Boca hizo punta en El Monumental
Tensión, gol, errores, gol, emoción, gol, discusiones, gol, gritos, golazo, y un Carlos Tevez gigante para definir un partidazo. River vistió su estadio para una fiesta, pero no esperaba terminarla como finalizó, más allá de que por un rato se había adueñado del Superclásico. Cambiante y entretenido, el River 2-Boca 4 dejó tela para cortar por varios días.
En un dominio inicial repartido, la primera genialidad de Tevez lo dejó a Walter Bou cara a cara con Augusto Batalla y el delantero de Boca no se equivocó: confiado, cruzó su derechazo y enmudeció al Monumental por primera vez en toda la tarde. Hasta ahí, se amenazaban, pero no lograban lastimarse. Andrés D´Alessandro anulaba a Fernando Gago y lo desordenaba, por los costados asomaban Pity Martínez y Nacho Fernández, pero River recién aceleró cuando se encontró en desventaja: eligió respetar demasiado a su rival.
Con el 0-1, Boca tomó confianza y tuvo su mejor fútbol, parecía más cerca el tercero que del segundo gol, pero, de pronto el partido viró, y el local se convenció de meter una marcha más en el camino al arco del debutante de Axel Werner. De esa manera, luego de un mal despeje de Gino Peruzzi, a Sebastián Driussi le cayó una pelota en el medio del área para encenderle la mecha y hacerla explotar dentro del arco visitante. Y apenas seis minutos más tarde, un centro cruzado lo encontró al otro delantero local, Lucas Alario entrando a la carrera para cambiarle el palo al arquero con un cabezazo bien dirigido. Así se cerró el primer tiempo, con Núñez embanderado en una ilusión. Un partido de locos, Boca estaba para el 3 a 0 pero sus errores defensivos lo llevaron al vestuario 1 - 2.
Foto: Departamento de Prensa de Boca Juniors
Y la segunda parte comenzó con un River dominante y un Boca desordenado, incómodo. El Millonario tuvo tres ocasiones claras para definir el partido, pero falló en la definición.
Antes del cuarto de hora, desde el banco de suplentes local llegó una señal confusa: cambio, salió Andés D´Alessandro, en lo que era probablemente su último partido en el Monumental, e ingresó Ivan Rossi, un volante de marca, para armar dos líneas de cuatro jugadores. El técnico, Marcelo Gallardo, parecía decidido a cuidar la ventaja… que le duró apenas dos minutos. Porque de un pase largo y llovido, Tevez aprovechó el primer error grave del arquero Batalla y definió con el arco vacío.
El gol le dio impulso a Boca, que se plantó mejor y fue arrimándose cada vez más al arco local. Y en una jugada electrizante, que fue fluyendo de derecha a izquierda, nació un derechazo milimétrico de Carlitos Tevez para dejar la pelota colgada del ángulo superior izquierdo del arco de River. Quedaban menos de diez minutos, el local fue a buscar con más ganas que orden, y a Boca le quedó otra, que definió Ricardo Centurión en una corrida que terminó de silenciar al estadio.
Fue 4-2 (mismo resultado que en el triunfo de la semana anterior frente a Racing), fue partidazo, fue histórico, lo festejó Boca y lo disfrutó el fútbol. Con este triunfo, Boca Juniors estiró a 10 partidos su paternidad sobre River Plate y a 6 años su racha sin conocer la derrota por el campeonato local en El Monumental
Unas horas más tarde, con la derrota del puntero, Estudiantes de La Plata, 2-3 en su visita a San Martín de San Juan, la fiesta en El Monumental se agigantó con la punta en solitario,