BBVA Research estima una desaceleración global hasta el 3,5% en 2019 y el 3,4% en 2020
El crecimiento económico mundial se desaceleró más de lo esperado en la segunda mitad de 2018 y los datos recientes de actividad y confianza han dado sorpresas negativas. La situación en los diferentes sectores ha sido dispar y la rápida desaceleración global y los altos riesgos proteccionistas continúan con la tensión financiera. Con ello, BBVA Research prevé en su último informe una desaceleración suave de la economía global, desde el 3,6% en 2018 hasta el 3,5% en 2019 y el 3,4% en 2020.
El temor a una rápida desaceleración global y el alza de los riesgos proteccionistas provocaron un fuerte aumento de las tensiones financieras a finales de 2018, especialmente en las economías desarrolladas, con fuertes caídas en bolsas, aumento de precios de los activos refugio y salidas de flujos de capitales. El arrastre a los países asiáticos, el deterioro cíclico de EE. UU. y el peor desempeño económico en Europa y China plantearon en el pasado año un contexto de mayor incertidumbre sobre el entorno global.
Teniendo en cuenta dicho entorno, los principales bancos centrales (sobre todo la Reserva Federal) han reaccionado dando señales de cautela en sus planes de normalización de la política monetaria, lo que, según el servicio de estudios de BBVA, ha sido clave para la contención y reversión parcial de las tensiones.
Dicho entorno también influye en las previsiones de crecimiento del PIB, que se basa en el supuesto de una mayor volatilidad financiera durante la primera mitad del año; un acuerdo entre EE.UU. y China que frene las disputas comerciales y evite una nueva subida de aranceles, alguna solución que evite un ‘brexit’ sin acuerdo y la confirmación de un tono más pausado de la política monetaria de Estados Unidos. Con todo ello, BBVA Research prevé una desaceleración suave de la economía global, desde el 3,6% en 2018 hasta el 3,5% en 2019 y el 3,4% en 2020.
La moderación del crecimiento será más evidente en las economías desarrolladas
En Estados Unidos es probable que se prolongue la moderación observada en la segunda mitad del año pasado a causa del peor desempeño de la demanda doméstica que, unido a la progresiva desaparición de los efectos de los estímulos fiscales de 2018, llevará a una desaceleración del crecimiento del 2,9% en 2018 hasta el 2,5% en 2019 y el 2% en 2020.
Por otra parte, la recuperación en la Eurozona se ha resentido de la menor demanda global y BBVA Research estima un crecimiento más moderado de alrededor del 1,4% en 2019-20. El crecimiento de la zona euro se basa en la solidez de los fundamentales domésticos y el apoyo de una política monetaria y fiscal acomodaticias, lo que también repercutirá en España, que mantiene su crecimiento por encima de la media con una desaceleración gradual desde el 2,5% de 2018 hasta el 2% en 2020.
El crecimiento en las economías emergentes se mantendrá relativamente estable
El servicio de estudios de BBVA espera una desaceleración en las economías asiáticas arrastradas por el menor crecimiento en China, desde el 6,6% en 2018 hasta el 6% en 2019 y el 5,8% en 2020, mientras que la recuperación ganará tracción en los países de Latinoamérica (1,6% en 2018, 2.1% en 2019 y 2,4% en 2020).
El crecimiento se mantendrá relativamente estable en México y Perú en 2018-20, mientras que se espera una recuperación gradual en Colombia y Brasil. En Argentina, la actividad podría volver a contraerse alrededor de un 1% en 2019, tras la fuerte caída del 2,4% de 2018 por las políticas contractivas en curso, que se irán suavizando en el tiempo y permitirá un crecimiento en torno al 2,5% en 2020.
Además, en Turquía continuará el proceso de ajuste de la economía tras el endurecimiento tanto de la política monetaria como fiscal para corregir los desequilibrios generados en los años previos, de manera que la desaceleración del crecimiento persistirá en 2019 (alrededor del 1%) antes de empezar a ganar algo de impulso en 2020 hasta el 2,5%.
Teniendo en cuenta lo anterior, el escenario global planteado por BBVA Research está sujeto a riesgos mayoritariamente negativos e inciertos dada su naturaleza política -el proteccionismo, las preocupaciones sobre la intensidad del ajuste de la actividad en EE. UU. y China o la continua incertidumbre europea.