El blue BBVA Challenge completa sus finalistas con una estudiante catalana
Ya se conocen los seis finalistas que el próximo viernes defenderán sus proyectos en la final del blue BBVA Challenge, el concurso del segmento joven de la entidad bancaria que busca las mejores soluciones para las Smart Cities. Cinco de los finalistas se conocieron en noviembre, tras una jornada de trabajo en Madrid. En enero se puso en marcha una plataforma formativa online, que daba derecho al mejor proyecto a participar en la final. Una joven catalana se ha hecho con esta última plaza, después de imponerse a más de 2.000 inscritos, gracias a una idea que pretende aprovechar los solares vacíos a través de huertos urbanos.
Carla Bonfill Cerveró es estudiante de Arquitectura del paisaje en la Universidad Politécnica de Barcelona y graduada en Geografía por la Universitat Rovira i Virgili. Esta joven de 23 años ha propuesto un nuevo e innovador uso a los solares que la crisis dejó vacíos.
“Cuando me apunté a la plataforma online del blue BBVA Challenge pensé en soluciones extrapolables a otras ciudades y me di cuenta de que hay tres cuestiones que están presentes en todas las ciudades españolas”, cuenta esta joven de Amposta (Tarragona). Carla Bonfill ve importante dar un nuevo uso a los solares que la crisis dejó vacíos y que, a la vez, este uso pueda resolver otros dos grandes problemas medioambientales.
Huertos urbanos para aprovechar el agua y los residuos orgánicos
España es un país donde llueve muy poco y, cuando lo hace, las precipitaciones se vuelven torrenciales. “Debido a esto –explica Carla Bonfill – rompemos el ciclo del agua. El terreno está impermeabilizado y es muy complicado que absorba el agua de la lluvia”. Por otro lado, “creo que otro de los grandes problemas medioambientales que nos encontramos es saber qué hacer con los residuos que originamos en nuestros hogares”, asegura.
El viernes 31, los seis finalistas defenderán sus proyectos
Con estos retos sobre la mesa, esta estudiante de Arquitectura del paisaje propone que los propietarios de los solares los cedan mediante un contrato de usufructo, lo que les permitiría recuperarlos en el momento en que lo vendan. Mientras tanto, la sociedad de la ciudad podría utilizarlos como huertos, “en los que habría un sistema de almacenaje de agua, que aprovecharía la lluvia, y cajas de compostaje, con lo que se aprovecharían los residuos orgánicos que generan los hogares”, explica.
En su opinión, “no sólo es una iniciativa buena para el medio ambiente, sino que promueve la integración social de la ciudad”.
El valor de la formación práctica
Carla Bonfill es cliente de blue BBVA y conoció la iniciativa a través del correo electrónico. “Estoy muy contenta con esta formación y pienso que se debería convertir en una asignatura de la carrera”, asegura. Lo que más valora es “la formación práctica que proporciona”.
Los seis finalistas han recibido formación práctica destinada a desarrollar sus ideas y convertirlas en proyectos de negocio. Han aprendido a emprender creando soluciones para las Smart Cities y la próxima semana tendrán cinco minutos para convencer a un jurado que seleccionará al ganador.