¿Cómo desafían los emprendedores los grandes retos de la era pos-COVID?

El WEF alerta de que cada vez queda menos tiempo para afrontar los desafíos que plantea el futuro. “El mundo no puede esperar a que se disipe la niebla de la incertidumbre geopolítica y geoeconómica”, afirma el estudio. “En cuestiones clave como la economía, el medioambiente, la tecnología y la salud pública, las partes interesadas deben encontrar formas de actuar con rapidez y con un propósito dentro de un panorama mundial inestable”.

La palabra clave es cooperación. WEF aboga en su informe por una “acción colectiva inmediata”, aunque lamenta la polarización creciente que existe en todo el planeta. A pesar de ello, el informe apunta algunas razones para tener cierto optimismo. “La oportunidad para entrar en acción todavía está abierta, aunque no por mucho más tiempo”, explica el documento. “A pesar de las divisiones globales, seguimos viendo que hay miembros de la comunidad empresarial que reafirman su compromiso de mirar más allá de sus balances hacia las prioridades más urgentes”.

BBVA Momentum está preparando una nueva edición en 2021, con la vista puesta en los retos que plantea el futuro, que impulsará iniciativas para una recuperación sostenible y una sociedad más inclusiva, resiliente y responsable con el medioambiente. Mientras tanto, las empresas que ya han participado en el programa siguen trabajando para poner soluciones a los retos que plantea el informe del WEF.

La Mano del Mono (México) 

El cambio climático es uno de los grandes desafíos que necesita una acción cada vez más inmediata. “Los últimos cinco años están en el camino de ser los más cálidos registrados”, explica el informe de WEF. “Los desastres naturales se están volviendo más intensos y frecuentes y el año pasado fue testigo de un clima extremo sin precedentes en todo el mundo”.

El cuidado del medioambiente a través de la formación y el turismo responsable es el eje de la empresa mexicana de ecoturismo La Mano del Mono. Su misión es crear experiencias para los clientes, a través del turismo sostenible y respetuoso, y fortalecer los medios de vida de las comunidades rurales que ayudan a conservar las áreas naturales protegidas. Por ello, gran parte de los beneficios de esta compañía se destinan a las comunidades indígenas que participan en el programa. “Integramos un modelo de educación vivencial para facilitar la transformación de comportamientos de los visitantes que viven en ciudades”, cuenta Jimena Montané, líder operativa de la empresa. “Nuestras herramientas clave son: turismo de naturaleza, educación vivencial y modelos de negocios sociales”.

Andinorganic (Colombia) 

El comercio es un motor fundamental de la economía. Sin embargo, la irrupción de la pandemia ha supuesto un varapalo para gran parte del sector. “El año pasado se impusieron restricciones importantes al comercio global”, afirma el informe del WEF. “Esto ocurre cuando las economías del G20 tienen niveles récord de deuda y niveles de crecimiento relativamente bajos”.

Hay empresas sociales que están haciendo una gran labor a nivel local para desarrollar un comercio justo y acorde con unos tiempos marcados por la tecnología. Es el caso de Andinorganic (Colombia) que trabaja con organizaciones campesinas de pequeños productores agrícolas para dar salida a sus productos. Entre sus actividades, destaca la puesta en marcha de un canal de comercialización ‘online’ que garantiza el crecimiento económico de las familias productoras.

“Damos visilibilidad a los productores, su cultura y sus historias, en aras de aumentar sus ingresos, fomentar la seguridad alimentaria e impulsar los procesos de desarrollo alternativo”, cuenta su gerente Julio César Bueno Cruz. Además, Andinorganic ha creado un sello de comercio justo alternativo (Comercio Transparente) para garantizar la visibilidad y beneficio del pequeño productor campesino, mediante el uso de plataformas digitales que permiten generar trazabilidad entre dicho productor y el consumidor final.

Makaia (Colombia)

Más del 50% de la población mundial tiene acceso a internet, aproximadamente un millón de personas se conectan por primera vez cada día y dos tercios de la población mundial poseen un dispositivo móvil, según datos de WEF. “Si bien la tecnología digital está brindando enormes beneficios económicos y sociales, para gran parte de la población mundial, problemas como el acceso desigual a Internet, la falta de un marco de gobernanza de la tecnología global y la inseguridad cibernética representan un riesgo significativo”.

La empresa colombiana Makaia trabaja para proveer de tecnología segura y accesible a aquellos que más lo necesitan para mejorar sus condiciones de vida. “Estamos convencidos que no basta con resolver la brecha digital”, explica su director ejecutivo, Carlos González Penilla. “Es importante que las personas y comunidades usen la tecnología con el fin de resolver problemas sociales, mejorando el acceso a la educación, al empleo, a los servicios del estado, a la información y a las oportunidades que brinda la tecnología”.

Pic Place (EE.UU.)

La salud es uno de los sectores, que apunta WEF, cuyos problemas se han visibilizado enormemente en estos últimos meses. “Los sistemas de salud de todo el mundo corren el riesgo de volverse inadecuados para su propósito”, alerta el informe del Foro. “Nuevas vulnerabilidades resultantes de los patrones cambiantes a nivel social, ambiental, demográfico y tecnológico amenazan con deshacer los avances en bienestar y prosperidad que los sistemas de salud han apoyado durante el último siglo”.

Afortunadamente, existen empresas como The Pic Place en Estados Unidos que son imprescindibles para cubrir las necesidades sanitarias de los más vulnerables. Gracias a ella, los pacientes reciben los cuidados que necesitan para mantener su salud dental, oftalmológica, mental y fisioterapéutica. Su directora ejecutiva, Melanie Hall, tiene muy clara la misión de esta compañía: "Queremos asociarnos con personas con necesidades financieras para ayudarles a alcanzar su máximo potencial de bienestar".