Paula Puyoles
26 jun 2018
Análisis y opinión
“Los inversores aprecian que la transformación de BBVA tiene resultados tangibles”
“Me encanta la comida y me apasiona el deporte”. Al relatar sus aficiones, Jaime Sáenz de Tejada (Madrid, 1968) transmite que disfruta de la vida. De pequeño practicaba el baloncesto y el atletismo, después empezó a interesarse por el pádel y el golf, hasta que hace año y medio se fracturó el fémur y tuvo que dedicarle algo más de tiempo a la natación y la bicicleta. Se declara un amante de la cocina peruana, porque ofrece “la mejor fusión de sensibilidades de muchas partes del mundo, con una materia prima inigualable”. Se atreve con la comida chifa, pero “teniendo tanto talento a mi alrededor, no pienso competir en habilidades culinarias”. Casado y con cinco hijos - “uno de ellos va camino de ser chef, como su madre”- lleva más de 25 años en BBVA y, desde 2014, es el director financiero. Dedica su escaso tiempo libre a “vivir con mucha intensidad la educación de los niños y compartir actividades con ellos”. Ha tenido la suerte de vivir en Nueva York -en dos etapas diferentes-, Londres, Uruguay y Perú.