Chuck Berry: una leyenda que cumple 90 años
“La sociedad se rebelaba contra ese algo nuevo que llegaba y que agarraba la atención de los chavales y sus mentes. Era como la ola punk y otras tantas que han tenido lugar… que vienen y se van. Pero sólo el rock and roll permaneció”.
Nacer negro en el sur de los EE.UU. en plenos años 20 no resultaba nada asequible. La escuela y la iglesia sirvieron al pequeño Charles como abrevadero musical; una música que desde entonces no sólo no le ha abandonado sino que la misma no se entendería igual de no haberse dedicado él a la composición, el canto y un guitarreo tan atrevido.
Unas letras inteligentes y un sonido único hicieron que su empeño en producirse su propio material durante la década de los 50 prendieran la chispa del éxito y la fama. Muy pronto se convirtió en uno de los rostros más universales de esa emergente música que hacía perder los papeles a los jóvenes: el rock and roll.
Gozó de una gran popularidad pese al color de su piel, en una época en la que la segregación racial continuaba siendo una lacra permanente. Pese a ello, sus canciones más renombradas eran requeridas en las fiestas por doquier. Treinta años después del lanzamiento de su tema más conocido, el director de cine Robert Zemeckis lo incluyó en un film tan popular como de culto: Regreso al futuro. Y fue entonces cuando una nueva generación descubrió ‘Johnny B. Goode’ y a su genial autor, Chuck Berry.
Hoy, 18 de octubre de 2016, Berry cumple 90 años. Para poder tener la fotografía completa de las seis décadas de rock and roll, Chuck Berry ha de estar, forzosamente en primera fila de esa instantánea.
Nieto de esclavos, su familia llegó a la ciudad de San Luis, Misuri, en busca de trabajo durante la Primera Guerra Mundial. Su madre, Martha, fue una de las primeras mujeres afroamericanas en tener acceso a una educación universitaria. Su infancia transcurrió en un barrio tan segregado que no fue hasta los tres años cuando vio por primera vez a una persona blanca. Fue un grupo de bomberos que trataban de mitigar un fuego cerca de su casa. El pequeño Chuck pensó que los rostros pálidos de los bomberos se debían al miedo que estaban pasando actuando contra el fuego. Tuvo que ser su padre quien le explicaras que aquellos hombres era blancos, de piel blanca.
Tras el éxito que obtuvo en el colegio cantando ‘Confessin’ the blues’, junto a un compañero, se interesó por la guitarra y comenzó a recibir clases de una leyenda local del jazz llamada Ira Harris. Mas a los 17 fue condenado a tres años de reclusión en un reformatorio –por varios robos con amigos a punta de pistola– del que saldría tres años más tarde, al cumplir los 21. A punto de cumplir los 25, un amigo le invitó a desempolvar la guitarra y comenzó a tocar en sucesivas bandas locales. Ya nunca pudo quitarse del veneno de la música.
A comienzos de 1955 viajó a Chicago, capital musical del medio oeste, y conoció al bluesman Muddy Waters, que le invitó a visitar Chess Records. Unas semanas después compuso ‘Maybellene’ y la grabó con la discográfica de Illinois. Para sorpresa de casi todos, con esa tonada llegó al número 1 de la lista de rythm and blues y al 5 de la lista pop de los Estados Unidos. Había nacido una estrella. Tan es así que muchos estudiosos de la música consideran esta pieza como la primera canción verdadera de rock and roll.
A esa Maybellene le seguirían clásicos exitosos como ‘Roll over Beethoven’, ‘Sweet Little sixteen’ o ‘Johhny B. Goode’, hasta que a comienzos de los 60 volvió a tener problemas con la justicia, en esta ocasión por un turbio asunto con una menor que había trabajado para él. Tras dos años en la sombra, volvió para componer piezas como ‘Nadine’, ‘You never can tell’ o ‘Dear dad’ pero nunca volvió a ser el mismo Chuck Berry. Su segunda privación de libertad convirtió a un hombre extrovertido y alegre en un alguien sombrío y distante.
En 1979 publicó el que ha sido su último álbum de canciones originales, ‘Rock it’, pese a que desde entonces y hasta mediados de los 90 siguió subiéndose a un escenario allí donde se le reclamó.
Berry ha recibido un reconocimiento de crítica, público y compañeros como pocos pueden presumir. Tiene la práctica totalidad de los premios musicales existentes y gigantes de la profesión como The Beatles, The Beach Boys y The Rolling Stones han versionado sus canciones en más de una ocasión.
Hasta el mismísimo Bob Dylan, recientemente nombrado Premio Nobel de Literatura 2016, reconoce a Chuck Berry pese a su primera impresión:
“Cuando escuché por primera vez a Chuck Berry, yo no consideraba que era negro. Yo pensaba que era un palurdo. Poco sabía en aquel entonces, que también era un gran poeta”.
La guitarra de Chuck Berry no sólo ha pasado a la historia del séptimo arte con la citada ‘Johnny B. Goode’ de ‘Regreso al futuro’ sino que ha hecho las delicias de todos en otra escena más icónica aún si cabe del celuloide de los 90, con el ‘You never can tell’ del ‘Pulp Fiction’ de Tarantino.