BBVA Research: "El PIB de Aragón se mantendrá por encima del 2,7% en 2017 y 2018, superando a la media española"
BBVA Research mejora sus previsiones de crecimiento para Aragón en el presente bienio, en el que prevé que el PIB aumente hasta el 2,9% en 2017 y el 2,8% en 2018. Así lo indica en su último informe Situación Aragón presentado hoy por Miguel Cardoso y Peio Belausteguigoitia. El servicio de estudios de BBVA señala que el crecimiento experimentado en 2016 continuará este año y el siguiente, pese a que existen señales de desaceleración. En estos dos años podrían crearse cerca de 20.000 empleos, aumentar el PIB per cápita por encima de la media de España y reducirse la tasa de paro hasta el entorno del 12,9%.
El informe Situación Aragón apunta a que la economía de la región cerró 2016 creciendo a un ritmo del 3,3%, enlazando así tres años consecutivos de recuperación. Este comportamiento estuvo favorecido por la fortaleza del consumo, el aumento en la inversión en maquinaria y equipo y un buen desempeño del turismo. En los próximos años se espera que el PIB aragonés siga creciendo a un ritmo elevado.
La aceleración del comercio mundial, los precios de petróleo todavía relativamente bajos y la política monetaria expansiva contribuirán a ello. Así, en Aragón se prevé un crecimiento económico del 2,9% en 2017 y del 2,8% en 2018, por encima de la media de España (2,7%), permitiendo la creación neta de alrededor de 20.000 puestos de trabajo en estos dos años, y una reducción de la tasa de paro de dos puntos porcentuales hasta niveles apenas por debajo del 13%.
La expectativa de observar una desaceleración se debe al aumento de la incertidumbre sobre política económica a nivel global, el reciente ascenso en los precios del petróleo, el incremento en la inflación y el cambio que pudiera producirse en las perspectivas sobre la política monetaria.
El consumo privado continuó creciendo en 2016. Unos tipos de interés históricamente bajos, la mejora del mercado laboral y, por lo tanto, de la renta disponible de las familias, impulsaron su avance. Por otro lado, el consumo público también aumentó en términos nominales, mientras que la inversión pública cayó.
Asimismo, la licitación de nueva obra pública en Aragón se comportó mejor que la media. Por su parte, la inversión privada en maquinaria y equipo continuó aumentando y la construcción de edificios no residenciales evolucionó mejor que la media nacional, mientras que la inversión residencial no refleja todavía el mejor comportamiento de la demanda. Aragón fue una de las siete CC. AA. donde el precio de la vivienda se contrajo.
Por su parte, las exportaciones reales de bienes alcanzaron un nivel histórico en 2016, sustentadas por las ventas de bienes de consumo al exterior, y a pesar de la caída en el sector automóvil. Respecto a esto último, cabe destacar la mala evolución de las exportaciones al Reino Unido (dos tercios de las ventas a este país provienen de dicho sector), que cayeron un 11,9% internanual. Del mismo modo, las importaciones de bienes reales se estancaron tras varios años de crecimiento. Así, la balanza comercial de bienes de Aragón acabó con un saldo positivo equivalente al 1,4% del PIB regional.
El mercado de trabajo evoluciona con fuerza
En 2016 el número de afiliados a la Seguridad Social se incrementó a tasas anuales del 2,8% (España 3,0%), lo que ha supuesto el mayor aumento de empleo en nueve años y ha permitido que Aragón prácticamente haya recuperado el nivel de PIB per cápita previo a la crisis. La provincia de Zaragoza lideró el crecimiento de la afiliación, mientras que Teruel fue la que menos creció.
Los primeros datos disponibles del presente ejercicio confirman la evolución positiva del mercado laboral, en la que los servicios públicos y las manufacturas destacan como los sectores que más contribuyen a ello. El descenso de la tasa de paro y de participación, junto con el aumento de la productividad media del trabajo, son retos fundamentales para la región.
Principales riesgos de la economía aragonesa
Durante los últimos meses se han acumulado una serie de factores de riesgo que podrían estar limitando el alcance y la velocidad de la recuperación de la economía regional, ya que los impulsos externos (petróleo, política monetaria o turismo “prestado” por riesgos geopolíticos en mercados competidores) se debilitan, haciendo depender el crecimiento de factores estructurales.
Como ya se ha mencionado, continúa la incertidumbre relacionada con el resultado del brexit y con el impacto que tendrá en los sectores más expuestos a la demanda británica, como el del automóvil en el caso de Aragón. Aun así, no se espera que esta región sea de las más perjudicadas, ya que la economía aragonesa no tiene una exposición tan elevada como otras comunidades autónomas al sector turístico o a la inmigración británica.
Adicionalmente, el aumento del precio del petróleo y de la inflación, puede suponer un deterioro de la competitividad a corto plazo. Dada la temporalidad de este aumento en la variación en el IPC, se espera que el impacto negativo sobre el PIB en Aragón sea moderado y en línea con la que se observará en el resto de España.
Hacia delante, las cifras de creación de empleo estarán condicionadas porque los aumentos salariales reales se ajusten a la evolución de la productividad del factor trabajo. A este respecto, aunque el aumento del Salario Mínimo Interprofesional es elevado, se estima que el impacto en el PIB y la creación de empleo en Aragón será poco significativo debido al bajo peso que tienen sobre el total de los costes salariales las personas que se verían afectadas por el repunte.
En todo caso, esta subida puede reducir la probabilidad de empleo de ciertos colectivos, como los trabajadores con menor formación, los jóvenes o quienes tienen un contrato temporal.
Respecto a la política fiscal autonómica, se estima que la reducción del déficit en 2017 requerirá que se mantenga el esfuerzo mostrado en 2016, aunque se estima que la variación del gasto público autonómico no supondrá un lastre para el crecimiento de la demanda interna. Hacia delante, será necesario continuar con el proceso de reducción de los desequilibrios acumulados durante la crisis para poder así reducir la vulnerabilidad de la economía aragonesa ante cambios en el escenario económico.