Contrata a un desarrollador a la carta gracias a la inteligencia artificial
La startup madrileña Source{d} desarrolla un algoritmo que analiza el código de millones de desarrolladores para seleccionar los perfiles que más encajan con las necesidades de cada empresa.
Jorge Schnura tiene 26 años. Hace un año vendió Tyba, plataforma que ponía en contacto a miles de jóvenes profesionales y compañías, y que se posicionó como el mayor marketplace de empleo para startups de Europa. Con el dinero de la operación -que no desvela- y junto a los mismos socios que le acompañaron en su primera aventura -Eliso Kant y Philip von Have- impulsó otro proyecto, Source{d}, que utiliza inteligencia artificial para seleccionar a desarrolladores y ponerles en contacto con empresas.
Jorge Schnura, fundador y director de operaciones de Source{d}
En su oficina en el barrio de Salamanca de Madrid Schnura explica las tripas de Source{d}: “Estudiamos el código de los desarrolladores y los analizamos en una red neuronal que hemos creado. Los algoritmos identifican las diferentes características del código para ver la similitud y las diferencias entre los distintos programadores o los proyectos”.
Una empresa puede acudir a Source{d} cuando quiere contratar a un desarrollador. Tiene dos opciones: puede dar acceso al código de, por ejemplo, las cinco personas que ya componen el equipo de desarrolladores y pedirle que le encuentre una nueva basándose en la similitud de cómo programan, o puede partir desde cero. “La red neuronal procesa código de más de seis millones y medio de desarrolladores y con 18 millones de variables, y ‘clusteriza’ este código en 6.000 dimensiones de parámetros que considera relevantes o indicadores de diferencias o similitudes”, explica el fundador.
Analizar el código permite, por ejemplo, ver cómo trabajan y lo que caracteriza a ingenieros de Google frente a otros que desarrollan proyectos con datos abiertos o trabajan en una startup.
¿Y dónde bucean para encontrar todos esos datos? Schnura explica que llegan al código de millones de desarrolladores a través de proyectos open source y plataformas como GitHub o GitLab. También en proyectos self host que no están en ninguna de estas plataformas. “Los analizamos y sacamos los datos que son públicos”, señala.
El emprendedor no es informático aunque aprendió a programar a los 15 años y destaca que fue su paso por una escuela de negocios lo que le despertó las ganas de emprender. Todos los trabajadores que contratan en Source{d} son o “ingenieros informáticos de carrera o desarrolladores de profesión”. En las paredes de la startup, dibujos enormes de Ada Lovelace y de Dennis Ritchie adornan las salas. Se respira código en todos los rincones de la empresa.
300 empresas en dos años
La compañía española, cuenta Schnura, ha contactado con cerca de 300 empresas en sus dos años de vida. Si contratan al desarrollador, Source{d} se lleva el 15% del salario que cobra el primer año. Si no hay acuerdo, cada uno regresa a casa y se vuelve a comenzar de nuevo. “No hay ningún riesgo para la empresa”, explica el emprendedor, “si no se contrata a nadie nosotros no cobramos nada. En cuanto a métricas, uno de cada siete desarrolladores que mandamos a una empresa es contratado cuando la media es de uno de 50 o de cada 100”.
La mayoría de los acuerdos -150 en total- se han cerrado con desarrolladores de fuera de España, pese a que los trámites burocráticos no ponen las cosas nada fácil. Schnura explica que se tarda de cuatro a seis meses en conseguir los documentos para formalizar el contrato, una eternidad comparado con Francia, donde existe un visado acelerado para que no se escape el talento. No obstante, España tiene atractivos para los desarrolladores. “Es muy fácil atraer el talento de fuera”, señala. “En todo caso, a nosotros nos cuesta lo mismo buscar un desarrollador para una empresa española o para una empresa de fuera, y si el salario es mayor pues ganamos más dinero”.
También defiende que la sede esté en Madrid y no en Londres, París o Berlín. “Aunque los salarios son más bajos, los costes también. Y si te mueves de manera internacional acabas recibiendo los mismos inversores y clientes que si estuvieses en Londres pero con los costes de aquí. Te permite contratar a más gente y pagar más de lo que se da de media en el mercado español”, argumenta.
Últimamente los desarrolladores rusos son los que más se han animado a dar el salto al sur de Europa por la devaluación del rublo y las condiciones de vida, aunque no solo ellos se sienten atraídos por la compañía española.
Inversión extranjera
El enfant terrible, magnate francés y una de las grandes fortunas de Francia, Xavier Niel, ha apostado por la empresa española. Niel es dueño de Free, el tercer operador de internet y telefonía de Francia. Schnura no quiere desvelar cuánto ha invertido, aunque confiesa que fue “ el inversor principal” de los 6 millones de euros que levantó la compañía a finales de 2016.
¿Qué están haciendo con ese dinero? Schnura explica que “el talento en inteligencia artificial es muy escaso y por lo tanto muy caro. Con estos 6 millones vamos a expandir el equipo de ingeniería y a desarrollar la tecnología”.
También van a lanzar una plataforma en donde, señala, “el desarrollador pueda ver el análisis que hemos hecho de su código de open source y nos pueda dar acceso al código privado para que le podamos cuadrar mejor su búsqueda de empleo. En esa plataforma los desarrolladores, además, van a poder encontrar proyectos de open source para colaborar y les queremos recomendar proyectos donde puedan aprender, contribuir o que simplemente les puedan interesar”.