Tarjeta amparada: la mejor manera de entrar al mundo financiero
Acceder a una primera tarjeta de crédito puede convertirse en un dolor de cabeza si no posee historial crediticio o no puede demostrar que cuenta con los ingresos suficientes. Por ello, la tarjeta amparada es la mejor opción para entrar al mundo financiero.
Para personas que todavía son ‘novatas’ en el mundo crediticio, pueden existir muchos ‘peros’ a la hora de solicitar una tarjeta de crédito, en especial si no se cuenta con el soporte económico para adquirir este tipo de producto financiero. Por ello, una de las mejores formas de adquirir experiencia crediticia, a la par que se cuida la salud financiera, es mediante una tarjeta amparada.
Se trata de un producto financiero en el que el titular de una tarjeta de crédito se convierte en un tipo de ‘acudiente’, al cederle una parte del cupo disponible de su plástico a otra persona (esposo (a), hijos o demás familiares).
Es por ello que para jóvenes o personas, que por falta de ingresos suficientes no han podido acceder a ningún tipo de crédito anteriormente, una tarjeta amparada es una buena opción para iniciar una vida crediticia y aprender a administrar este tipo de medios de pago sin tener una deuda directa con la entidad financiera o sin tener que presentar documentos ni requerimientos.
Los titulares de las tarjetas pueden ampliar o disminuir el cupo de la tarjeta amparada antes de la fecha de corte ingresando a la plataforma de BBVA Net.
En el caso de BBVA, por ejemplo, existen distintos beneficios a los cuales se puede acceder a través de una tarjeta amparada, tales como descuentos en establecimientos comerciales aliados, y diferentes asistencias dependiendo del tipo de tarjeta como reparaciones locativas de emergencias, servicios de grúa y traslados a talleres mecánicos y conductor elegido, entre otras ventajas.
A su vez, los titulares de las tarjetas pueden ampliar o disminuir el cupo de la tarjeta amparada antes de la fecha de corte ingresando a la plataforma de BBVA Net, teniendo en cuenta que los cambios aplican a partir del mes siguiente.
No obstante, resulta necesario definir el uso que se le dará al plástico amparado (no adquiriendo gastos que posiblemente no podrá pagar) y definiendo quién se hará cargo de los pagos, para evitar el riesgo de caer en mora y afectar al titular de la tarjeta de crédito.