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Consumo 07 jul 2017

El consumo aumentará en España a un menor ritmo que en 2016

En línea con la actividad económica, el consumo de los hogares españoles fue de menos a más durante la primera mitad de 2017. Hacia delante, su crecimiento se ralentizará hasta el entorno del 2,5% a lo largo del bienio 2017-2018 debido, sobre todo, a la desaparición de algunos estímulos transitorios vigentes hasta 2016, como la demanda embalsada de bienes duraderos, la rebaja fiscal y la caída de los precios energéticos.

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El consumo privado en España fue de menos a más en el primer semestre. El gasto de los hogares creció el 0,4% entre enero y marzo, tres décimas menos que en el trimestre precedente. La moderación de la demanda de bienes duraderos, como automóviles, motocicletas, electrodomésticos y artículos de electrónica de consumo, explica la pérdida de protagonismo del consumo durante el inicio del año.  Sin embargo, la recuperación de las variables que determinan el gasto de las familias, como la renta salarial, las cotizaciones bursátiles y las expectativas sobre la situación económica, auguran un repunte del consumo en el segundo trimestre.

Aunque las perspectivas del consumo son positivas, su crecimiento se ralentizará hasta el entorno del 2,5% a lo largo del bienio 2017-2018 debido, sobre todo, a la desaparición de algunos estímulos transitorios vigentes hasta 2016, como la demanda embalsada de bienes duraderos, la rebaja fiscal y la caída de los precios energéticos. Además, se prevé que el repunte de la inflación modere el ascenso de la renta y la riqueza en términos reales.

Por el contrario, la mejora de percepción de los hogares sobre la situación económica anticipa una mayor disposición a consumir, si bien el recorrido a la baja de la tasa de ahorro es limitado. Por último, la financiación al consumo seguirá creciendo, apoyada en unos tipos de interés todavía reducidos. Los datos hasta mayo indican que las nuevas operaciones de crédito al consumo han aumentado a un ritmo enérgico, aunque menor que el observado el pasado año, y el stock de crédito ha retornado a cifras de 2011.

El vehículo eléctrico, todavía minoritario

A pesar del repunte en el gasto de automóviles, el mercado de vehículos eléctrico (VE) continúa siendo exiguo. De hecho,  España se sitúa entre las economías europeas con una penetración menor del VE. Tan solo el 0,3% de los turismos matriculados en el primer semestre fueron eléctricos.

El coste relativo del VE representa un obstáculo sustancial para su difusión. Si bien este resultado sugiere que los estímulos a la compra vigentes en España han sido insuficientes, no son el único motivo de la escasa penetración del VE. Infraestructuras de recarga de acceso público deficitarias, prestaciones que no se ajustan a los usos de los conductores (autonomía insuficiente, tiempo de recarga prolongado, etc.), disponibilidad limitada de modelos, incertidumbre tecnológica y desconocimiento de las ventajas del VE representan obstáculos adicionales que requieren una solución integral.

Los hábitos de consumo de los jóvenes no han cambiado drásticamente

El consumo de los jóvenes durante la crisis disminuyó más que el de los mayores de 35 años, liderado por el gasto en bienes duraderos. Sin embargo, esto no supuso un cambio permanente en sus hábitos de compra. De hecho, el gasto en duraderos ha crecido de forma ininterrumpida durante la recuperación, y lo ha hecho con mayor ímpetu que entre los mayores de 35 años.

La mayor sensibilidad de la demanda de duraderos a la recuperación de la capacidad de compra de los jóvenes, que se ha visto favorecida por la creación de empleo y el avance de la financiación al consumo, es la causa principal de su importancia creciente en el presupuesto familiar. Pero aunque no se detecta una transformación definitiva de los hábitos de consumo de los jóvenes, el descenso de su peso poblacional sí ha contribuido negativamente al crecimiento del gasto de las familias y lo continuará haciendo durante los próximos años, según las últimas proyecciones demográficas del INE.