Los pecados del Bosco
El Museo del Prado rinde homenaje a uno de los pintores más influyentes y enigmáticos del Renacimiento en “El Bosco. La exposición del V centenario”. Esta muestra es la más completa y de mayor calidad organizada hasta el momento. La exposición, patrocinada por la Fundación BBVA, estará abierta hasta el 11 de septiembre.
Esta fotogalería repasa algunas de las obras más destacadas que se pueden admirar en El Prado.
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1
El jardín de las delicias
La obra más afamada y singular del Bosco muestra el tránsito de la humanidad desde el paraíso terrenal hasta el infierno. La inocencia del Edén da paso a la lujuria, que destaca en el panel central sobre todas las delicias que disfrutan los hombres y mujeres que pueblan este jardín. En el panel derecho, un infierno musical tortura a los pecadores: avaros, glotones, jugadores...
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2
La muerte y el avaro
La avaricia aparece representada, adornada con todo tipo de elementos y símbolos propios del Bosco. Los demonios rodean al moribundo, que mira directamente a la Muerte, mientras a su lado un ángel suplica por su alma alzando la vista hacia un crucifijo situado en la ventana. En la parte inferior del cuadro, aparece una representación de este pecado capital: un anciano echa monedas en un saco que sostiene un demonio.
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3
El carro de heno
El pecado vuelve a ser el hilo conductor en este tríptico que, de izquierda a derecha, muestra cómo se originó y cómo la humanidad se ve arrastrada por él hasta acabar en el infierno. El proverbio flamenco “El mundo es como un carro de heno y cada uno coge lo que puede” queda ilustrado en este tríptico, donde los hombres, de todas las clases sociales, tratan de subirse al carro cueste lo que cueste.
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4
Mesa de los siete pecados capitales
Cinco círculos conforman esta pintura. En las esquinas se representan los diferentes destinos que esperan al hombre, según haya sido su vida: la Muerte, el Juicio, el Infierno y la Gloria. Y en el círculo central, un gran ojo rodeado de los siete pecados capitales, que se ilustran con escenas de la vida cotidiana. Se trata de una obra moralizadora que recuerda al hombre que Dios, representado en el anillo interior, siempre está vigilando. Bajo la imagen del Creador, se puede leer la inscripción “Cave, cave, d[omin]us videt” (“Cuidado, cuidado, Dios está mirando”).
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5
San Juan Evangelista en Patmos
También llamada "La pasión de Cristo", esta obra pertenece a una serie de pinturas del Bosco en las que Cristo interpela directamente al creyente. En este cuadro, san Juan Evangelista, con un libro sobre las rodillas y sosteniendo una pluma, alza la mirada hacia una visión en la que aparecen la Virgen y el Niño dentro de un círculo en el cielo.
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6
Tríptico de san Antonio Abad
En el tríptico de san Antonio Abad, traído de Lisboa para esta exposición, El Bosco recrea un escenario que nada tiene que ver con la vida del santo. San Antonio Abad, santo patrón del padre del pintor, era un ejemplo para El Bosco ya que incita al autocontrol, a la paciencia y a la constancia frente a las tentaciones del Demonio.