BBVA Research: “La recuperación valenciana continuará, con un crecimiento del 2,7% en 2017 y del 2,6% en 2018”
BBVA Research confirma que la recuperación de la economía valenciana continuará tanto este año como el siguiente. Se prevé un crecimiento del PIB del 2,7% en 2017 y del 2,6% en 2018, aunque existen señales de desaceleración, especialmente en comparación con los dos ejercicios anteriores. Así lo indica BBVA Research en su último informe Situación Comunitat Valenciana, presentado hoy por Rafael Doménech y Alberto Charro. El servicio de estudios de BBVA estima que, en estos dos años, podrían crearse cerca de 120.000 empleos, reducirse la tasa de paro en 4 puntos hasta el 15,5%, y superarse el nivel de renta per cápita previo a la crisis.
El informe Situación Comunitat Valenciana apunta a que la economía de la región creció en 2016 a un ritmo del 3,5%, dos décimas más de lo esperado hace dos trimestres y tres décimas por encima del promedio nacional. Este comportamiento estuvo favorecido por la buena evolución del consumo privado en la región, la inversión y las exportaciones.
Para los próximos trimestres se espera que se produzca una desaceleración de la economía que, sin embargo, será menos intensa que lo previsto anteriormente. Como consecuencia, el PIB valenciano crecerá un 2,7% en 2017 y un 2,6% en 2018, lo que permitirá enlazar ya cinco años de crecimiento. Además, estos datos permitirán una elevada creación de empleo, y el número de ocupados se incrementará en 120.000 hasta el final de 2018. La aceleración del comercio mundial, los precios de petróleo, todavía relativamente bajos, y el tono expansivo de la política monetaria contribuirán a ello, entre otros factores. Sin embargo, algunos soportes que han sido claves para el crecimiento se debilitarán en el futuro. Se espera que el precio del petróleo en 2017 se sitúe por encima del promedio en 2016, lo que podría reducir el crecimiento del PIB de la comunidad en tres décimas. Adicionalmente, la contribución del turismo exterior a la economía valenciana se moderará, tanto por el menor impulso ligado a las tensiones geopolíticas en los países competidores como por un menor dinamismo del turismo británico. Y además, la recuperación prevista de la inflación permitirá anticipar la normalización de la política monetaria del BCE, lo que ya ha empezado a generar un aumento gradual de las expectativas de tipos de interés.
Rafael Doménech, director de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, ha presentado esta mañana el informe 'Situación Comunitat Valenciana'
Desaceleración en 2017
Aunque el crecimiento continúa siendo dinámico en el primer trimestre de 2017, el vigor es inferior al observado hace un año. Esta desaceleración, que se inició ya en el segundo semestre de 2016 es consecuencia del debilitamiento de la demanda interna (particularmente del consumo de las familias y de la inversión de las empresas) y del menor crecimiento de las exportaciones de bienes. El agotamiento de la demanda embalsada durante la crisis, la reversión en la evolución del precio del petróleo o el impacto decreciente de la política monetaria justifican un gasto de los hogares menos vigoroso. Las exportaciones, por su parte, se vieron condicionadas por el efecto negativo de la depreciación de la libra frente al euro y el potencial impacto que puede tener una caída de la demanda por parte de Reino Unido. Esto es especialmente importante para la economía de la región debido a que es su tercer socio comercial, al que se destinan un 10% de las exportaciones de bienes. Asimismo, la demanda británica es relevante para la industria de bienes de equipo, la de alimentación y, en especial, la automotriz, que supone un 21% de las ventas al exterior y cuya desaceleración justifica el menor crecimiento de las exportaciones en 2016. Además, es previsible que también se vean afectados el turismo exterior (los británicos suponen casi un tercio de los visitantes extranjeros, siendo el primer mercado turístico exterior de la Comunidad Valenciana), la compra de viviendas o el consumo de la colonia británica residente en la región (la más numerosa de España).
La evolución positiva del empleo evita una mayor desaceleración
El empleo tuvo un comportamiento muy favorable en la Comunitat Valenciana a lo largo de 2016. La afiliación a la Seguridad Social creció un 3,7%, hasta superar los 1,7 millones de afiliados en la región, siendo las ramas del comercio, el transporte, las reparaciones y la hostelería las que más contribuyeron a ello. Esta evolución continúa en el primer trimestre de 2017, y se espera que la economía valenciana pueda crecer entre el 0,7% y el 0,8% en el trimestre.
Factores de riesgo de la economía valenciana
Durante los últimos meses se han acumulado una serie de factores de riesgo que podrían estar contribuyendo a la desaceleración de la economía valenciana, ya que los impulsos externos (petróleo, política monetaria o turismo “prestado” por riesgos geopolíticos en mercados competidores) se debilitan, haciendo depender el crecimiento de factores estructurales.
Como ya se ha mencionado, continúa la incertidumbre relacionada con el resultado del brexit y con el impacto que tendrá éste en los sectores más expuestos a la demanda británica, de especial relevancia en el caso de la Comunitat Valenciana. De hecho, esta región es una de las más expuestas, tanto en el comercio de bienes, como en el turismo, la inmigración y la inversión. Adicionalmente, el aumento del precio del petróleo y de la inflación, pueden suponer un deterioro de la competitividad a corto plazo. Dada la temporalidad de este aumento en la variación en el IPC, se espera que el impacto negativo sobre el PIB en la Comunitat Valenciana sea moderado, y en línea con la que se observará en el resto de España.
Hacia delante, las cifras de creación de empleo estarán condicionadas porque los aumentos salariales reales se ajusten a la evolución de la productividad del factor trabajo. A este respecto, aunque el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) es elevado, se estima que el impacto en el PIB y la creación de empleo en la Comunitat será poco significativo, ya que el peso que tienen las personas que se verían afectadas por el repunte sobre el total de los costes salariales es bajo. Los efectos podrían ser negativos y significativos si este aumento del SMI termina contaminando al resto de la distribución salarial, sin aumentos proporcionales de la productividad. Incluso aunque estos efectos indirectos no se produzcan, habrá que vigilar y corregir los efectos sobre la probabilidad de empleo de ciertos colectivos, como los trabajadores con menor formación, los jóvenes o quienes tienen un contrato temporal.
Por otro lado, gran parte del buen comportamiento del sector turístico en los años pasados fue posible por la llegada de visitantes que huían de otros mercados, afectados por tensiones geopolíticas. Es probable que este impulso no se mantenga, por lo que es necesario incentivar una regulación que favorezca la mejora de la competencia y la inversión en la región de este sector estratégico, apostando por un turismo de calidad.
En cuanto a la política fiscal autonómica, se estima que la reducción del déficit en 2017 requerirá de un esfuerzo relativo mayor que el de otras comunidades autónomas. Si el nuevo sistema de financiación autonómica corrigiera los problemas de infrafinanciación de la región en términos per cápita, facilitaría no tener que aplicar políticas diferencialmente contractivas para alcanzar la sostenibilidad de las cuentas autonómica. Hacia delante, será necesario continuar con un proceso ordenado hacia la estabilidad presupuestaria, la salida del FLA, la vuelta a los mercados de emisiones y, sobre todo, apostar estratégicamente por la mejora de la eficiencia de los servicios públicos y por el proceso de transformación tecnológica y digital en todos los niveles de las administraciones públicas.
Si quiere acceder al informe completo pinche aquí.