El Brexit, todo un reto para Londres… y una oportunidad para otras capitales europeas
El Reino Unido está convencido de que Londres seguirá siendo la capital mundial del fintech y un centro financiero global tras el brexit. Sin embargo, otras capitales europeas aspiran a ocupar su puesto. Todo dependerá de la larga negociación pendiente entre la UE y Reino Unido.
Ya han pasado siete meses desde que los británicos decidiesen con su voto salir de la UE, y las consecuencias económicas de esa llamativa decisión no son, de momento, tan malas como se esperaban.
A falta del dato definitivo, la economía británica creció en 2016 un aceptable 2,2% y aunque la libra se ha devaluado y su cotización se ha hecho más volátil, no se ha producido ningún vuelco. Además, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado recientemente del 1,1% al 1,5% su previsión de crecimiento de Reino Unido para 2017. Sin embargo, la economía británica todavía no ha pasado por el auténtico examen del brexit ya que, de hecho, el proceso de salida de la UE no ha empezado formalmente.
Londres dará el paso -la petición oficial y administrativa- en marzo, o al menos esa es la intención de la primera ministra, Theresa May. En ese momento, comenzará un larguísimo y complejo proceso de negociaciones, en principio por un plazo de dos años.
Una de las opciones que está encima de la mesa es el llamado brexit duro, es decir, una ruptura brusca de la actual relación de libre comercio y movimiento de personas entre Reino Unido y la UE. Esta fue la línea que marcó la primera ministra Theresa May en un discurso el pasado 17 de enero. Uno de esos mercados especialmente sensibles a esa posibilidad es el del fintech, donde Londres ha logrado, gracias a su dinamismo, un estatus de capital mundial, por encima incluso de Nueva York.
La todavía relativamente pequeña industria del fintech aporta a la economía británica unos ingresos de alrededor de 20.000 millones de libras esterlinas (aproximadamente 23.000 millones de euros al cambio actual), según estimaciones de la consultora EY.
Informe Cámara de los Lores
Varios líderes de las fintech británicas han colaborado en la elaboración de un informe para la Cámara de los Lores (la Cámara Alta del Parlamento británico, que tiene una función básicamente consultiva) con el objetivo de analizar cómo les puede afectar el brexit. En ese documento se expresan fundamentalmente tres temores:
- La posibilidad de que las fintech tengan más difícil acceder al talento internacional por el anunciado endurecimiento de las políticas migratorias.
- La divergencia entre Reino Unido y la UE respecto a la regulación, especialmente en el tratamiento de los datos.
- La pérdida del estatus de Londres como capital mundial del fintech.
Respecto a la regulación, especialmente del tratamiento de los datos, los protagonistas del sector lo tienen claro: el Reino Unido haría mal en complicarse la vida. Los expertos consideran esencial que no se produzcan cambios en esta materia respecto a lo que tiene Reino Unido hoy como parte de la UE.
En su comparecencia ante la Comisión de los Lores que elaboró el informe, Dan Morgan, responsable de Regulación del lobby profintech Innovate Finance, afirmó que “cualquier capa de fricción o desacuerdo [en la regulación de los datos entre Reino Unido y la UE] tendría un impacto tanto en la inversión como en los modelos de negocio, así que es clave que Reino Unido no abra su propio camino en este asunto, dado el tamaño de sus vecinos”.
Por su parte, Giles Andrews, fundador y presidente de la fintech Zopa, abundó en la necesidad de no alejarse demasiado de la UE en materia de datos, añadiendo que, desde un punto de vista conceptual, Reino Unido está más cerca de Europa que de Estados Unidos en data sharing.
Más matices tienen la lucha por captar talento internacional tras el brexit y la fortaleza de Londres como capital financiera global. Son dos asuntos además íntimamente relacionados. El sector financiero británico emplea a alrededor de un millón de personas, de los que unos 100.000 son extranjeros y 60.000 pertenecen a otros países de la UE.
El porcentaje de no británicos trabajando en el sector es parecido al de otros, pero la diferencia es que los servicios financieros emplean a una proporción mayor de inmigrantes de alta cualificación: el 50% de esos extranjeros tienen el equivalente al bachillerato en el conjunto de la economía británica, frente al 63% de los servicios financieros.
Ese talento exterior es aún más importante en el caso del fintech, donde se buscan tres tipos de ‘cerebros’ internacionales: los emprendedores, los financieros y los que tienen una especial habilidad para lo que se conoce como las STEM (Science, Technology, Engineering y Maths -Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas-).
¿Tendrán más difícil trabajar en un Reino Unido posterior al brexit?
Philip Hammond, ministro de Hacienda con Theresa May y ministro de Exteriores en el anterior Gobierno, presidido por David Cameron, afirmó en su comparecencia ante la Cámara de los Lores que no veía relación entre un mayor control de las fronteras británicas y las posibles dificultades de las empresas británicas para contratar trabajadores “con altas capacidades y grandes salarios”.
Sin embargo, el ministro de Inmigración Robert Goodwill, ha revelado que su Gobierno estudia imponer un impuesto especial de 1.000 libras por año de contrato a las empresas que empleen trabajadores extranjeros. En un principio, esa medida se aplicaría solo a los ciudadanos de países de fuera de la UE -incluso esta misma primavera-, pero se extendería a todos los no británicos en cuanto fuese efectivo el brexit.
Las posibles mayores dificultades para que los no británicos trabajasen en Londres harían perder fuelle internacional a la City. Sin embargo, en el Reino Unido no parecen temer demasiado esa posibilidad.
En el informe de la Cámara de los Lores se percibe algo de escepticismo a este respecto. La competencia de Londres, aseguran, es Nueva York, porque la industria fintech solo puede crecer alrededor de un polo financiero global. Por eso, señalan, muchas fintech nacieron en California pero se fueron a la metrópolis de la costa Este al calor de grandes entidades financieras clásicas. Y ya que en Europa continental, según el informe, ninguna ciudad tiene una fortaleza financiera equiparable a Londres y Nueva York, la capital británica no tiene demasiado que temer.
Es más, el informe de la Cámara de los Lores se muestra convencido de que la UE acabará llamando, quiera o no quiera, a la puerta de Londres como gran capital financiera: “Si el ecosistema británico no puede ser replicado en la UE, como parece realista planear según lo que hemos escuchado en esta comisión, la conclusión es que no sería bueno para los intereses de la Unión recibir esos servicios financieros de forma menos eficaz o en Nueva York en vez de en Londres”.
Oportunidades en Europa
El último Global Financial Centres Index -un prestigioso ranking bianual de hubs financieros elaborado con datos de, entre otros, el Banco Mundial y la OCDE- señalaba en septiembre de 2016 a Londres como la capital financiera global, como ya había hecho dos años antes. Sólo otras dos ciudades de la UE aparecen entre las veinte primeras: Luxemburgo (puesto 12) y Fráncfort, en el 19.
Eso no significa que el brexit no suponga una oportunidad para otras ciudades europeas con menos fortaleza financiera, al menos a priori. El Gobierno francés se apresuró a ofrecer ventajas fiscales a las empresas que cambien el Támesis por el Sena, y Madrid se ha unido a una larga lista de aspirantes a ocupar el lugar de Londres.
En principio, la capital española parte en esta larga carrera en desventaja frente a otras ciudades europeas con más tradición financiera como Fráncfort, pero tiene buenas cartas que jugar, como el precio de los alquileres, el número de oficinas vacantes y una buena calidad de vida que sirva de anzuelo para miles de profesionales de las finanzas forzados a cambiar de país.
Un analista de JP Morgan ya firmó un informe en julio defendiendo Madrid como la mejor alternativa a la City, y el banco suizo UBS tiene previsto decidir a mediados de este año si 300 de sus mejores profesionales hoy afincados en Londres se trasladarán a Fráncfort o Madrid.
Como todo cambio importante, el brexit supone riesgos, pero también oportunidades. Está a punto de comenzar una larga negociación que determinará quién gana y quién pierde en este momento clave de la historia de Europa.