Brexit, ¿sí o no?
En menos de un mes los británicos votarán para decidir el futuro de Reino Unido, ¿veremos un Brexit?
Con fecha definida ya para un referéndum que se celebrará el próximo 23 de junio, defensores y detractores de que Reino Unido salga de la Unión Europea siguen aportando argumentos que justifican sus posiciones. Con la ayuda de los analistas de BBVA Global Markets Research, hemos identificado cinco aspectos clave en los que se apoyan ambos bandos y hemos analizado cuál sería su impacto para el país en el caso de producirse o no el Brexit.
El mayor mercado externo para Reino Unido
El mercado externo más grande de Reino Unido (RU) es la Unión Europea (UE), motivo por el cual es conveniente mantener su posición en el bloque. El Brexit podría suponer una caída de las exportaciones de RU hacia la UE. La productividad podría caer. Esto sucedería si hubiera disrupciones en el precio y la disponibilidad de bienes y servicios de la UE hacia RU, situación probable en tanto en cuanto se establecerían nuevos acuerdos comerciales y condiciones.
El crecimiento del comercio con países extra-comunitarios
El crecimiento del comercio de RU con países extra-comunitarios está siendo mucho mayor que el crecimiento con la UE, lo que resta relevancia a la UE en favor de los países de fuera del bloque. Además, permanecer en la Unión Aduanera de la UE supone cada vez más problemas para el crecimiento del comercio dado que sus exportaciones netas se mantienen fuera de la UE mientras que dentro del bloque caen.
Sin visas de trabajo
Reino Unido no pertenece al acuerdo de Schengen* y por tanto exige visado para cruzar su frontera. Sin embargo, RU es un miembro de la UE y permite libre movimiento y ofrece empleo a los residentes europeos sin necesidad de visas de trabajo. La UE ha demostrado ser una fuente muy valiosa y productiva de empleo joven. En tanto en cuanto la población de RU está sufriendo un proceso de envejecimiento, un éxodo de la fuerza de trabajo europea del país sería un riesgo que podría reducir su productividad.
Barreras a la mano de obra no-comunitaria
La crisis migratoria y las reglas de bienestar dentro de la UE son dos temas de gran actualidad que estarán en el corazón de la campaña del referéndum pero el tema va mucho más allá. La UE establece barreras a la libre entrada de mano de obra no-comunitaria lo que significa que una economía abierta, autónoma y globalmente comunicada como RU se encuentra en desventaja competitiva. Esto está más que demostrado dado que el mercado laboral de RU ha crecido dramáticamente en los últimos 15 años y, sin embargo, la carencia de habilidades también alcanza niveles record, lo que revela un desequilibrio entre la demanda de los empleadores de RU y las habilidades ofrecidas por la fuerza laboral de la UE. El principal argumento de Brexit es que el equilibrio óptimo solo puede conseguirse si el mercado laboral funciona de forma eficiente. Los defensores de Brexit abogan por restringir la entrada de emigrantes europeos, igualándolos a los no-comunitarios, lo cual no es posible si RU permanece en la UE.
Crecimiento de los flujos de capital
RU se ha beneficiado significativamente de estar dentro de la UE pero fuera de la eurozona. En lo que respecta a la inversión directa extranjera (FDI por sus siglas en inglés), RU se beneficia de pertenecer a un mercado único que permite el libre movimiento de capital dentro de sus fronteras y de quien históricamente ha recibido casi el 50% de su stock de FDI. Los flujos de capital de RU se han incrementado en los últimos años convirtiéndose en el tercero más alto del mundo en 2014, batido solo por los flujos a EEUU y China. Brexit podría desencadenar una salida de inversiones si RU se convierte en un lugar menos atractivo donde tener activos.
Regulación estricta de la UE
RU está financiando sus déficits por cuenta corriente y comercial con el incremento de los flujos netos de inversión directa extranjera, así que el Brexit debe garantizar a las empresas que se preserven los flujos. Los defensores del Brexit aseguran que así será dado que UE está a punto de desvelar una regulación muy estricta que afectaría al sector financiero británico y a los flujos de capital de FDI. Bruselas está penalizando a las entidades financieras extranjeras ubicadas en Londres con impuestos a la operativa, interferencias en la retribución de los banqueros y múltiples regulaciones que muchos profesionales de las finanzas consideran difíciles de manejar e innecesariamente costosas. Muchos cuestionan la necesidad de tantas normativas regulatorias y de las tasas arbitrarias. Brexit daría libertad a las autoridades británicas frente a una legislación altamente politizada y burocrática que es uno de los sellos de identidad de las instituciones europeas. Los defensores de Brexit creen que deberían crearse unos códigos legales más globales supervisados por instituciones británicas que favorecerían la racionalización y liberalización de los mercados financieros, permitiendo a RU consolidar su rol líder en las finanzas globales.
Estabilidad y ayuda a los negocios
RU se beneficia del sistema estandarizado de tarifas y tratados de comercio entre UE y los países de fuera de la unión, que proporcionan estabilidad a los negocios y ayuda a que las empresas británicas planifiquen el desarrollo del capital y de la fuerza de trabajo a largo plazo. Abandonar la UE resultaría en una salida de capital y de FDI de RU, y a corto plazo en un aumento del desempleo dado que trabajadores ubicados en RU volverían a su base en la UE. Los detractores del Brexit advierten también de que la UE podría penalizar a RU reemplazando los tratados de comercio vigentes con otros menos favorables. Otros apuntan también que RU estaría en desventaja al entrar en una competición más severa tanto con las empresas de la UE como con las no-comunitarias.
Menores precios y mayor flexibilidad en el comercio
Si RU abandonara la UE y por lo tanto no formara parte de su Unión Aduanera experimentaría los beneficios de un mercado liberal. Menores precios y mayor flexibilidad en el comercio son los dos factores clave. El famoso economista británico Pat Minford ha analizado estos beneficios por petición del Parlamento británico. Según Minford, los beneficios del Brexit serían enormes e inmediatos. La economía británica sería capaz de importar a precios “mundiales” que según sus modelos estarían un 10% por debajo de la tarifa actual establecida por estar en la UE. Esto produciría un shock positivo sobre la productividad ayudando a RU a capear las condiciones de ajuste inmediatas que se producirían.
Apoyo de ejércitos nacionales y la OTAN
La UE no tiene un ejército permanente pero los ejércitos nacionales de cada uno de los estados miembros integran una alianza de seguridad dentro del bloque. Permanecer en la UE ofrece el apoyo de cada una de las fuerzas nacionales además de la OTAN, una base de apoyo militar más amplia de la que se tendría si se produjera el Brexit. Los detractores del Brexit apuntan que factores como el expansionismo de Rusia, la crisis migratoria, la amenaza terrorista y los conflictos de Oriente Medio, hacen que este sea un mal momento para romper las alianzas con la UE.
Reino Unido es miembro líder de la OTAN
Los defensores del Brexit, por el contrario, no creen que la seguridad nacional se vaya a ver amenazada dado que RU sigue siendo miembro líder de la OTAN, es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y cuenta con energía nuclear y con un ejército profesional. Los ahorros de abandonar la UE, sin embargo, podrían ayudar a financiar planes militares clave como la renovación del programa nuclear Trident. Los fondos adicionales podrían también servir para impulsar otros proyectos que han sido recortados en los últimos años de austeridad y quizás también permitirían aumentar la contribución de RU al presupuesto de la OTAN.
*Acuerdo de Schengen
Schengenland es la denominación dada al territorio que comprende a aquellos Estados de la Unión Europea que han acordado la creación de un espacio común cuyos objetivos fundamentales son la supresión de fronteras entre estos países, la seguridad, la inmigración y la libre circulación de personas.
En la actualidad forman parte del territorio de Schengen los siguientes países: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, España, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, República Eslovaca, Suecia y Suiza.