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Responsabilidad corporativa Act. 15 ene 2020

El proyecto apícola de Socorro, cada vez más cerca de ser autosostenible

Tres años después de su implementación, el proyecto apícola de mujeres y comunidades campesinas que promueve BBVA en el departamento de Santander, ya beneficia a más de 170 familias de 12 municipios.

En la vereda El Hato, un grupo de apicultores se avaban de unir al proyecto apícola.
Rubén Darío Escobar (Colaborador externo)

La iniciativa que arrancó con 20 familias de tres municipios en 2017 se acerca a la autosostenibilidad al incorporar maquinaria para la fabricación de cera y próximamente, iniciará con la producción de apiarios y meliponarios.

“Desde que empezamos hemos trabajado en su fortalecimiento, para hacer que las mujeres se den cuenta que uno puede aportar mucho al desarrollo de la apicultura, sin descuidar los trabajos diarios de una granja o finca”, dice Cenny Cortés Durán, apicultora y profesional en producción agroindustrial, que deriva gran parte de sus ingresos a la producción de miel y sus derivados.

Por su parte, Germán Perilla, científico y docente colombiano, impulsor de este programa desde la Universidad George Mason, en Virginia, Estados Unidos, comenta que el emprendimiento, sostenibilidad y berraquera son los ingredientes que componen este proyecto. Para Perilla, esta iniciativa "ya toma forma de empresa,  y que nos permite garantizar el apoyo de una entidad como BBVA,  que se ha involucrado desde sus inicios".

El docente Germán Perilla, explica el funcionamiento de los apiarios.

Empresarias apícolas

BBVA en Colombia se vinculó al proyecto desde sus iniciativas de responsabilidad corporativa con las cuales aporta al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, fijados a 2030, en este caso a los ODS que luchan contra la pobreza, que buscan hambre cero y contribuyen a la lucha contra el cambio climático.

Nace industria

En agosto de 2017, Germán Perilla arrancó con este proyecto en tres municipios de la provincia Comunera de Santander: Socorro, Palmas de Socorro y Confines con 70 apicultores, la mayoría mujeres dedicadas el cultivo de meliponas, abejas sin aguijón que se conocen como 'angelitas' y que se pueden tener en cualquier sitio, incluso dentro de las viviendas.

Otro componente con el que inició el proyecto es el de las abejas africanizadas o apis, que son animales con aguijón y cuyos apiarios deben estar a cierta distancia de las zonas habitadas.

El desarrollo ha sido productivo en 12 municipios y cuenta con 170 familias beneficiadas. El objetivo es que la iniciativa avance hacia la autosostenibilidad, al incluir también el proceso de fabricación de las colmenas y ceras, fundamentales en la implementación de esta industria.

“Nos unimos junto con la Universidad George Mason y BBVA porque se trata de un proyecto que beneficia a la comunidad entera, además del sector apícola que ha tomado una fuerza impresionante en la región, favoreciendo sectores como la agricultura, la alimentación y el medio ambiente”, ha dicho Carlos Enrique Vecino, director de gestión de relaciones exteriores de la Universidad Industrial de Santander, sede Socorro y otro de los aliados de la iniciativa.