Así son los nuevos edificios de las grandes empresas digitales
Muchas de las grandes empresas tecnológicas del mundo coincidieron hace unos pocos años en la necesidad de renovar sus sedes corporativas. Google, Apple, Facebook y Amazon se pusieron manos a la obra casi al mismo tiempo y dentro de unos meses todas ellas tendrán listas sus nuevas oficinas. Del mismo modo, en España, la Ciudad BBVA se ha convertido en un icono de la transformación digital del grupo financiero.
Apple
Hace diez años, el difunto Steve Jobs declaraba su intención de llevar a cabo un ambicioso proyecto para la construcción de una nueva sede central de la compañía de la manzana. Jobs descolgó el teléfono para pedir ayuda al prestigioso arquitecto británico Norman Foster y ahí arrancó un camino que se encuentra en sus últimos tramos hoy en día.
Conocido popularmente como el OVNI, el Apple Campus 2 acabará siendo un enorme rosco de 460 metros de diámetro y un anillo de 60 metros de anchura. Los empleados de la firma de Cupertino ocuparán las cuatro plantas de las que constará la instalación. Apple y Foster+Partners han bajado tanto al detalle que muchos de los elementos de la particular nave vestirán los mismos materiales que los archiconocidos productos de la compañía tecnológica. El aluminio de los MacBook estará presente en los pilares del edificio, las curvas del iPhone se distinguirán en las barandillas de las escaleras y las juntas entre las piezas tendrán un espacio de menos de un milímetro.
El OVNI dará cabida a 13.000 empleados y cubrirá todas las necesidades que requieran los mismos. Los trabajadores de Apple han tenido incluso la oportunidad de participar en la elección democrática de algunos de los aspectos estéticos que conformarán el edificio. Unos 8.000 árboles frutales salpicarán el paisaje del complejo, que más allá de su diseño galáctico pretende incorporar numerosas zonas verdes.
El nuevo campus de Apple funcionará al 100% con energía renovable gracias a los 65.000 metros cuadrados de placas solares de la cubierta del anillo y a la planta de carbón de bajas emisiones con la que contarán. Durante los picos de demanda de energía comprarán energías limpias del exterior. Asimismo, gracias a un novedoso sistema de ventilación natural con el que irá equipado el OVNI, podrán prescindir de calefacción y aire acondicionado durante tres cuartas partes del año. Además, la firma utilizará unos 600.000 litros de agua diarios que serán reciclados para el sostenimiento de las zonas verdes del campus.
Por otra parte, la compañía proveerá de 1.000 bicicletas al complejo para facilitar el desplazamiento de los trabajadores dentro del mismo, permitiendo que el transporte sea más limpio.
Imagen de la sede Apple durante las obras. | Foto: Apple
La firma tecnológica más presente en nuestro día a día lleva 15 años en la californiana localidad de Mountain View, sita en el conocido Silicon Valley. Tras década y media en el famoso Googleplex, formado por edificaciones tradicionales, Google ha dado un paso al frente al lanzarse a construir un campus de aspecto espectacular en el que combinarán habitabilidad con naturaleza.
Para ello, contrataron a dos importantes firmas de arquitectura: la danesa BIG y la británica Heatherwick. David Radcliffe, vicepresidente inmobiliario de Google, explicaba el momento en el que se encontraba la compañía cuando decidieron adecuarse a los nuevos tiempos: “Las empresas tecnológicas no han adoptado un lenguaje específico para sus edificios. Nos encontramos edificios antiguos, los ocupamos y trabajamos en ellos lo mejor que sabemos”.
Según el danés Bjarke Ingels de BIG, la ausencia de actualización inmobiliaria no afectaba solamente a Google sino que era una cuenta pendiente de las compañías de Silicon Valley. En opinión del arquitecto las tecnológicas nos han acercado al futuro mediante enormes inversiones en lo inmaterial, en todo aquello que tiene que ver con lo digital e internet.
Las líneas principales sobre las que descansa el moderno campus de North Bayshore son los espacios abiertos por doquier, los cuatro edificios previstos estarán formados por bloques ligeros con posibilidad de ser movidos si así se requiriera como si fueran de LEGO, la presencia de jardines y árboles bajo techo, la luz natural que ilumina el interior gracias a unos pabellones de cristal transparente y metal y los viales interiores para moverse en bicicleta. Será por tanto un campus en medio de la naturaleza y con ésta invadiendo armoniosamente el conjunto edificado. Todo ello, asimismo, con el fin de que el impacto medioambiental sea el menor posible en la zona.
En cuanto al consumo energético de una ciudad destinada a albergar a cerca de 20.000 empleados, Google cerró un acuerdo empresarial con una compañía de energía eólica para que el consumo de electricidad de sus instalaciones provenga de lo que generen sus aerogeneradores. De la misma forma, la superficie techada de los pabellones del nuevo campus contará con una ingeniería capaz de aprovechar la energía solar, un activo omnipresente en California.
Recreación virtual de una parte del nuevo complejo de Google. | Google+
El MPK20 es un edificio muy curioso. Por un lado, refleja muy bien el espíritu de Facebook y, por el otro, es la obra menos Gehry de las que ha ideado el canadiense Frank Gehry en los últimos años. Se trata de una edificación de una sola estancia continuada donde destacan sobremanera dos aspectos: su sobriedad y su ausencia de jerarquías. Su falta de artificios sorprende al más pintado cuando conoce que la obra pertenece al arquitecto que hizo posible el Guggenheim de Bilbao o el EMP Museum de Seattle. La omnipresente desjerarquización tiene en Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, a su principal muñidor. Quería unos cuarteles generales en los que él mismo y el último de los becarios tuvieran acceso a los mismos espacios, que gozaran de las mismas mesas y servicios, que nadie tuviera la opción de reunirse en una sala mejor que la del vecino. “Nuestro objetivo era crear el espacio perfecto para que nuestros equipos pudieran trabajar juntos. Queríamos que nuestros espacio creara la misma sensación de comunidad y conexión entre nuestros equipos que tratamos de favorecer con nuestros servicios alrededor del mundo”, escribía en su perfil Zuckerberg.
Sito en Menlo Park, el MPK20 cuenta con una capacidad para unos 2.800 empleados y tiene la particularidad de que el tejado del edificio resulta un jardín de unos 36.000 metros cuadrados con más de 400 árboles. Pese a ser un edificio sin apenas concesiones a galería, Zuckerberg contrató a 15 artistas contemporáneos locales para que pintaran partes de los muros interiores de hormigón, dotando a las estancias de un colorido y diseño muy originales.
“El edificio en sí mismo es muy sencillo y no es lujoso. Está hecho así a propósito,” explicaba el CEO de Facebook. “Queremos que nuestro espacio se sienta como un trabajo en continuo progreso. Cuando entres en nuestros edificios, queremos que sientas todo lo que aún hay por hacer en nuestra misión para conectar el mundo”.
La obra de Gehry, inaugurada en 2015, cuenta con la certificación LEED de oro, sistema de certificación de edificios sostenibles desarrollado por el Consejo de Construcción Verde de los Estados Unidos.
Vista aérea de las nuevas oficinas de Facebook.
Amazon
El líder mundial del comercio electrónico tendrá su nueva sede en Seattle finalizada en unos años, toda vez que el estudio de arquitectura británico NBBJ terminó de diseñar en 2015 el encargo de Jeff Bezos.
A diferencia de los centros corporativos citados anteriormente, el de Amazon está ubicado en uno de los barrios más concurridos del centro de la ciudad del estado de Washington. El proyecto cuenta con tres rascacielos de gran altura, otros dos de tamaño mediano y un conjunto de cúpulas que se han dado en llamar las Biosferas.
Las Biosferas resultan lo más novedoso de la propuesta. Se trata de tres esferas con cubierta de cristal y marcos metálicos que convergen entre sí y que alcanzan una altura de 30 metros. Están dispuestas de manera consecutiva y emplazadas en medio de los rascacielos. Se encuentran en plena construcción y su interior albergará decenas de miles de plantas de todo el mundo –entre ellas algunas especies en peligro de extinción–, manteniendo una temperatura que oscile entre los 20 y los 22 grados centígrados. Para ello las plantas escogidas tendrán que poder resistir de forma natural a este microclima que se pretende establecer.
“La idea es crear un enlace con el mundo natural para que así los empleados de Amazon puedan llevar a cabo tormentas de ideas mientras respiran aire fresco”, declaraba John Schoettler, director inmobiliario global de Amazon.
El conjunto de las esferas va a contar con cinco alturas en su interior para un total de 6.000 metros cuadrados en los que amen de las citadas plantas se dará cabida a árboles maduros. Además, contará con cafeterías, espacios de reunión y de esparcimiento.
El estudio NBBJ aspira en su proyecto original a conseguir para todo el conjunto de edificios la certificación LEED de oro.
Diseño del aspecto que tendrán las Biosferas de Amazon.
Ciudad BBVA
El joven barrio de Las Tablas de Madrid ha visto nacer, crecer y ocuparse a la Ciudad BBVA. Con 6.000 empleados en sus edificios, el aplaudido proyecto del estudio de arquitectura suizo Herzog & de Meuron se ha convertido en un icono de la transformación digital del banco y en un referente de la expansión empresarial hacia la zona norte de la capital de España. La inspiración de Jacques Herzog y Pierre de Meuron a la hora de idear los cuarteles generales de BBVA partió de las ciudades de hace siglos; urbes como las medievales o las romanas.
La Ciudad BBVA, de 114.000 metros cuadrados de superficie, consta de siete edificios bajos entrelazados que recorren todo su perímetro. En su interior, un gran plaza ocupa el espacio principal en cuyo centro se yergue La Vela, una torre singular y curvilínea de 19 plantas que fue bautizada con el citado sobrenombre por los propios empleados del banco. Con una alzada de 93 metros, La Vela ha pasado a convertirse en uno de los hitos arquitectónicos del skyline de Madrid.
“La atmósfera del campus es la de una ciudad: hay callejuelas, calles, plazas y jardines, edificios grandes y pequeños, viejos y nuevos, reglas y excepciones”, resumen los arquitectos suizos.
En el proyecto se plantearon zonas de trabajo sin despachos, con espacios abiertos y comunes en los que también existen salas de reuniones transparentes. Además, el puesto de trabajo del Consejero Delegado y el de, por ejemplo, un técnico de marketing son idénticos. La jerarquía, cómo no, existe como en cualquier otra compañía pero no se refleja en la ubicación y el tamaño de los espacios que ocupan los empleados de BBVA.
Los empleados reciclan el 100% de los residuos que se generan en el día a día gracias a los puntos de recogida instalados por doquier. Además, la iluminación LED con la que cuenta el complejo reduce considerablemente el gasto en electricidad. Estas luces ecológicas, unidas a la instalación de vigas refrigeradas con agua fría y a un sistema de regulación de aporte de luz natural y de detección de presencia, consiguen que el ahorro de energía total del complejo supere el 30%. También resultan decisivas las 2.800 lamas exteriores que impiden la entrada directa del sol a través de los omnipresentes cristales con los que cuenta la fachada.
Los techos de los edificios bajos están cubiertos de vegetación que apenas necesita riego y cuentan, asimismo, con un sistema de canalización para poder reciclar el agua de la lluvia y contribuir también a hacer de la Ciudad BBVA un lugar más sostenible. Sus más de 31.000 metros cuadrados de zonas verdes disponen de 100.000 plantas de matorral y arbustos, más de 400 plantas colgantes y casi 500 árboles.
Como consecuencia de todo ello, la Ciudad BBVA ha sido distinguida recientemente con la prestigiosa certificación LEED Oro.
La Ciudad BBVA de noche. | Fotografía: © Rubén Bescós