¿Cuál será el comportamiento de la vivienda nueva en Colombia en 2023?
Según el estudio Situación Inmobiliaria realizado por BBVA Research en Colombia, el sector de la construcción enfrentará grandes desafíos en 2023 y la venta anual de vivienda nueva podría caer por debajo de las 200.000 unidades. Esta actividad económica representa el 13,5% del PIB nacional y genera cerca de 1,7 millones de empleos.
Según los resultados del estudio, la adquisición anual de vivienda nueva puede seguir cayendo por debajo de las 200.000 unidades, aún con una alta participación de la vivienda de interés social (VIS). De hecho, la vivienda VIS representa el 71% de las ventas de vivienda nueva. El sector no residencial también está sintiendo las consecuencias de la desaceleración económica.
“Los datos reflejan un comportamiento de desaceleración del sector inmobiliario, pues se viene dando una menor demanda por vivienda y una reducción incluso más profunda en la oferta”, explicó Mauricio Hernández, economista de BBVA Research para Colombia.
Este panorama evidencia la disminución de la venta de vivienda, que viene cayendo progresivamente desde mayo de 2022, cuando llegó a un punto máximo de 272.000 unidades anuales. En la actualidad, la comercialización de este tipo de bienes inmuebles se ubica en 241.000 unidades al año.
Algunos factores que explican la situación del sector incluyen:
- Los constructores redujeron la oferta incluso de una forma más profunda que la reducción de la demanda en 2022. Con esto, están evitando que se incrementen fuertemente los niveles de inventarios, algo que sí había sucedido en 2016 tras la caída de los precios del petróleo.
- La tasa de formalidad creció en 2022, incluso a niveles superiores a antes de la pandemia. Esto se convierte en una barrera contra el incremento excesivo de los desistimientos de compra de vivienda, si bien no se descarta que estos indicadores se deterioren en 2023.
- Los precios de las edificaciones residenciales crecieron menos que la inflación de 2022, conteniendo los temores de una sobrevaloración inmobiliaria que podría afectar de manera directa al sector.
- Los arriendos crecieron 3,7% en 2022 y este año pueden acelerarse. Cuando este indicador se reduce sustancialmente respecto al precio de la vivienda se convierte en una alerta de burbuja inmobiliaria.
- Los subsidios del Gobierno se estabilizarán en número, pero probablemente tomen más relevancia las ayudas públicas hacia la vivienda en municipios y ruralidades más pobres.