¿Cómo se calcula el IPC?
El índice de precios al consumo (IPC) hace referencia al nivel de precios de los artículos más consumidos por las familias españolas, siendo el indicador más frecuentemente usado para medir la inflación.
Con cadencia mensual, el Instituto Nacional de Estadística (INE) analiza los precios de los artículos que toma para su análisis y los compara tanto con los datos del mes anterior (tasa de variación mensual) como con los del año precedente (tasa de variación anual). Estos resultados los publica de manera oficial y abierta, aunque, algunos días antes realiza una estimación que se denomina IPC adelantado.
Además, y de cara a obtener una cifra más estable, esta entidad suele eliminar del cálculo aquellos elementos más volátiles en su variación de precios, y que normalmente son los productos energéticos y los alimentos no elaborados. Con todo ello, se obtiene el IPC subyacente, cuyo indicador también se publica con una frecuencia mensual.
Más allá de la cifra de IPC, también se informa sobre el IPC armonizado (IPCA), que sigue los criterios del Banco Central Europeo para conseguir un dato de inflación que sea comparable para los Estados Miembros, para lo que se varía tanto la composición como la ponderación en el índice respecto a los que se utilizan en el del INE. La agencia de estadística de la Unión Europea, Eurostat, es la encargada de establecer esta ponderación, que aplican todos los países de la zona euro para el cálculo del IPCA, y cuya revisión y actualización de criterios se realiza anualmente.
A pesar de que es un dato muy importante que se utiliza, por ejemplo, para actualizar alquileres de inmuebles o para elevar los salarios públicos o las pensiones, el IPC su cálculo y composición son complejos. Así, por ejemplo, periódicamente se realizan actualizaciones contables para intentar adecuarlo de la forma más fidedigna a la realidad económica en cada momento. En 2012, por ejemplo, entraron en la cesta de la compra entraron nuevos artículos como los discos duros portátiles, los 'notebooks', las 'tablets', la fotodepilación, la depilación láser o el logopeda, mientras que otros desaparecieron por dejar de ser significativo su uso, como el CD grabable o el alquiler de películas.
Más recientemente, junto a la incorporación de nuevos ítems, como los servicios en línea de video y música, los juegos de azar o el café monodosis, el INE ha empezado a actualizar el modo de obtención de los datos. Hasta ahora, las fuentes principales eran la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) -que se realiza con carácter anual y cuya información se utiliza para obtener la ponderación de cada artículo en la cesta del consumo-, junto a la recopilación de información sobre la variación de los precios mensuales, mediante consultas telefónicas, email o a través de visitas físicas a las tiendas. Ahora, este organismo está fomentando el envío directo desde los propios establecimientos, como en el caso de El Corte Inglés, que muy recientemente ha anunciado la firma de un convenio con el INE para recoger los datos del IPC sin tener que visitar físicamente las tiendas.
La fórmula de cálculo
Entre los elementos que se incluyen para conocer el dato de IPC se incluyen más de 400 artículos que consumen las familias, clasificados en 12 grupos, cada uno de los cuales recibe una ponderación según el porcentaje del presupuesto familiar que se destina a su compra. Según su presencia porcentual de mayor a menor, estos grupos son: alimentación y bebidas no alcohólicas, transporte, vivienda, horecas (hoteles, restaurantes y café), ocio y cultura, vestido y calzado, menaje, medicinas, comunicaciones, bebidas alcohólicas y tabaco, y enseñanza. Además, existe un epígrafe denominado ‘otros’ que incluye aquellos ítems no contenidos en los anteriores.
El efecto de la inflación
Con los datos de todos los productos, desde el INE se elabora una media ponderada para definir el crecimiento de los precios de consumo, que posteriormente, Eurostat agrega a la información del resto de países de la Eurozona. Así, teniendo en cuenta la evolución de precios para el conjunto del área monetaria, el Banco Central Europeo analiza la estabilidad de los precios, que constituye su mandato único.
El principal instrumento de política económica que tiene el BCE para mantener la inflación cerca de su objetivo (2% anual) es la política monetaria, que corresponde al banco central Europeo, mediante el cual se establece el tipo de interés de referencia a corto plazo. Subir los tipos de interés hará que endeudarse sea más caro y, por lo tanto, los precios tenderán a enfriarse. Este tipo de estrategia se suele llevar a cabo en momentos de incremento de la inflación. Además del IPC, existen otros indicadores para medir la inflación, entre los que destaca, por ejemplo, el deflactor impícito del PIB.