Cómo vencer las barreras para alcanzar el empoderamiento pleno
Uno de los desafíos que tienen los empleados es la adaptación al cambio. La actual coyuntura del COVID-19 ha traído consigo nuevas rutinas y retos para los empleados y las organizaciones. BBVA es consciente de esta necesidad y viene realizando capacitaciones a sus colaboradores para que logren adaptarse a este nuevo escenario.
La palabra empoderamiento se ha venido utilizando con frecuencia en los últimos años, pero su significado sigue desdibujado. En BBVA, este concepto apunta a nuevos modelos de liderazgo, donde se busca potenciar habilidades en las personas con el fin de que se sientan en la capacidad de aportar sus conocimientos.
En el contexto actual, el empoderamiento debe estar encaminado a potenciar a las personas para que tengan las herramientas para poder compartir sus ideas y aportar valor a la organización y ser partícipes en la toma de decisiones.
Sin embargo, las dinámicas de trabajo remoto, los cambios en la rutina o la adopción de nuevos roles, han llevado a las personas a encontrarse con ciertas barreras a la hora de potenciar ese empoderamiento.
El empoderamiento se construye poco a poco y requiere invertir en el desarrollo personal.
Claves para lograr alcanzar un empoderamiento efectivo
- El empoderamiento se desarrolla día a día: Es un proceso que se construye poco a poco, que requiere invertir en el desarrollo personal. Se debe tener constancia para vislumbrar resultados.
- Examinarse con cuidado y construir una visión propia: Muy pocas veces las personas analizan su interior. Se tienen que descubrir e identificar esas batallas interiores y saber sus aspiraciones y decidir lo que deben y no deben hacer. Esta retrospectiva ayuda a encontrar los problemas y trabajar en resolverlos.
- Evaluar la actitud: La actitud siempre encontrará la manera de salir y se puede convertir en una aliada o en una enemiga. Se debe buscar la manera de que la actitud atraiga a las personas y los ayude a alcanzar sus proyectos.
- Generar auto-disciplina: El primer paso es establecer prioridades, pensar en áreas de la vida que se quiera desarrollar para crecer y mejorar. Para esto se debe implementar un plan para realizar estas acciones, como por ejemplo una rutina de actividades programadas que fomente la autodisciplina.
- Construir confianza: Es necesario gestionar las propias capacidades, estar convencidos de la calidad del trabajo. Los demás ven la confianza que se tiene y se darán cuenta que se es capaz de asumir responsabilidades.
- Tomar riesgos: Tomar la iniciativa, atreverse a hacer cosas nuevas. Lo que más valoran las personas y las organizaciones es la actitud y la disposición de dar lo mejor posible de sí mismo, eso implica que se pueda alcanzar un mejor crecimiento y desarrollo profesional.
- Sin medio al fracaso: El fracaso se puede convertir en motivación, un catalizador para el cambio y el aprendizaje, los fracasos pueden guiar para ayudar a encontrar las acciones trascendentales que pueden fortalecer la vida.
La decisión de un cambio empieza desde adentro, desde la propia introspección, estos espacios que BBVA brinda a sus colaboradores son una oportunidad para el desarrollo personal, que además ratifica el valor que tiene para la compañía los aportes e ideas de los empleados y el crecimiento mutuo.