Cómo planificar el presupuesto de una boda, comunión u otro evento familiar
Una de las cuestiones que nos pueden romper el presupuesto anual del que disponemos puede ser la asistencia a un evento social o familiar, como por ejemplo una boda o comunión.
Después de recibir nuestra invitación, comienza una cuidadosa planificación presupuestaria que nos ayude a cumplir nuestro objetivo de ahorro para poder reunir el dinero necesario que implicará la asistencia al evento. Por eso, vamos a ver cómo planificar el presupuesto de una boda, comunión o cualquier otro evento familiar o social al que tengamos que asistir o del que somos protagonistas.
Comenzaremos por los gastos que tendremos que afrontar en caso de ser los organizadores, pero también veremos los que tenemos si asistimos al evento, tomando como ejemplo una boda, que suele ser el evento donde la convención social impone una mayor número de cánones, mientras que en comuniones, bautizos, etcétera, se rebaja un poco la obligación a la hora de vestir o realizar un regalo. La financiación de la organización o asistencia, muchas veces necesita de un apoyo que nos ayude a ordenar los pagos que tendremos que afrontar.
Cómo planificar el presupuesto de una boda si somos los organizadores
Dentro de un presupuesto para una boda entran múltiples conceptos. Los fundamentales serían los vestidos, anillos o el coste del ágape al que se suele invitar después del acontecimiento. Pero, además, hay muchos más que se deben tener en cuenta y luego, en caso de que no nos convenza, ir descartando los que consideremos innecesarios. Vamos a ver algunos de ellos:
- Las invitaciones, que será una de las primeras cosas que tenemos que hacer una vez que tenemos fecha y lugar de celebración. Se pueden imprimir y personalizar en casa o encargar que nos las entreguen hechas.
- El fotógrafo, que se encargará de inmortalizar el momento. Por lo general, depende de dónde se oficie el enlace, pero en ocasiones nos encontramos que iglesias o restaurantes especializados ya tienen sus fotógrafos concertados.
- Costes administrativos y religiosos si decidimos casarnos por la iglesia, siempre tenemos un coste mínimo que tenemos que entregar a la parroquia. Depende mucho del lugar elegido para casarse, no es lo mismo una ermita que una catedral. Igualmente, si la ceremonia es civil, tenemos unas tasas administrativas que tenemos que pagar, aunque suelen ser inferiores a los religiosos.
- Adornos florales, tanto para la iglesia como para el salón de bodas. En caso de realizar una ceremonia civil, en la mayoría de los ayuntamientos no se suele adornar tanto el salón de actos donde se celebra. Aquí también se incluiría el ramo de novia tradicional.
- Tarta de bodas, donde hoy en día se suelen encargar en lugares especializados en lugar de incluirla en el menú del evento, donde se seleccionan otra serie de postres.
- Peinados y maquillaje es algo que no se suele dejar al azar, ya que requiere una serie de pruebas previas. Como en el caso del fotógrafo, si tenemos a algún conocido o familiar del ramo siempre nos puede suponer un ahorro importante.
- Traslados, tanto de los novios que en muchas ocasiones eligen alquilar un coche algo más llamativo para trasladarse ese día, como para los invitados, ya que en caso de estar alejado el lugar de celebración se suele concertar un autobús para que realice una ruta periódicamente hasta un lugar del centro previamente designado. De esta forma, muchos de los invitados se sienten más libres para tomar una copa de vino si luego no tienen que conducir.
- Viaje de novios que si queremos que sea justo después del evento se debe planificar y presupuestar antes.
- Regalos de recuerdo que se entregan a los asistentes. Aquí la variedad es muy grande, suele ser un pequeño detalle, pero dependiendo del número de asistentes puede ser un coste importante.
- Animación para niños, un servicio que dependiendo del número de infantes asistentes se hace cada día más imprescindible. De esta forma los padres se despreocupan de los niños, que están jugando entretenidos sin molestar al resto de invitados.
- Música y bebidas después del banquete, una partida que suele negociarse de forma separada de lo que es la comida, ya que en muchos casos se apuesta por una barra libre durante un tiempo estipulado para que todo el mundo continúe la fiesta después del evento.
El coste de los novios y por invitado
De esta forma, tenemos que diferenciar el coste de los novios, en el que se incluyen los vestidos, calzado, anillos, maquillaje y peluquería, traslados, ramos de novia o el viaje que se efectúa a los pocos días de finalizar el evento. También se podrían incluir los costes de fotografía o vídeo que nos quedamos de recuerdo. Además se deberían incluir aquí los gastos administrativos o de la iglesia que tenemos que afrontar.
Por otro lado, tenemos que hacer una media de los costes por invitado, entre los que el principal será el menú del restaurante, además de todos los demás que son generales y ya hemos comentado, desde la decoración, a los regalos de recuerdo o invitaciones y animación posterior. Si sumamos todos los conceptos, es muy complicado que el coste por invitado sea inferior a los 150€, que tendremos que multiplicar por el número de asistentes. En muchos casos tendremos que recurrir a financiación para poder afrontar con solvencia todo estos gastos.
Siempre podemos ahorrar en determinados conceptos para tener una boda más económica, pero teniendo en cuenta que es un día especial y que "sólo nos casamos una vez" es complicado limitar determinados gastos. En todo caso lo que suele hacerse es reducir el número de invitados, que eso si, es fundamental que confirmen su asistencia lo antes posible para poder planificar adecuadamente el evento. Un último aspecto que no está de más incluir en los costes es un seguro de boda que nos cubre en caso de que el evento ante un suceso inesperado que nos impida hacer frente a las obligaciones de gasto contraídas, aunque no nos cubrirá si uno de lo dos contrayentes decide no casarse por voluntad propia.
El coste para los asistentes
Para los asistentes, el principal gasto lo supone el vestuario y el regalo. En el primer caso, depende un poco de nuestro fondo de armario y si tenemos que comprar para estrenar en el evento o no. En el segundo, nos podemos ceñir a la lista de bodas, en caso de que los novios hayan realizado una o será un regalo monetario, por lo general en forma de transferencia para ayudar a los novios con todos los gastos del evento.
Además, si somos muy cercanos a los contrayentes, puede que nos toque asistir a despedidas de solteros, por parte del novio o la novia, donde los gastos de esta celebración previa suelen ir por parte de los asistentes. En todo caso si nos avisan con poco margen o vemos que tenemos poco tiempo para elaborar un plan de ahorro siempre podemos acudir a un préstamo que nos ayude a ordenar el esfuerzo económico que muchas veces nos supone la asistencia a un evento de este tipo. A medida que el compromiso social es menos importante, el gasto disminuye, ya que por ejemplo en una comunión se mantienen los costes de restaurante o vestidos, pero no se afrontan otros, o no de forma tan onerosa, como invitaciones, anillos, maquillaje y peluquería, viajes, traslados o música y bebidas tras el banquete. Lo mismo ocurre con los invitados al evento, que suelen gastar menos en todos los conceptos que en una boda.