El BCE: ¿qué esperar de Draghi en la segunda parte de su mandato?
Bajada de tipos de depósito, ampliación del plazo de su política de expansión cuantitativa hasta marzo de 2017… Las medidas anunciadas en la reunión de diciembre del BCE no parecieron suficientes. Y ahora su presidente, Mario Draghi, estrena 2016 en la reunión de este jueves con muchos retos por delante pero con la confianza de quien ha superado situaciones vertiginosas y ha evitado el colapso de la moneda única. Muy conocida es la frase que pronunció en 2012 cuando dijo que “el BCE hará lo necesario para sostener el euro. Y créame, eso será suficiente". Repasamos ahora sus decisiones más relevantes, y lo que está por venir.
A priori, no parece que el BCE se haya quedado corto en sus medidas. Mario Draghi, que está ahora en el ecuador de su mandato, ha actuado con contundencia en los momentos más críticos de estos cuatro años al frente del BCE. Tomó las riendas del BCE horas después de que el primer ministro griego Yorgos Papandreu convocara un referéndum sobre el programa de reformas europeo. En pocos meses, Draghi se estrenó en su cargo comprando deuda española e italiana en los mercados secundarios para calmar a los inversores en medio del terremoto griego.
“El BCE hará lo necesario para sostener el euro. Y créame, eso será suficiente"
También han sido clave los sucesivos recortes de los tipos de interés para llevarlos hasta prácticamente el 0%, las tres subastas de liquidez LTRO que han inyectado más de un billón de euros en el sistema financiero europeo, el lanzamiento del OMT (programa de compra de deuda) en julio de 2012, que supuso un giro decisivo en el curso de la crisis de deuda soberana, o más recientemente la compra de bonos públicos. La institución ha superado muchas barreras que en el pasado parecían imposibles de traspasar, como llevar a negativos los tipos de la ventanilla de depósito por primera vez, tal y como reconocía Mario Draghi en una entrevista con el diario italiano Il Sole 24 Ore.
Además, ha protagonizado una reforma institucional de gran calado en la eurozona: la creación de una unión bancaria y la concentración de los poderes supervisores en el BCE. Esta unión bancaria, el Mecanismo Único de Supervisión y los ejercicios de estrés a la banca europea han supuesto un cambio de paradigma en el sector financiero de la región.
Si bien las medidas tomadas por el BCE parecen haber tenido su efecto, al menos en parte (reducción de la fragmentación en la zona euro, caída de los tipos de interés de los créditos y freno a las expectativas de deflación), sus principales detractores argumentan que el objetivo de inflación está aún lejos y que el crecimiento de la eurozona es frágil y desigual.
La pregunta es, ¿puede el BCE solucionar todo esto? De momento, y como el propio BCE recuerda constantemente, parece difícil sin que los gobiernos de la eurozona contribuyan con nuevas medidas estructurales.
Cronología con las decisiones más relevantes tomadas por el BCE desde 2011 a 2015:
¿Qué tiene el BCE por delante?
“El camino recorrido no justifica la complacencia, pues los desafíos a futuro no son menores. En el ámbito de la política monetaria, la gran pregunta es si el BCE logrará devolver la inflación a la zona objetivo en el plazo que se ha propuesto, en 2017”, escribía José Manuel González-Páramo, consejero ejecutivo de BBVA y miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo desde 2004 hasta 2012, en El Mundo el pasado mes de diciembre.
Y, efectivamente, los expertos coinciden en que principal preocupación del BCE será que la inflación suba progresivamente hasta entornos del 2% y diluir así los temores de deflación. Pero al margen de la inflación, el BCE afronta tres retos principales en los próximos cuatro años:
En primer lugar, consolidar el funcionamiento del Mecanismo Único de Supervisión (SSM, por sus siglas en inglés). Aquí, el BCE tendrá que compaginar la nueva responsabilidad de supervisión con su rol monetario sin poner en cuestión su independencia. En segundo lugar, mejorar las herramientas de política monetaria, incluyendo el diseño de instrumentos de absorción de liquidez. En tercer lugar, contribuir técnicamente al proceso político liderando la construcción de una unión monetaria genuina y más estable.
Uno de los retos de la institución, como del de otros bancos centrales en un entorno en el que los tipos de interés han llegado al 0%, es la gestión de las expectativas, señala Sonsoles Castillo, de BBVA Research, en una tribuna publicada por Expansión.
En otras ocasiones, se ha tenido que enfrentar al cuestionamiento legal de algunas de sus decisiones, como pasó con el programa OMT, sobre el que finalmente se ha pronunciado favorablemente el Tribunal de Justicia Europeo o el debate sobre si la compra de bonos viola o no el Tratado en materia de financiación monetaria del sector público. Y no parece que este escrutinio legal vaya a perder intensidad.
Mario Draghi necesitará en el futuro, por lo que parece, las cualidades que, en opinión de los expertos, le han acompañado hasta ahora: sentido de la anticipación, conocimiento profundo de los mercados, rápida toma de decisiones y capacidad de comunicación.