Conciertos y festivales se reinventan para el mundo pos-COVID-19
La pandemia provocada por la COVID-19 ha obligado a la mayoría de sectores a reinventarse para adaptarse, primero a las medidas de confinamiento, y ahora también a las normas de higiene y seguridad del mundo poscoronavirus. Actividades como los conciertos o festivales encuentran numerosos obstáculos en la nueva normalidad sin ver alterada su esencia: la interpretación en directo.
Las medidas de confinamiento como consecuencia de la pandemia han obligado a los conciertos y festivales a bajar el telón. En España, más de 30 conciertos han sido pospuestos como el festival Montgorock Xàbia Festival (Jávea) y cerca de otra treintena de conciertos han sido aplazados sin nuevas fechas. Pero el peor de los escenarios es el de los más de 20 festivales y conciertos que han tenido que ser cancelados. Así lo ha anunciado recientemente Primavera Sound Barcelona, referente en España, que finalmente celebrará su vigésima edición en 2021.
Una variante frecuente a los eventos ha sido ofrecer una alternativa virtual. Este ha sido el caso del propio Primavera Sound, que ha organizado el encuentro ‘online’ Primavera Pro para “analizar, reflexionar y debatir acerca de los innumerables retos que afronta el sector en este nuevo paradigma”, según un comunicado de la organización.
Durante el tiempo de confinamiento, han sido muchas las iniciativas musicales virtuales. El evento online ‘One World: Together at Home’, organizado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y Global Citizen, congregó a algunos de los artistas más famosos del panorama internacional para rendir homenaje con sus actuaciones a los sanitarios y a todos los que están en primera línea en la batalla contra el coronavirus. También, la Filarmónica de Berlín ofreció en su plataforma Digital Concert Hall el Concierto Europa, que hizo posible la retransmisión en directo de obras de Arvo Pärt, György Ligeti, Samuel Barber y Gustav Mahler.
Soluciones innovadoras para los conciertos pos-COVID-19
El proceso de desescalada en mucho países permite recuperar las actuaciones en directo con la apertura de auditorios, cines, teatros y espacios culturales, aunque con restricciones. En España, la celebración de actos y espectáculos culturales tendrá lugar a partir de la fase 2 con un aforo limitado a un tercio de la capacidad y un máximo de 50 personas en espacios cerrados, una cantidad que asciende hasta 400 personas en espacios abiertos. Sin duda, este paso plantea un reto a las empresas organizadoras. ¿Cómo ofrecer al asistente la misma experiencia en un concierto celebrado bajo estrictas normas de seguridad? O ¿cómo alentar a los espectadores a asistir a los festivales en un contexto marcado por el miedo a nuevos brotes?
Por su parte, la dirección del festival Montgorock Xàbia Festival ha propuesto un nuevo sistema de celebración de festivales en directo, llamado sistema Marko. El diseñador, Joan Serrano, propone un modelo atómico de festival que permita respetar la distancia social sin dejar de vivir la música en directo y sin alterar el ambiente propio de estos eventos. Las novedades más reseñables de este proyecto son el control de temperatura a través de cámaras térmicas en la entrada, así como el sistema de aspersión para desinfectar a los asistentes. El espacio se plantea dividido en distintas parcelas o palcos de 150 metros cuadrados acotados por una valla de 1,50 metros cuadrados que acogerán a un máximo de 50 personas. Además, la distribución de una zona de bar central por cada cuatro palcos evitará las grandes aglomeraciones del público esperando en cola alrededor de la barra. El acceso a los baños también estaría restringido y controlado de forma que cada pequeña parcela tenga asignado para su uso un número determinado de ellos.
Otras empresas como la estadounidense Production Club se afanan por aportar soluciones para que el miedo no impida a las personas más vulnerables a la COVID-19 asistir a los espectáculos. Esta empresa de gestión y organización de conciertos ha diseñado un traje, al que ha llamado ‘Micrashell’, que aísla al individuo sin poner obstáculos a la comunicación con los demás y al disfrute del concierto gracias a sus funcionalidades. El traje, que cubre únicamente el torso, incluye un sistema de ventilación que ha sido desarrollado bajo la supervisión del National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH). Además, con el fin de que el aspecto final sea atractivo, esta suerte de respirador está integrado en el traje y diseñado con materiales y colores variados.
Reflexión y debate antes de restablecer los escenarios
La Asociación Española de Orquestas Sinfónicas (AEOS) ha puesto en marcha la iniciativa global ‘(Re)establecer los escenarios: Orquestas y Auditorios en un mundo Pos-COVID’ para revisar el futuro inmediato y a más largo plazo de este tipo de formaciones, que por su elevado número de integrantes y el aforo de sus salas, ven especialmente difícil la vuelta a la actividad. Esta iniciativa surge en el marco del ‘Global Leaders Program’, un programa formativo para emprendedores artísticos impulsado por nueve universidades, entre ellas las de Harvard, Georgetown y Duke, en colaboración con la Fundación BBVA.
“Mantener las distancias en un escenario es muy difícil, pero en un foso es imposible. Y estamos viendo de qué forma podemos volver abrir los teatros y que la gente vuelva a escucharnos sin miedo”, comenta la presidenta de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas, Ana Mateo.
Si algo está claro es que la crisis sanitaria representa a su vez una oportunidad de cambio para el mundo del espectáculo. En el terreno de las orquestas, por ejemplo, Mateo explica que después del debate sobre nuevos formatos surgido en distintas jornadas mundiales del gremio, “ahora lo tenemos delante de nosotros. Tendremos que ir reaccionando sin perder la esencia de lo que somos: no grupos de cámara, sino orquestas sinfónicas, y ese es el repertorio al que nos debemos. Pero sin duda a través de nuevos formatos”.