Gonzalo Camargo
22 may 2017
La característica más evidente del mundo es su capacidad de cambio inmediato. Lo que hoy día es novedad, mañana será obsoleto: corremos al ritmo vertiginoso que nos imprime la tecnología. Sin embargo, esa transformación diaria no hubiera sido posible sin el ingenio humano, que fue capaz de inventar las primeras formas rudimentarias de relacionar a los seres humanos entre sí.