BBVA Asset Management: “Asistimos a un entorno idóneo para la renta fija en 2024”
El escenario central de BBVA Asset Management para 2024 se caracteriza por un crecimiento económico inferior al potencial, pero que evita la recesión. El descenso de la inflación permitirá que los bancos centrales de los países desarrollados inicien bajadas de los tipos de interés. “Por tanto, asistimos a un entorno idóneo para las inversiones en renta fija, una vez dejamos atrás el fuerte repunte de los tipos de interés iniciado en 2022”, ha señalado Joaquín García Huerga, director de Estrategia Global de BBVA Asset Management (BBVA AM), durante la presentación de la visión de mercados para 2024. En este escenario, las bolsas pueden vivir un año con rentabilidades positivas, apoyadas en modestos crecimientos de beneficios y, en algunos casos, unas valoraciones atractivas.
En 2024, el efecto retardado de la política monetaria y una menor contribución de la política fiscal deberían propiciar un entorno de bajo crecimiento, por debajo del potencial en la mayoría de las economías, según BBVA Asset Management. “No contemplamos una recesión severa en la medida que no se observan fuertes desequilibrios macroeconómicos”, ha explicado Joaquín García Huerga. Las previsiones apuntan a un crecimiento en torno al 1,4% en EE. UU, al 0,6% en la zona euro y al 4,5% en China.
En cuanto a la inflación, y tanto en EE. UU. como en la zona euro, la gestora de BBVA espera que la general y la subyacente continúen su senda de bajada hasta niveles cercanos, pero ligeramente superiores, al 2% a finales de 2024. El precio de la energía puede continuar contribuyendo negativamente, al mismo tiempo que la inflación de alimentos se moderará gradualmente. “Tal vez el riesgo esté en cierta fortaleza estructural del mercado laboral”, ha afirmado García Huerga.
“El punto crucial para los mercados en 2024 será la evidencia de que la inflación está controlada y que los bancos centrales pueden por tanto comenzar las bajadas de tipos de interés”
Si la inflación se modera, la Reserva Federal podría acometer el primer recorte de tipos en el primer semestre de 2024, llegando a la zona del 4% al 4,5% a finales de año. Por su parte, el BCE también puede comenzar los recortes de tipos en el primer semestre de 2024, y realizar bajadas graduales llevando el tipo de interés de depósito a una cifra entre el 3% y el 3,5%.
“El punto crucial para los mercados en 2024 será la evidencia de que la inflación está controlada y que los bancos centrales pueden por tanto comenzar las bajadas de tipos de interés”, ha subrayado. Si esto es así, el contexto será el adecuado para que la renta fija tenga un buen comportamiento. Los tipos de interés ya han subido de forma considerable, y los inversores se podrán por fin beneficiar de una rentabilidad positiva en forma de intereses y de su bajo riesgo o volatilidad, sobre todo comparada con otros activos.
Según García Huerga, quizás el riesgo para la renta fija radique, además de en la inflación, en las crecientes emisiones de papel al mercado para financiar los elevados déficits públicos, porque pueden poner cierta presión al alza en los tipos de interés, especialmente en EE. UU.
Dentro de la renta fija, BBVA AM considera que es atractiva tanto la de países desarrollados como la de países emergentes. Estos últimos ofrecen una alta rentabilidad y algunos bancos centrales de esta zona ya están inmersos en el ciclo de bajadas de tipos. También el crédito de alta calidad o ‘investment grade’ resulta interesante en términos de rentabilidad/riesgo.
Joaquín García Huerga, director de Estrategia Global de BBVA Asset Management.
Posible subida de dos dígitos en la bolsa europea
En el capítulo de bolsas, la valoración agregada se mantiene cerca de su media histórica. Pero existe una divergencia relevante: el S&P 500 estadounidense sí presenta una valoración exigente frente a su historia, mientras que numerosos índices europeos o emergentes están por debajo de la misma.
Los márgenes empresariales pueden seguir mostrando resistencia a la baja desde los altos niveles actuales, ayudados todavía por cierta inflación que apoya las cifras de ventas y unas empresas dotadas de altos niveles de flexibilidad provenientes de haber tenido que superar la pandemia. Como contrapunto, la presión en costes es creciente, especialmente en el frente salarial.
En EE. UU. los beneficios empresariales pueden subir en 2024 un 7% aproximadamente, entre el 3% y el 5% en Europa y al menos un 2% en el caso de España, en este último caso con potencial para que la cifra final sea superior.
“Por tanto, y como resultado de una valoración con margen de mejora y unos beneficios empresariales al alza, las bolsas europeas pueden registrar subidas de hasta doble dígito en 2024”, ha señalado. En el caso de la bolsa estadounidense, el potencial radica más en el crecimiento de beneficios que en la valoración y podría subir en 2024 algo menos que las bolsas europeas.
“En términos de rentabilidad esperada ajustada por riesgo, preferimos la renta fija a la renta variable. No obstante, dada la incertidumbre actual en cuanto al ciclo económico y la situación geopolítica, es necesario considerar que el posicionamiento puede requerir dosis de flexibilidad a lo largo de 2024”, ha explicado García Huerga.