canales digitales.
También en marzo, BBVA redobló esfuerzos para ayudar a la sociedad en su lucha contra la pandemia, con una donación de 35 millones de euros. Adicionalmente, puso en marcha una iniciativa entre sus empleados, que recaudó 1,8 millones de euros. Por último, promovió la participación de sus clientes, poniendo en marcha varias campañas que han obtenido 9,3 millones de euros. Estos fondos se han destinado a apoyar a las autoridades sanitarias y organizaciones sociales y fomentando la investigación científica.
Y en ese mismo mes, como acto de responsabilidad con la sociedad, sus clientes, accionistas y empleados en el contexto actual, el presidente de BBVA Carlos Torres Vila anunció que las personas que dirigen el banco a nivel global y en los distintos países han decidido renunciar a toda su retribución variable del año 2020.
Las iniciativas para clientes particulares y empresas vulnerables, por país
Con su financiación, los bancos son una parte fundamental de la solución a la crisis del COVID-19. Y por ello, BBVA ha activado iniciativas de ayuda, con foco en empresas, pymes y autónomos, pero también para los particulares más afectados por la crisis. Entre estas medidas destacan los aplazamientos de cuotas de créditos hipotecarios y de consumo. En el conjunto de los países en los que opera, BBVA ha gestionado (hasta septiembre) moratorias por un total de 35.600 millones de euros.
BBVA puso desde el primer momento a disposición de pymes y autónomos hasta 25.000 millones de euros en líneas de crédito para mitigar el impacto económico del coronavirus. Además, BBVA ha apoyado firmemente el programa de crédito con avales estatales, conocido como Líneas ICO. Hasta la fecha (con datos a 19 de octubre) BBVA ha gestionado más de 150.000 operaciones, que han permitido financiar a pymes, autónomos y empresas.
BBVA ha apoyado, junto con el resto de bancos españoles, a través de la Asociación Española de la Banca, el aplazamiento del pago de los préstamos hipotecarios para las personas especialmente golpeadas por esta crisis. Asimismo, ha impulsado, junto con otras entidades nacionales, una moratoria de tres meses para los ciudadanos en régimen de alquiler social del Fondo Social de Vivienda. Y ha dado facilidades para el pago de las cuotas de créditos a sus clientes particulares afectados por la crisis del coronavirus.
En cuanto a los particulares, en los meses del confinamiento, BBVA adelantó el pago por desempleo y el de la pensión por jubilación a sus clientes. Para los pensionistas, en caso de necesitar retirar efectivo, podían hacerlo en el cajero más próximo a su domicilio de cualquier red en el país, sin comisión.
Asimismo, el banco ofreció a sus clientes flexibilizar sus pagos de pólizas de seguros y de pagos con tarjetas para afrontar la crisis. BBVA también tramitó las peticiones de reembolso de planes de pensiones privados por parte de afectados por ERTE o cese de negocio, como estableció la modificación de la normativa vigente.
En América Latina
BBVA puso en marcha en la región un plan integral para apoyar financieramente a sus clientes particulares y empresas y contribuir a la sociedad, y al mismo tiempo garantizar la salud de sus empleados y clientes.
Así, desde el comienzo de la pandemia, BBVA activó programas específicos con foco en empresas, pymes y autónomos, pero también para los particulares más afectados por el coronavirus. Uno de los aspectos más destacados fueron las moratorias concedidas, que se tradujo en la reprogramación de más del 25% de la cartera crediticia en Colombia, Perú o México. En total, más de 20.000 millones de euros reprogramados y más de tres millones de familias o empresas favorecidas con dichos programas de alivios. Además, el Grupo siguió otorgando préstamos y participando en diferentes programas gubernamentales de apoyo a las empresas para evitar que un problema de liquidez acabara siendo uno de solvencia.
BBVA ofreció a sus clientes (particulares y negocios) hasta cuatro meses de carencia en diversos productos de su catálogo de créditos. Además, puso a disposición de sus clientes un plan de pagos fijos para disminuir los cargos mensuales de sus tarjetas de crédito y apoyar los gastos en sanidad y farmacias con seis meses sin intereses al pagar con sus tarjetas de crédito.
El banco también suspendió el cobro de comisiones en TPVs, en apoyo a los comercios con baja facturación y, para clientes empresariales de mayor tamaño, ofreció planes de apoyo adecuados para su situación.
BBVA permitió consolidar deudas de préstamos de consumo y/o tarjetas de crédito, mediante la extensión del plazo de pagos y una reducción de cuotas de hasta un 40%. Además, aprobó una línea de préstamos por 2.500 millones de soles (unos 640 millones de euros) para pymes.
También, la entidad ofreció las tasas de interés más bajas del sistema financiero en la subasta de fondos del programa del gobierno Reactiva Perú (0,5% y 1%), destinado a apoyar a la empresas afectadas por el coronavirus. Adicionalmente, las oficinas de BBVA en Perú sirvieron para canalizar los pagos del bono social otorgado por el gobierno local a la población.
Desde un primer momento, BBVA congeló el pago de cuotas hasta seis meses para créditos de particulares y empresas, y abrió una línea especial de capital de trabajo para empresas por 300.000 millones de pesos (unos 70 millones de euros). La entidad también atendió caso a caso a los clientes con dificultades para afrontar los pagos durante la peor parte de la pandemia.
En este país, BBVA dispuso una línea de crédito para micro, pequeñas y medianas empresas por 2.000 millones de pesos (unos 29 millones de euros) para la compra de material para teletrabajo; y una línea de financiación de 15.000 millones de pesos, para el pago de sueldos. Asimismo, la entidad permitió refinanciar los saldos impagos de tarjetas de crédito a través de un préstamo especial a pagar en nueve cuotas.
En EE.UU., la entidad amplió la flexibilidad para el pago de préstamos para pequeñas empresas, eliminó algunas comisiones para particulares y aprobó una serie de aplazamientos para créditos de consumo. Adicionalmente, la entidad desarrolló en tiempo récord su propia ‘app’ para procesar las solicitudes de miles de pequeñas empresas que se acogieron al ‘Paycheck Protection Program’, una iniciativa del gobierno norteamericano para ayudar a los pequeños negocios a mantener su actividad económica. En total se calcula que el banco canalizó unos 3.300 millones de dólares en ayudas en menos de dos meses.
El banco retrasó hasta el 31 de diciembre el pago de créditos, intereses y cuotas sin ninguna penalización para los clientes particulares. Para empresas, dispuso la prórroga de hasta seis meses de los pagos del capital de esos préstamos.