Consejos de una incubadora a los emprendedores tecnológicos mexicanos
Lo ideal para una startup es contar con al menos dos perfiles: el tecnológico y el administrador, pero ambos deben tener la misma idea en el proyecto. Cuando fallan, aunque sea en la visión, sus proyectos fracasan. Mario Alberto García Díaz, jefe de la Incubadora de negocios de la Universidad La Salle, nos da unos consejos para arrancar un proyecto emprendedor.
“El emprendimiento se entiende como la iniciativa que una persona tiene por cambiar un 'status quo'. No necesariamente todos los emprendedores terminan creando una startup o un negocio, en ese 'status quo' hay diferentes campos: social, de productos y servicios, tecnológico, cultural, entre otros”, explicó Mario Alberto García Díaz, jefe de la Incubadora de negocios de la Universidad La Salle.
En el caso del emprendedor tecnológico, es definido como aquel que emplea sus conocimientos para generar dispositivos, traduciendo de esa manera, la ciencia en tecnología: “Generalmente, el producto de su emprendimiento es el producto físico que de alguna manera se puede avalar a través del resultado de la técnica. Para saber si un proyecto es innovador tecnológicamente se tiene que llevar a cabo una revisión ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) para conocer el estado de la técnica, ya que puede darse el caso de que alguien que investiga tiene un producto tecnológico que sea innovador y nuevo para algunos, para el estado de la técnica no es nuevo y en consecuencia no se puede registrar”.
Incubadora de emprendedores de México
El emprendedor tecnológico genera conocimiento obtenido de la investigación. La aplicación de esos conocimientos adquiridos en la investigación se traducen en tecnología. La tecnología como tal puede tener diferentes desenlaces, ya que se debe contar con el registro y los derechos de explotación. El IMPI reconoce la capacidad inventiva del creador y otorga la concesión de derechos de uso de esa tecnología. Dependiendo de las formas ya sea patente, diseño industrial o modelo de utilidad, pueden hacerse diferentes cosas, como explotar los derechos de la tecnología, licenciarlos, transferirlos o venderlos, tal cual.
De ninguna manera se puede trabajar sobre la recompensa inmediata. Una startup es una visión de largo plazo."
“Eso es algo que no todo los emprendedores tecnológicos saben o conocen, ellos creen que deben llevar hasta el fin el proyecto, hasta que no vean su planta productiva fabricando el producto que desarrollaron no estarán en paz. No necesariamente tienen que hacerlo todo. Al acercarse a algunas personas se les puede ayudar a saber el tipo de negocio que les convendría desarrollar para explotar su tecnología”, aclaró el incubador.
El proceso de incubación no garantiza el éxito
García Díaz explicó que, en su experiencia, de la tasa de proyectos que entran en un proceso de incubación, de 10 que inician en preincubación solo cinco se aceptan y de esos cinco, solo lo terminan tres. De estos, solo hay un proyecto de tecnología en periodos de seis meses a un año. “Los proyectos de tecnología necesitan además de la inversión en el registro y en la tecnología, en el momento de aparecer en el mercado requieren muchos más recursos”, advirtió.
García Díaz reconoció que el terminar el proceso de incubación no es un indicativo que los proyectos sean exitosos. Existen muchas variables al irrumpir en el mercado, desde el trato entre los socios o el correcto manejo del dinero. Cuando la relación de los socios se deshace, se debe al desconocimiento de la naturaleza de este tipo de proyectos, ya que requieren mucho esfuerzo, atención y la recompensa económica no se dará en el corto plazo, sino en el mediano y largo plazo, esa premura económica crea los conflictos”, expuso.
“El emprendedor no tiene que hacer todo solo. Lo ideal para una startup son al menos dos perfiles: el tecnológico y el administrador, ambos deben tener la misma idea en el proyecto. Cuando fallan, aunque sea en la visión, esos proyectos fracasan. Ése es el mayor yerro, los emprendedores deben sentarse y tener claro hacia dónde va el proyecto", aconsejó el responsable de esta incubadora.
En su opinión, uno de los principales problema radica en la falta de un pensamiento corporativo, "creer que el proyecto es la caja para solventar los gastos personales está mal, ya que piensan en la persona, no en el proyecto corporativo. De ninguna manera se puede trabajar sobre la recompensa inmediata. Una startup es una visión de largo plazo”, puntualizó.