Por qué los bancos turcos van viento en popa
En contraste con otros sectores de Turquía, los bancos están destacando por la excelente evolución de sus magnitudes financieras en la primera parte de 2017. Una de las razones reside las medidas del Gobierno turco para estimular el crecimiento. Pero también hay otros motivos que están haciendo de los bancos turcos los preferidos para muchos inversores. En particular, Garanti, entidad en la que BBVA posee un 49,85%, brilla con luz propia.
El sector bancario turco es el segundo mayor de Europa emergente, después del ruso. Se trata de un mercado con baja penetración y gran potencial de crecimiento. Cuenta con una elevada liquidez, está bien capitalizado, poco apalancado y destaca por la calidad de sus activos.
1. Buenas perspectivas macro y medidas para impulsar el crédito.
La economía turca ocupaba, a diciembre de 2016, la decimoséptima posición mundial. Su crecimiento medio del PIB en los últimos diez años ha estado en el entorno del 5%. Pese a que en 2016 se ha visto cierta desaceleración, las medidas de estímulo fiscal las enfocadas en la reactivación de la economía están impactando positivamente. De hecho, BBVA Research ha revisado al alza sus estimaciones de crecimiento para 2017 (del 3,0% al 5,0%) . Por su parte, el Banco Central de Turquía (CBRT por sus siglas en inglés) viene restringiendo la política monetaria desde finales del pasado año para contener las presiones inflacionistas. Desde 2011 aplica múltiples herramientas de política monetaria enfocadas a fortalecer la estabilidad financiera. En cuanto a la deuda pública, se mantiene a niveles muy bajos (28% del PIB en 2016 vs criterio de Maastricht del 60%) especialmente si se comparan con los de otros países europeos.
2. Gran potencial de crecimiento del sector financiero.
El sector financiero turco, compuesto por 50 bancos, es el segundo mayor dentro de la Europa emergente por detrás del ruso, si tomamos como referencia el tamaño del activo (aproximadamente 791.000 millones de dólares en marzo de 2017). Ofrece un elevado potencial de crecimiento a largo plazo que se justifica por la demografía del país (el 56% de los 80 millones de personas que habitan en Turquía tienen menos de 35 años) y por la baja penetración del sistema financiero (el total de préstamos únicamente representaba un 62% del PIB en el primer trimestre de 2017 mientras que en la zona euro alcanzaba el 101%). Adicionalmente, el crecimiento del crédito se está viendo favorecido por las medidas que ha tomado el gobierno turco para estimular el crecimiento, más concretamente por la ampliación del Credit Guarantee Fund (CGF). El objetivo de este fondo es impulsar el crecimiento económico proporcionando colateral a empresas que no pueden acceder a financiación por carecer de garantías suficientes. Gracias a este mecanismo, en el primer trimestre de 2017 se ha incrementado significativamente la concesión de préstamos por parte de los bancos privados turcos sin que ello haya supuesto una carga extra de capital (ya que están garantizados por el estado) ni mayor riesgo ya que cuentan con la garantía del Tesoro.
3. Sector muy líquido.
Un porcentaje significativo de la financiación del sector financiero turco (56% del total de activos a marzo de 2017) procede de depósitos de sus clientes. Además, los bancos turcos tienen un acceso cómodo a los mercados de capitales internacionales y son capaces de refinanciar sus vencimientos sin problemas. Asimismo, el sector bancario turco destaca por contar con niveles de liquidez muy confortables. De hecho, los ratios regulatorios están muy por encima de lo exigido por los reguladores. A marzo 2017 el ratio de liquidez (Total Liquidity Coverage Ratio) promedio de los cuatro principales bancos turcos privados estaba en el 110% cuando el mínimo regulatorio exigido para 2017 es 80%.
4. Balance- Sólidos fundamentales.
El sector financiero turco mantiene elevados niveles de capital y está poco apalancado. En marzo 2017, el ratio de adecuación de capital del sistema era del 16,1%) destacando su gran calidad (el 85% del capital total se califica como Tier 1 o de máxima calidad). Por su parte, el ratio de apalancamiento (pasivo exigible/patrimonio neto) a diciembre de 2016 fue de 7,8 veces en el sistema financiero turco comparado con el 11,8 veces de media en la zona euro). Los bancos turcos se distinguen por su eficaz gestión de riesgos, que combina sistemas muy avanzados con políticas prudentes. Destaca la buena calidad de activos del conjunto del sector (el ratio de morosidad a marzo de 2017 era del 3,2%, con una cobertura del 126% a diciembre de 2016).
5. Cuenta de resultados: elevada rentabilidad y buena eficiencia.
La rentabilidad de los bancos turcos se mantiene en niveles elevados. Como muestra, el ROE (Return on equity) medio del sistema financiero turco alcanzó, a marzo de 2017, el 17,7%, mientras que el ROA (Return on average assets) fue del 1,94%. Asimismo la eficiencia del sector (42,8% de media en marzo) se mantiene en niveles muy competitivos al compararlo con sistemas financieros de economías más desarrolladas como las de la zona euro.
Garanti: el mejor exponente de un sector en pleno crecimiento
Garanti Bank, el banco turco del que BBVA es el primer accionista (con una participación del 49,85%) brilla con luz propia dentro del pujante sistema financiero de este país. Se trata del segundo mayor banco de Turquía por volumen de activos (aproximadamente 90.400 millones de dólares, a marzo de 2017, en términos consolidados). Es la primera entidad entre los bancos privados turcos por hipotecas, préstamos al consumo, financiación de automóviles y mantiene posiciones de liderazgo en el negocio de tarjetas de crédito.
El liderazgo tecnológico es una de las ventajas competitivas de Garanti. Con un modelo de negocio dinámico y centrado en el cliente y una tecnología muy avanzada e integrada a sus productos y servicios innovadores, Garanti continúa diferenciándose y facilitando la vida de sus más de 14 millones de clientes. Se trata de una entidad pionera en la digitalización de la banca. En mayo 2017 el número de clientes digitales, superaba los 5 millones (de los cuales más de cuatro millones eran clientes que operan a través del móvil). Asimismo el porcentaje de ventas digitales sobre el total mantiene una tendencia creciente y alcanzó el 30% en el primer trimestre de 2017.
Garanti acaba de celebrar 20 años en la vanguardia de la banca digital gracias al lanzamiento de productos innovadores, el desarrollo de la banca por internet e inversiones tecnológicas de primer nivel.
En lo referente a fundamentales, destaca la fortaleza del balance de Garanti: muy líquido (el ratio LCR consolidado a marzo 2017 alcanzaba el 119%), bien capitalizado (el ratio capital total en términos locales a marzo de 2017 era del 15,9%, superior al de la media de comparables del sector) y de cuenta con una sólida calidad de activos.
Garanti es el mejor banco privado del mercado turco en términos de rentabilidad (el ROE en términos locales a marzo es el 19,0%, mientras que el RoA en términos locales era del 2,3%), calidad crediticia (el ratio de morosidad local en términos locales en marzo de 2017 fue del 2,7%, una décima por debajo del de diciembre y claramente menor que la media del sector) y sus niveles de eficiencia comparan muy positivamente con la media del sector (a marzo de 2017 el ratio en términos locales era del 43,2%).
La entidad ha mostrado sobradamente su capacidad para generar resultados sostenibles a lo largo del tiempo. Gran parte del mérito de esto corresponde al equipo gestor capaz de adaptarse con gran rapidez y agilidad a las dinámicas de mercado. Esta habilidad les permite ser muy proactivos en, por ejemplo, políticas de gestión de precios. De hecho, en el primer trimestre de 2017, la entidad presentó unos resultados por encima del consenso de analistas, con un beneficio neto consolidado de 1.537 liras turcas (396 millones de euros) lo que supone un crecimiento interanual en términos constantes del +45%). Lo más relevante de la cuenta fue el buen comportamiento de su división bancaria, gracias a la buena gestión de los márgenes, la generación de ingresos elevados y sostenibles, el estricto control en los gastos y una evolución de la calidad de activos mejor de la esperada.