Ciclovías, la ciudad a pedalazo limpio
En la capital de Colombia funciona la ciclovía, un espacio de reconciliación del ciudadano con la ciudad, que ya cumple más de 40 años de estar funcionando y sirve de modelo para otros proyectos de este tipo en el mundo.
Recorrer la carrera Séptima de Bogotá, de norte a sur o de sur a norte, es atravesar la historia social, económica y cultural de la ciudad, pues en sus más de 30 kilómetros se resume todo: desde los sofisticados edificios de acero y vidrio de grandes multinacionales al norte de la ciudad, hasta sectores socialmente deprimidos del sur, después de pasar por el centro histórico, religioso y financiero de la ciudad.
Pero una cosa es hacerlo de lunes a sábado cuando más de un millón de vehículos están circulando por toda la ciudad y otra muy diferente, hacerlo el domingo o un día festivo. Es en esos días en los que funciona la ciclovía, un espacio donde se mezclan miles de personas, niños, niñas, ancianos, trabajadores, caminando o en bicicleta, en patines o triciclos, solos o con la familia, arrastrando coches de bebé, perros o perros arrastrando humanos; de todo se puede ver en este particular espacio bogotano que ya cumple más de 40 años de estar funcionando y servir de modelo para otros proyectos de este tipo en el mundo.
Bogotanos aprovechan los domingos para hacer deporte en la Ciclovía.
Primero en América Latina
Fue en diciembre de 1974 cuando en Bogotá se realizó el primer experimento de este tipo en América Latina. Ese día se cerraron dos vías en la ciudad, la Carrera Séptima y la Carrera Trece entre las 9.00 a.m. y las 12:00 m., un área de 70 cuadras, permitiendo que por primera vez las personas ocuparan el espacio de los vehículos, lo cual hicieron cerca de 5.000 habitantes.
Al día de hoy, el crecimiento y fortalecimiento de la ciclovía de Bogotá ha sido constante y fuerte, y hoy en día es considerado por todos como uno de los patrimonios de la ciudad más importantes que hay que salvaguardar a toda costa. Prueba de ello son los más de 1,5 millones de usuarios promedio que cada domingo del año pasado salieron a este espacio.
Desde entonces la ciclovía ha pasado de 24 a 121 kilómetros, involucra a 17 de las 20 localidades de la ciudad y las que no gozan de este privilegio están conectadas a través de las ciclorrutas, corredores implementados en los separadores de las avenidas y en los costados de algunas calles que funcionan de manera permanente, permitiendo el tránsito diario de ciclistas, especialmente estudiantes y trabajadores que encuentran en este medio de transporte un atractivo sostenible, económico y saludable.
La Plaza de Bolívar es uno de los puntos más concurridos durante las ciclovias los domingos.
Un modelo a seguir
Todo esto resulta más interesante si le agregamos cifras. La ciclovía dominical de Bogotá ofrece trabajo a más de 300 personas en su parte logística, 170 operarios encargados de montajes de tarimas para estaciones de aeróbicos y la posibilidad que más de 300 personas puedan instalar de manera organizada ventas ambulantes de jugos, frutas, implementos deportivos, talleres para bicicletas, entre otras, que semanalmente mueven más de 1.800 millones de pesos.
Más de 40 años después de inaugurada, la ciclovía bogotana ha sido sede de eventos nacionales e internacionales. Más de 26 carreras atléticas al año se desarrollan en algunos de sus circuitos o corredores, incluyendo la media maratón de Bogotá. Se cuenta con los programas especiales como las ciclovías temáticas para el mes de los niños, mes de madres, mes de padres, mascotas, amor y amistad, navideñas, Día de la Bicicleta y el Peatón, entre otros.
Esta idea ha servido de modelo para más de 30 ciudades en el mundo, incluyendo a más de diez países, la OMS (Organización Mundial de la Salud), La red de Actividad Física de las Américas (RAFA/PANA) reconoce con el máximo galardón a Ciclovía, como el programa que contribuye a que la ciudad de Bogotá, sea la más activa y saludable de las Américas y el Acuerdo del Concejo de Bogotá 386 de 2009 la declaró Patrimonio de Interés Social, Recreativo y Deportivo de la ciudad.
La ciclovía es sin duda en los actuales momentos el escenario de ejercicio ciudadano más importante que tiene la ciudad, su carácter democrático así lo demuestra. Por eso durante varias veces al año se celebran las llamadas ciclovías nocturnas, jornadas en las cuales las calles se habilitan exclusivamente para el uso de bicicletas a partir de las 6:00 pm y hasta las 12:00 de la noche, con participación masiva de toda la ciudadanía que, tras sus labores académicas y de trabajo deciden salir a recorrer la ciudad de noche en bicicleta, oportunidad única de reconocer espacios significativos que tienen una lectura diferente cuando no se recorre en plan de trabajo y reconocerse a sí mismos como habitantes de este territorio llamado ciudad.
Otros programas bicicleteros
Bici-activos: Actividades reguladas, secuenciales y continuas que permitirán a todos los bogotanos acceder de una forma lúdico-pedagógica a la bicicleta como elemento formador y transformador de ciudad, mediante un marco de inclusión, calidad de vida y conciencia ambiental. Sus componentes son:
- Bici Corredores: programa creado para incentivar el uso de la bicicleta con la puesta en marcha de un sistema de bicicletas públicas recreativas de uso compartido. Ubicadas en espacios destinados para este fin, como la malla vial recuperada con un sentido de democratización y apropiación del espacio público por parte del peatón y el ciclista para actividades recreo-culturales.
- Al colegio en Bicicleta: programa encaminado a la promoción del desplazamiento en bicicleta y a sus potencialidades como elemento cultural, recreativo y deportivo que se desarrollara en la población escolar del Distrito Capital.
Cifras
• Promedio de usuarios ciclovía dominical: 1.200.000
• Promedio de viajes diarios en bicicleta: 980.000
• Préstamos bicicletas en zonas de bicicorredores: 898.000
Para tener en cuenta
Un estudio desarrollado por la Universidad de Los Andes detectó que por cada dólar invertido en la ciclovía de Bogotá se ahorran tres dólares por beneficios en salud asociados a la realización de actividad física, proyectando un ahorro anual neto de más de 13 millones de dólares.