Carlos Torres Vila: la estrategia y el equipo
Carlos Torres Vila es, ante todo, un gran estratega. Una virtud crucial para su nueva posición de presidente ejecutivo. Además, tiene el don de analizar cualquier problemática con minuciosidad, descifrar su complejidad y traducirlo en algo sencillo. Una vez que lo tiene claro, toma una decisión y se concentra en ejecutar su idea. Se apoya mucho en el equipo: hace participar a todo el mundo que está en una mesa, independientemente de su rango, responsabilidad o edad. Quiere conocer la opinión de todos los asistentes y valora las buenas ideas.
Como buen ingeniero, es preciso y riguroso, al tiempo que tiene la mente abierta al cambio, a la innovación y a romper moldes. Aconseja ser “genuino”, porque valora especialmente la independencia de criterio, que la gente sea capaz de decir lo que piensa, aunque suponga discrepar del resto. Está convencido que es la mejor manera de lograr el éxito profesional.
El próximo presidente de BBVA es una mente curiosa, le gusta aprender de cualquier cosa. Su trayectoria denota esta aptitud. Tras una etapa de 12 años en Mckinsey & Company –donde fue elegido socio en 1997, con 31 años– trabajó en Endesa, donde fue director corporativo de estrategia, desde 2002 y director financiero, desde 2007. Lideró la transformación y estrategia de Endesa durante el período de OPAs de Gas Natural, E.On y Enel. El mismo día que quebró Lehman Brothers –15 de septiembre de 2008– se incorporó a BBVA como director de estrategia y expansión corporativa y miembro del Comité de Dirección. En 2014, su nombramiento como director de la unidad de banca digital –área clave para la transformación de la entidad– supuso un punto de inflexión en el banco, y en mayo de 2015, fue nombrado consejero delegado del Grupo BBVA.
A sus 52 años, está casado y tiene tres hijos. Nació en Salamanca, aunque se siente gallego. Va a menudo a Galicia y sus padres son del Bajo Miño. Le encanta viajar y pasar tiempo con su familia. Practica deporte muy a menudo: monta en bici, corre y se escapa a la montaña a esquiar cuando tiene ocasión.