Burbujas históricas: tulipanes y los mares del sur
La burbuja de los tulipanes o tulipomanía nos recuerda que las burbujas económico-financieras no son algo nuevo, sino que viene de hace muchos años atrás. A lo largo de la historia ha habido muchas burbujas, pero esta es una de las más famosas que se pueden haber encontrado.
De hecho se menciona en la segunda parte de la película Wall Street, ¿qué pasó entonces?
Pongámonos en contexto, Holanda por aquel entonces era un país bastante más avanzado económicamente dada su fuerza comercial en el mundo. Además se vivía un impulso en la economía, puesto que en el comienzo del siglo XVII el descubrimiento del nuevo mundo había llenado a la gente de optimismo.
Los tulipanes se conocían en Europa, puesto que habían sido introducidos por el Imperio Otomano. No obstante, fue un virus el que los hizo más valiosos ya que les dio el colorido especial que tienen hoy en día. Por aquel entonces ya eran un símbolo de estatus y su popularidad había crecido en lo que hoy son los Países Bajos.
El interés por los tulipanes creció exponencialmente. Su precio se incrementaba sustancialmente en cuestión de días. Los tulipanes se reproducen por bulbos y semillas, pero las semillas no portan el virus que les daba sus colores especiales, cosa que sí lo hacen los bulbos. La multiplicación por bulbos es más lenta y costosa, por lo que la demanda se limitaba.
En el final de la burbuja existían contratos de compra en el futuro de cosechas que todavía no existían, equivalentes a los contratos de futuros. Estos derivados financieros influyeron en el movimiento especulativo que sufrían unas simples flores. Los bulbos cambiaban de dueño con facilidad y en cada transacción su precio se incrementaba. Parecía el negocio seguro.
Se llegó al punto en el que se intercambiaban bienes notablemente más valiosos, como una casa, por unos cuantos bulbos de una flor. Pero se llegó a un momento en el que se notaba el agotamiento del mercado al no venderse una exclusiva colección de bulbos. En ese momento algunos inversores abandonaron el mercado el cual sólo tardó días en desplomarse presa del pánico.
La burbuja de la Compañía de los Mares del Sur
La Compañía de los Mares del Sur en Inglaterra fue otorgada del monopolio del comercio con las entonces colonias españolas tras su fundación en 1711. En el año 1720 fue objeto de una de las mayores burbujas financieras de la historia moderna. Esta empresa realizó su primera ruta comercial en 1717, aunque los resultados fueron bastante pobres.
La empresa había conseguido este monopolio porque había cambiado deuda pública inglesa por acciones, que proporcionaban una rentabilidad anual del 6%. Esto equivalía a una renta perpetua, algo que resultó muy atractivo para aquellos que aceptaron el canje por un valor total de diez millones de libras de la época. Además la empresa asumió más deuda en 1717 y 1719, tomando obligaciones con nuevos inversores.
El precio de la acción fue inflado por los rumores propagados por la propia empresa sobre lo fabulosas que eran sus expediciones comerciales. El precio de sus acciones pasó de 128 libras en enero de 1720 a 550 en mayo del mismo año. En Agosto alcanzó el pico, unas 1.000 libras por acción, suficiente como para Aquellos que habían invertido y supieron salir a tiempo hicieron una gran fortuna.
Pero en 1720 explotó una burbuja de una empresa similar francesa llamada Compañía del Mississippi y se volvió a la normalidad sobre las expectativas de las ganancias. Aquellos que habían comprado en su pico se encontraron que su inversión volvió a niveles normales en pocos meses.
Sir Isaac Newton fue uno de los inversores en esta empresa, y afirmó haber llegado a perder unas 20.000 libras de la época (hay quien ha trasladado como 3 millones de libras actuales). Aparentemente dijo lo siguiente:
Puedo calcular el movimiento de los astros, pero no la locura de los hombres.
Sea cierta o no esta cita de Newton, está claro cual era el denominador común de las burbujas, un incremento extremadamente rápido de los precios y una creencia irracional en que ambos seguirían subiendo para siempre. No está de más tener esto en cuenta para el futuro, las burbujas financieras llevan cientos de años con nosotros y no quedar atrapado en una nos puede salvar de arruinar esos ahorros que tanto nos ha costado conseguir ahorrar.
Imagen | Woodleywonderworks