‘Commodities’: un dolor de cabeza para las economías de América Latina
El boom de los ‘commodities’ llegó a su fin y ha generado un gran impacto en las economías de América Latina. Las cuentas fiscales se han visto afectadas por el menor ingreso de divisas, se han depreciado de manera significativa las monedas con una consecuente caída en el valor de las exportaciones y el efecto sobre la tasa de cambio se ha trasladado a un incremento de la inflación. Además, ha impactado negativamente sobre el ritmo de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) que podría agudizarse si los precios continúan cayendo en 2016.
Gran incertidumbre con el petróleo
Dentro de los 'commodities' el pretróleo juega un papel fundamental. El precio del petróleo Brent se cotiza desde el pasado 10 de diciembre por debajo de los US$40 el barril y según Goldman Sachs, podría bajar hasta los US$20, aunque otros estiman que se mantendrá en los niveles actuales o incluso se podría recuperar ya a partir del próximo año. Lo cierto es que hay una gran incertidumbre sobre el camino que va a tomar el valor del crudo en 2016. Esta situación afecta particularmente a México, Venezuela y Colombia, ya que es el principal producto de exportación y de generación de ingresos por divisas.
En México, por ejemplo, hasta 2014 los ingresos petroleros representaban en torno al 30% de los ingresos totales del sector público y en 2015 será alrededor del 18%. De igual forma, las exportaciones petroleras pasarán de representar el 11% del total en 2014 al 6% en 2015; pero el principal efecto se ha reflejado en un déficit en el saldo de la balanza comercial. Tanto en 2013 y 2014 fue superavitario por US$8.600 millones y US$1.100 millones respectivamente, y en los 10 primeros meses de 2015 fue deficitario en US$7.600 millones. Además, el tipo de cambio que se ha depreciado, hasta el pasado noviembre, un 26% en los últimos 15 meses y el déficit de la cuenta corriente se incrementaría hasta un 3% del PIB.
La situación de Colombia es similar. La tasa de cambio finaliza 2015 con una devaluación superior al 32% y con un efecto directo sobre la inflación que en 2015 alcanzó el 6,77%. En particular, ha afectado a los ingresos fiscales del país, disminuyendo la capacidad de consumo e inversión del Gobierno, que en 2012 recibía 20 billones de pesos por ingresos petroleros y en 2015 la cifra se ha reducido a 3 billones de pesos.
El valor de las exportaciones se ha disminuido dramáticamente y se ha ampliado el déficit en cuenta corriente a niveles superior al 6% del PIB en 2015, según ha indicado BBVA Research.
Fisco en problemas por el cobre y la soja
La caída del precio del cobre, por su parte, está afectando fuertemente las economías de Chile y Perú, donde es el principal producto de exportación. El metal rojo se está cotizando alrededor de US$2,0 la libra. Algunos empresarios señalan que si el cobre baja de US$1,8, el 30% de la producción chilena tendría que parar. De igual forma, los analistas del país austral advierten que si el precio se mantiene en los actuales niveles el déficit fiscal podría llegar hasta 4,5% del PIB en 2016, el nivel más alto desde 1990, pues el fisco estaría perdiendo unos US$2.500 millones.
En Perú, el menor precio está provocando un declive en la inversión minera, que actualmente representa alrededor del 20% de toda la inversión del sector privado, lo que plantea un escenario de menor crecimiento. La expectativa se centra en la entrada en operación de dos grandes proyectos de cobre (Ampliación Cerro Verde y Las Bambas), que, según BBVA Research, cuando estén en su máxima fase permitirán que la producción total aumente en 45% con respecto a la registrada en 2015.
Y al igual que el resto de los ‘commodities’, el precio de la soja, principal producto de exportación en Argentina, ha sufrido una caída importante que ha afectado el ingreso de divisas al país y ha generado una caída neta leve (cerca de -0,2% del PIB) en el balance fiscal por la rebaja en la recaudación del impuesto a las exportaciones. Para 2016 se espera una leve recuperación del precio, alcanzando un promedio cercano a los US$336 por tonelada en el último trimestre.