¿Cómo ayuda el ‘regtech’ a que los bancos cumplan con la regulación?
La disrupción tecnológica puede ayudar a los bancos a cumplir con los crecientes requisitos de la regulación financiera de una forma más eficiente. Así se ha planteado durante la Financial Stability Conference celebrada en Berlín, en la que ha participado José Manuel González-Páramo. El consejero ejecutivo de BBVA analizó el marco regulatorio surgido tras la crisis financiera, la necesidad de equilibrio entre estabilidad y eficiencia en la regulación, y la influencia de las nuevas tecnologías en el cumplimiento normativo.
1.000 millones de dólares al año
Es la cantidad que llega a costar a una institución financiera el cumplimiento normativo, según cálculos del Institute of International Finance (IIF). Esta cifra, que ilustra cómo abordar los requisitos normativos es, en términos de costes y recursos, una de las mayores cargas que las entidades tienen hoy en día, y cada vez es más compleja.
Además, la cantidad de datos producidos por las instituciones financieras está aumentando y los reguladores exigen acceso a esta información para mejorar su visión del riesgo sistémico y del comportamiento de los diferentes agentes involucrados en el entorno bancario.
En este escenario, surge dentro del ecosistema ‘fintech’ una nueva generación de empresas bajo un concepto conocido como ‘regtech’, o lo que es lo mismo, tecnología que ayuda a los bancos a cumplir con la regulación de una manera más ágil y eficiente. Estas ‘startups’ ofrecen tecnologías que facilitan los procesos de cumplimiento, y los hacen más ágiles y menos costosos. Esto permite, a su vez, a las entidades financieras dedicar más recursos a otras actividades, como los esfuerzos de innovación.
El ‘regtech’ es una de las áreas del ‘fintech’ que más afectarán a la banca del futuro, según un informe de Cisco. De hecho, tras la explosión de ‘startups’ dedicadas a los pagos o los préstamos online, “un signo de que el mercado ‘fintech’ está madurando hacia áreas más sofisticadas es que el ‘regtech’ es una de las áreas de mayor crecimiento”, afirma el diario británico The Financial Times en un artículo reciente.
Muchas de ellas proliferan al abrigo de nuevas regulaciones significativas como Mifid II, facilitan la actividad de los crecientes departamentos de cumplimiento normativo en las entidades financieras o ayudan a afrontar requisitos regulatorios cada vez más estrictos, relacionados con la grabación de mensajes de texto y comunicaciones de voz.
CB Insights calcula que, desde 2013, las compañías de tecnología ‘regtech’ han recaudado aproximadamente 4.900 millones de dólares en rondas de financiación a nivel mundial, el 18% en Europa. Según esta misma fuente, Europa ha sido un hervidero de ‘startups’ de ‘regtech’ con un enfoque en soluciones para la industria de servicios financieros. “Esto no es sorprendente si consideramos el calendario repleto de reglamentos inminentes en Europa como la directiva revisada de servicios de pagos (PSD2) y el Reglamento general de protección de datos (GDPR), entre otros”, asegura.
Tres vías para aliviar la carga regulatoria de los bancos
Una oportunidad clave que ofrece el ‘regtech’ es el desarrollo de soluciones capaces de extraer información valiosa de un alto volumen de datos estructurados y no estructurados casi en tiempo real, simplificar los informes regulatorios y acelerar los procesos de cumplimiento.
Esta tecnología aplicada al cumplimiento normativo permite también facilitar y acelerar el cumplimiento de normativas como la prevención del lavado de dinero, al contar con mayores y mejores mecanismos de control de identificación, por ejemplo de clientes. Es el área conocida como KYC, por las siglas en inglés de ‘know your client’ (conoce a tu cliente), que ocupa parte de la actividad de los departamentos de cumplimiento de las entidades financieras, como parte de la prevención del blanqueo de capitales.
Un tercer área en el que el ‘regtech’ puede contribuir de manera muy innovadora es la interpretación automática de novedades regulatorias, por lo que los procesos, áreas y sistemas afectados por los cambios podrían identificarse inmediatamente y de forma muy eficaz.