Lucha contra la pobreza en el marco de la pandemia: un paso atrás, dos adelante
¿Cómo está afectando la actual pandemia del COVID-19 el cumplimiento de los ODS de la ONU a 2030? Esta pregunta enmarca una serie de publicaciones que realizaremos desde hoy y que se inicia con la que tiene que ver con la meta del ODS No.1: Fin de la pobreza.
La crisis económica, social y sanitaria originada en la pandemia del COVID-19 ya deja miles de muertos en China, Europa, Estados Unidos y América Latina. En Colombia, las cifras no son buenas en cuanto a muertes y contagios y refleja las dificultades en el empleo. La lucha contra la pobreza, pese al retroceso al que ha llegado, puede salir fortalecida de esta emergencia.
“Esta pandemia ha desnudado la condición de vulnerabilidad de nuestra sociedad, el sector empresarial solo ha alcanzado a sobrevivir por dos meses, la capacidad de ahorro personal se agotó en unos días y los esfuerzos del Gobierno en la búsqueda de favorecer a los más débiles, pese a que han sido efectivos, no han evitado el retroceso de 10 a 15 puntos en la lucha contra la pobreza”, dijo Mauricio López, director de Pacto Global Colombia, entidad adscrita a la ONU.
Según el Departamento Nacional de Estadísticas, DANE, en Colombia la medición de la pobreza se hace tradicionalmente de forma directa e indirecta. El método directo evalúa los resultados de satisfacción que tiene un individuo respecto a ciertas características que se consideran vitales como salud, educación, empleo, entre otras. La medición indirecta evalúa la capacidad de adquisición de bienes y servicios que tienen los hogares.
De acuerdo con estas mediciones el Gobierno del presidente Iván Duque, continuando con el trabajo en ese sentido de su antecesor, Juan Manuel Santos implementó estrategias y programas con el fin de fortalecer la lucha contra la pobreza.
Entre estas, se encuentran De Cero a Siempre, Más Familias en Acción, Mujeres Ahorradoras, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor, pero adicionalmente se ha enfocado en otras iniciativas, como la entrega de viviendas gratuitas en áreas urbanas y rurales y a empelados que ganan el salario mínimo.
Con la llegada del COVID-19 y las cuarentenas que ha significado su contención desde marzo pasado, el panorama ha cambiado. Para Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, la caída del empleo, que prevén que llegará al 18,2 %, podría indicar que la tasa de pobreza aumentaría a 31,9 %, es decir, 2,3 millones de personas adicionales en esta condición, según lo expresa en su más reciente columna.
BBVA participa en la campaña 'Ayudar nos hace bien' y ya ha aportado más de 6.300 mercados en 29 municipios colombianos.
Retomando la senda
De acuerdo con los analistas y expertos se debe ser muy ambiciosos en retomar la senda de la recuperación y en ese sentido debe haber un cambio en el enfoque de las prioridades en la búsqueda de nuevas oportunidades.
“La obligación de todo el aparato productivo es recuperar el crecimiento apoyado en incentivos económicos, políticas públicas definidas y en la búsqueda de oportunidades en los sectores tecnológicos y ambientales, por eso es necesario volver al campo a producir lo que necesitamos”, afirma el director de Pacto Global Colombia.
Pese a la gravedad de la situación y de las cifras, los amagues de recuperación parecen no estar lejos, según un estudio de BBVA Research. El consumo de los colombianos se ha venido recuperando a medida que se autoriza la reactivación de diversos sectores de la economía en diferentes ciudades y municipios del país.
“El consumo de los hogares se ha venido recuperando gradualmente, el gasto en supermercados y droguerías está impulsando las cifras y la reactivación de algunos sectores de la economía comienza a reflejarse en el mayor gasto en combustible y transporte”, explica Juana Téllez, economista jefe de BBVA en Colombia.
A estos datos que surgen en momentos en que se busca la reapertura gradual de la economía, se suman las iniciativas que, desde el Gobierno con el apoyo del sector financiero, se vienen haciendo enfocadas especialmente en auxilios alimentarios, periodos de gracia y subsidios a los pagos de nómina que ayudarán en el esfuerzo colectivo de luchar contra la pobreza y lograr que la meta a 2030, sea posible.