¿Cómo ha evolucionado la productividad laboral en España?
Luis Díez, de BBVA Research, explica qué es la productividad laboral y su evolución desde mediados de los años 90. El economista destaca que las actuales cifras colocan a España por debajo de la media europea, y considera que uno de los principales problemas es el comportamiento contracíclico.
La productividad aparente o productividad laboral es el coeficiente entre la producción y el nivel de empleo de una economía, y de alguna manera aproxima cómo de eficiente es esa economía. En España la productividad laboral es reducida si se compara con la zona euro. Por ejemplo, en 1995 el valor añadido bruto real por hora trabajada era alrededor de 27 euros, lo que representaba un 14% de la media europea. Tres décadas después, ese valor se ha amplificado y es alrededor de un 22% menor que la actual media europea.
Otro aspecto que diferencia a España de otras economías desarrolladas, es el carácter contracíclico de la productividad laboral. Este comportamiento tiende a crecer de forma acelerada en las recesiones y a moderarse durante las expansiones. De este modo, entre 1995 y el inicio de la crisis, el crecimiento de la productividad en España fue relativamente moderado. Con la crisis de 2008 se aceleró, en cambio, desde el inicio de la recuperación en 2013 su crecimiento ha vuelto a ser bastante anémico.
¿Qué explica este comportamiento contracíclico?
Principalmente, esta evolución contracíclica de la productividad laboral es causada por las propias deficiencias y por el funcionamiento del mercado laboral español. Las diferencias sustanciales en el grado de protección laboral entre trabajadores con contrato temporal e indefinido tradicionalmente han exacerbado la volatilidad del empleo. Esta volatilidad se ve intensificada por la menor productividad del empleo temporal, causada, entre otros factores, por la escasa inversión en capital humano específico y la menor formación en el puesto de trabajo.
Con variaciones en la demanda de bienes y servicios, se ha tratado de hacer ajustes vía mano de obra; y no tanto, vía variaciones en la jornada o en la remuneración. Esto ha hecho que estas fluctuaciones de la ocupación permitan un repunte de la productividad durante las recesiones y una moderación en las expansiones.
¿Por qué son importantes estos resultados?
En un contexto de proyecciones demográficas adversas y retos que el cambio tecnológico y la digitalización suponen, la productividad es el único medio para poder mantener el crecimiento económico en el medio y largo plazo. Por tanto, es el garante de, entre otras cosas, el mantenimiento y la sostenibilidad del estado del bienestar. Estos resultados apremian y ponen en relevancia el hecho de llevar a cabo reformas estructurales que permitan un crecimiento sostenido a la productividad a lo largo del tiempo.