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Cómo usar la tecnología para luchar contra la pobreza y exclusión social

La innovación tecnológica es una oportunidad para que las empresas aumenten su compromiso social, mejorando además sus beneficios y su reputación. Es una de las conclusiones del estudio 'Tecnología con Propósito. El impacto social de la empresa en la era digital'. Durante la presentación, que ha tenido lugar el 2 de julio en Madrid, Lidia del Pozo, directora de Programas de Inversión en la Comunidad de BBVA, ha puesto de manifiesto la transformación acelerada que vive el mundo. A su jucio, "la tecnología genera sin duda oportunidades para mejorar la sociedad, en tanto y cuanto facilita, democratiza y expande el acceso a productos y servicios que mejoran la calidad de vida de las personas".

El Observatorio Empresarial contra la Pobreza (OECP), cuyo objetivo es promover el liderazgo de la empresa en la lucha frente a la pobreza, ha presentado esta investigación junto a BBVA y otras entidades colaboradoras. Un informe ‘Tecnología con Propósito’ que pone sobre la mesa la relevancia del rol y del potencial que las empresas españolas tienen para contribuir a un crecimiento inclusivo a través del uso de las tecnologías tanto en España como en las comunidades en las que operan en otros países. Además, hace hincapié en la tecnología con propósito como una vía práctica para impulsar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030.

Lidia del Pozo, directora de Programas de Inversión en la Comunidad de BBVA, fue la encargada de introducir el informe a los asistentes, cuyo propósito es que inspire y guíe a las empresas de cualquier tamaño y sector, fundaciones empresariales, organizaciones de la sociedad civil y administraciones, para que desarrollen estrategias de tecnología con propósito, buscando un impacto social para todos. “El OECP pretende inspirar y dar herramientas prácticas a las empresas para que puedan contribuir, de forma diferencial a la lucha contra la pobreza, además fomenta la creación de espacios donde las empresas pueden formarse para dar un paso adelante en su compromiso con los más vulnerables”, explicaba. Y continuaba: “Estamos viviendo un momento de transformación donde todo se está redefiniendo, y las empresas tenemos la capacidad, oportunidad y responsabilidad de lograr un cambio tecnológico responsable e inclusivo”.

En 2018, 783,4 millones de personas todavía vivían en condiciones de extrema pobreza y, solo en la Unión Europea, 123,3 millones de personas se encontraban en riesgo de exclusión social, -el 24,4 % de la población total de los 28 países miembros-. Unas cifras que revelan nuevas brechas de desigualdad, tanto en los países desarrollados como en vías de desarrollo.

Lidia del Pozo, directora de Programas de Inversión en la Comunidad de BBVA, durante la introducción del informe.

1. Telefonía móvil

El 70,4% de los habitantes de los 47 países menos desarrollados están abonados a un servicio de telefonía móvil. La conectividad móvil, independientemente del lugar de conexión y procedencia socioeconómica, evita desplazamientos que requieren recursos y tiempo. La investigación sitúa a la telefonía móvil como la tecnología que mayor impacto tiene, actualmente, en la lucha contra la pobreza. “Debemos entender la realidad socioeconómica y cultural de las poblaciones y grupos vulnerables. La telefonía móvil es de las más útiles a día de hoy, por su mayor penetración, adaptación y aceptación en contextos de pobreza y exclusión en comparación con las otras”, explicó Mónica Gil-Casares, directora de Investigación, Innovación Social y Consultoría de Fundación CODESPA y coautora del informe.

2. Tecnología con propósito

El informe íntegro refleja la investigación llevada a cabo en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial y la nueva responsabilidad que tienen las empresas. Las tecnologías y tendencias protagonistas de la revolución digital están cambiando la manera de entender los negocios y, al mismo tiempo, están ayudando a mejorar la vida de las personas en situación de vulnerabilidad. En el estudio se destacan algunas de ellas como: Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), la Inteligencia Artificial (IA), la robótica, las distintas plataformas digitales, la impresión 3D y materiales avanzados, ‘blockchain’, ‘big data’ o la conectividad móvil. También, se plantea una guía de acción para las empresas a modo de recomendación para que les ayude a saber cómo empezar, y qué acciones llevar a cabo para contribuir a lograr un impacto social a través del uso de las tecnologías.

3. Las 4 ‘aes’ de las tecnologías con propósito

Las soluciones tecnológicas con propósito deben ser adecuadas, accesibles, asequibles y estar adaptadas a la población a la que se dirigen. Este es otro de los resultados más significativos del estudio al que prestar atención. Diversos proyectos sociales con componente tecnológico muestran a lo largo del tiempo que distribuir tecnología no produce los resultados esperados si no se establece un programa formativo en paralelo que garantice el uso adecuado entre las personas usuarias. En este sentido, cualquier iniciativa de innovación social tendrá que considerar que las soluciones tecnológicas implican para los potenciales usuarios el poder acercarse al conocimiento y a las habilidades digitales, además de intentar establecer colaboraciones con entidades sociales y gubernamentales locales para que las iniciativas planteadas respondan a las necesidades de la población, estén adaptadas a su contexto y ofrezcan un resultado óptimo.

De izquierda a derecha: Manuel Herrando, presidente del Observatorio Empresarial contra la Pobreza y de Fundación CODESPA, Xiana Margarida, secretaria de Estado de Comercio, Aina Calvo, directora de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Federico Buyolo, director Oficina Alto Comisionado para la Agenda 2030 del Gobierno de España y Marc Simón, subdirector general de Fundación Bancaria “la Caixa”.

“Este año, las organizaciones que formamos parte del Observatorio, en un momento de desafíos y cambios generados por la transformación digital, decidimos dirigir la investigación anual a mostrar que la tecnología puede ser también una oportunidad para mejorar la calidad de vida de las personas, especialmente de las más vulnerables. Deseamos que esta publicación sea de utilidad para aquellas empresas y organizaciones que pretenden poner la tecnología al servicio de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible” declaraba Manuel Herrando, presidente del Observatorio Empresarial contra la Pobreza y de Fundación CODESPA.

Xiana Margarida, secretaria de Estado de Comercio, por su parte, hizo una profunda reflexión sobre la digitalización. Para ella, es facilitadora y aceleradora de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 como el empoderamiento de las mujeres (ODS nº5) y de otros colectivos vulnerables. Aumenta la productividad, mejora el acceso de los servicios públicos como la educación o la sanidad y reduce el coste de participar en el comercio internacional. También, ayuda a difundir ideas y permite un mejor aprovechamiento derivadas del libre comercio. Los principales retos serán accesibilidad, conectividad y la formación en habilidades tecnológicas.

Durante la conferencia de presentación han tenido lugar distintas ponencias y diálogos enfocados a responder cuestiones sobre cómo vincular el desarrollo tecnológico del negocio con el impacto social o cómo mejorar la vida de las personas en situación de vulnerabilidad a través de la tecnología. Entre los ponentes se encontraron Marc Simón, subdirector general de Fundación Bancaria “la Caixa”, Aina Calvo, directora de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Federico Buyolo, director Oficina Alto Comisionado para la Agenda 2030 del Gobierno de España, u Oisin Walton, responsable de Instant Network de Fundación Vodafone, entre otros.

El objetivo de este estudio es profundizar en las oportunidades y los retos que las tendencias tecnológicas tienen para mejorar la vida de colectivos en riesgo de exclusión y vulnerabilidad. De modo que, se convierte en una herramienta para reflexionar y comprender pero, sobre todo, para inspirar a la acción de grandes, medianas y pequeñas empresas, emprendedores sociales, entidades del tercer sector y administración pública.