El Banco Central Europeo: la política monetaria común
El Banco Central Europeo (BCE) es el banco central de los bancos centrales de los países de la Unión Europea. El BCE fue creado el 1 de julio de 1998 y tiene como objetivo principal mantener el poder adquisitivo de la moneda única y, de este modo, la estabilidad de precios en la zona del euro. El control de la inflación es, por tanto, su razón primordial de ser.
En estos últimos años, el papel del BCE está siendo muy notorio. En el año 2010 se aprobó una ampliación de capital por importe de 5000 millones de euros y la inminente entrada en funcionamiento del Comité Europeo de Riesgos Sistémicos (CERS), organismo independiente cuyo papel era luchar por la estabilización del sistema financiero de la zona euro y prevenir nuevas crisis.
El 1 de enero de 1999 la Unión Económica y Monetaria entra en su fase final, al fijarse de forma irrevocable el tipo de cambio de las monedas de cada país y el inicio de la ejecución de la política monetaria única bajo la responsabilidad del BCE. En un primer momento fueron 11 los estados que pusieron en común su política monetaria, con la posterior incorporación de Grecia, Eslovenia, Chipre, Malta y Eslovaquia, en diferentes fechas.
Ya desde un inicio muchas voces se alzaron criticando la fragilidad de una política monetaria común y una política fiscal independiente (impuestos, gasto público y demás) de cada estado miembro. Con esta crisis que estamos viviendo esas criticas se tornan premoniciones.
Organización de la política monetaria de la UE
Para la instrumentación de la política monetaria conviven dos organizaciones, al existir países de la Unión Económica que no han adoptado el euro:
- El Eurosistema, integrado por el BCE y los bancos centrales nacionales de los 16 países que forman la zona euro.
- El Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), que lo compone el BCE y la totalidad de bancos centrales nacionales de los 27 estados miembros de la UE.
El Tratado constitutivo de la Comunidad Europea se refiere sólo al SEBC, ya que se basó en el supuesto de que todos los estados miembros adoptarían el euro.
Funciones del Eurosistema
Siendo su objetivo básico el mantenimiento de la estabilidad de precios en la UE, el Eurosistema también apoya las políticas generales de la Comunidad con el fin de cumplir con sus objetivos de alto nivel de empleo y un crecimiento sostenible y no inflacionista. Lo que ocurre es que muchas veces, el objetivo de pleno empleo y de control de la inflación, no pueden ser alcanzados a la vez. Sin política fiscal común, los problemas económicos cuando hay crisis asimétricas en la UE son inabordables (crecimiento de unos y caída de la producción de otros, por ejemplo).
Concretando sus funciones básicas:
- La principal es definir la política monetaria de la zona euro.
- Realizar operaciones de cambio de divisa, pudiendo intervenir en el mercado de forma unilateral o con la colaboración de los bancos centrales para controlar la cotización del euro.
- Poseer y gestionar las reservas de divisas de los países del euro.
- Velar por el buen funcionamiento de los sistemas de pago.
Otras funciones:
- Autorizar de manera exclusiva la emisión de billetes de euro. La fabricación de los billetes en función de cada banco central nacional, que tiene un porcentaje asignado de la producción anual y se ocupa de con los gastos de fabricación.
- Confeccionar estadísticas.
- Garantizar la estabilidad financiera de la zona y supervisar el buen funcionamiento las entidades de crédito. Cooperación internacional y a nivel europeo.