BBVA presta una obra de Antonio López al Museo Arqueológico Nacional
La pintura de gran formato del artista español Antonio López, que no se había expuesto al público desde 2008, podrá disfrutarse hasta el 15 de julio.
‘Vitrina Cero’ es un espacio expositivo del Museo Arqueológico Nacional (Madrid) que se renueva trimestralmente dando la oportunidad a los visitantes de conocer nuevas propuestas. En el marco del programa de actividades conmemorativas del décimo aniversario de la reforma del museo (2014-2024), esta nueva ‘Vitrina Cero’ celebra el hito de la única reforma integral de la historia del edificio. Precisamente, Juan Pablo Rodriguez Frade, arquitecto de esta remodelación, es el mismo que hizo el proyecto museográfico de Ciudad BBVA, sede del banco en Madrid.
La muestra viene acompañada de un préstamo de la Colección BBVA, una pintura de gran formato realizada por Antonio López que representa el Museo Arqueológico Nacional en 1962. “La Colección BBVA es uno de los conjuntos artísticos privados más importantes de España con más de 9.000 obras relevantes de gran variedad de disciplinas. La labor de mecenazgo y apoyo al arte, así como su difusión, han sido y son una de las bases de nuestra contribución a la sociedad”, afirma Carlos Casas, director global de Talento y Cultura en BBVA. “En BBVA siempre hemos prestado una especial atención al arte y la cultura como vías fundamentales de generación y difusión del conocimiento. La cultura educa, refuerza la pasión por el conocimiento y lleva implícito valores universales”, añade.
La obra en concreto se trata de un óleo de gran formato de 1962 que, bajo el título ‘Vista de Madrid (Museo Arqueológico desde la calle Serrano)’, representa una de las primeras panorámicas urbanas del artista, que seguirá realizando hasta la actualidad. La obra mantiene ecos de su primera etapa de formación en la que experimenta con diversos recursos surrealistas que empiezan a perder intensidad en 1960, cuando comienza a realizar sus conocidas vistas de Madrid, en las que la fidelidad a la realidad y el entorno que le rodea es cada vez más patente.
Vista de Madrid (Museo Arqueológico desde la calle Serrano), Antonio López (1962) - Colección BBVA
La composición de todas las vistas de Madrid de esa época es muy similar, su formato es intencionadamente apaisado, normalmente de grandes dimensiones y tomadas desde un punto de vista alto. Por lo general, los edificios son los únicos testigos del paso del tiempo en esa ciudad vacía. Una ciudad habitualmente ruidosa y agobiante, lo que convierte la visión de esa insólita ausencia de vida en algo fantasmagórico.
La elaboración de estas vistas es larga y laboriosa, ya que requieren luz natural. Una luz que cambia según la hora del día y la estación del año, por lo que el artista se ve obligado a trabajar en una franja horaria y temporal muy reducida. Es la primera vez en 15 años que esta obra se expone al público.