Colombia versión 2016, más allá del realismo mágico
Para nadie es un secreto que Colombia es en verdad un país muy particular. Definitivamente, en esta privilegiada esquina de América del Sur suceden cosas trascendentes y escandalosas casi semana tras semana; el ritmo de los acontecimientos y la fuerza de las noticias suelen ser tan potentes, que graves crisis institucionales, inmensos escándalos de funcionarios públicos o lamentables tragedias, son opacadas pocas horas después porque simplemente suele aparecer otra noticia más gorda que hace casi de inmediato olvidar la gran noticia o el profundo debate del día anterior.
Este país de gente alegre, divertida, trabajadora y honesta, se ha visto afectado, en muchos casos gravemente, por casi todos los fenómenos negativos del planeta. La lucha armada con grupos de diversos orígenes que ya lleva más de 50 años y que por fortuna se busca poner fin mediante el actual proceso de paz que se adelanta con la guerrilla de las Farc en la Habana (Cuba), o el narcotráfico que por muchos años nos ha golpeado con fuerza y con dolorosas consecuencias, a tal punto que aún hoy nos cuesta desligarnos de la mala imagen que ha dejado este flagelo.
Sin embargo, pese a esta historia complicada y a este frenético ritmo de los acontecimientos, los colombianos hemos sabido adaptarnos a nuestra realidad y precisamente en una especie de homenaje a las dificultades, aparecemos año tras año entre los países más felices del mundo. Y claro, factores como la música, los climas cálidos perpetuos, y otros de más fondo como los bajos niveles educativos y de desarrollo, entre otros, nos hacen en general un país más propenso a la alegría, aunque suele pasar del optimismo al pesimismo, de un día para otro.
Una niña juega en la Plaza de Bolívar, en Bogotá (Colombia). - EFE
Un año que de lejos asusta
El comienzo del año 2016 es la más clara muestra de lo que es Colombia; en apenas tres meses de transcurrido el año, han pasado cosas que generarían debates para meses e incluso años en otros países del mundo, pero acá apenas tienen vigencia de un día o dos, porque siempre hay algo nuevo.
Desde el mes de enero el país ha entrado en la fase más drástica del fenómeno de El Niño con ascensos en la temperatura promedio por encima de los 5 ºC. Por ejemplo, en Bogotá hemos llegado a estar a 25°, temperaturas históricamente altas para una ciudad que siempre suele estar entre los 11° y 21° como máximo.
Estas altas temperaturas han impactado de forma negativa los precios de los alimentos y estos a su vez han golpeado el IPC (Índice de Precios al Consumidor) que al corte de 2015 fue 6,77%, el más alto de los últimos siete años.
Por otro lado, empezamos un 2016 con el precio del petróleo cayendo en los mercados internacionales, lo que afecta las cuentas fiscales, que ya tiene a algunos expertos preocupados, y de paso, acentúa la devaluación del peso frente al dólar. La divisa se está cotizando a los precios más altos de la historia, lo que también está impactando de manera considerable la inflación.
En definitiva, el país enfrenta un 2016 con muchas variables sobre la mesa que pueden afectar las proyecciones y esto se ha traducido en una caída del optimismo general y también empresarial, jalonado en buena parte por los grandes debates de los medios de comunicación que hablan de incertidumbre e incluso de crisis. Obviamente la percepción que tiene la ciudadanía sobre el desempeño del Gobierno viene en franca caída, a tal punto que el presidente Santos está en los niveles más bajos de favorabilidad en sus casi seis años de gobierno, pese a los importantes avances en el proceso de paz.
Castillo de San Felipe, Cartagena de Indias (Colombia) - Europa Press
Con todo, los pronósticos económicos son positivos
Con todo lo que ha pasado en Colombia en estos primeros meses, el ánimo de la gente parecería estar afectado negativamente y más allá de las señales de la economía, de las cifras concretas que día tras día salen y que en buena parte son negativas, es importante destacar que en todo caso, los más prestigiosos centros de estudios en Colombia están pronosticando un crecimiento por encima del 2% del PIB para este año. Por ejemplo BBVA Research destaca en su informe Situación Colombia, que esa cifra de crecimiento será jalonada principalmente por la industria y la construcción.
Son voces especializadas y optimistas que, en medio de toda esta avalancha de acontecimientos, resultan claves para transmitir mensajes que, aunque no desborden de optimismo, su seriedad y fundamentos nos permiten tener una visión más aterrizada del país y resultan vitales en la toma de decisiones, pues mejoran de alguna manera la forma de ver el futuro, porque tal como está lloviendo en el entorno, un 2% del PIB para 2016 es bueno.