Arteterapia como bálsamo y medicina: así mejora la vida de los pacientes
La pintura o las artes plásticas ayudan a mejorar el bienestar humano y la salud mental: desde el estrés, la ansiedad, la depresión hasta las enfermedades mentales más graves.
Cuando la Guerra Civil estalló en España, en 1936, las autoridades de Madrid, Murcia, Barcelona, Cuenca o Albacete apartaron a los niños y niñas de la experiencia traumática del conflicto enviándolos a colonias del Ministerio de Educación de la República Española. Allí trataron de llevar una vida normal, ajenos a lo que se gestaba en el resto del país: jugaban, aprendían y dibujaban, aunque separados de sus familiares. Los dibujos realizados por los menores revelaron su vida antes del estallido de la contienda, su estancia en estos centros y las escenas bélicas que muchos presenciaron. La arteterapeuta Ana Hernández fue una de las investigadoras que ayudó a rescatar y documentar todas estas ilustraciones: “Suministrar una hoja de papel y unos lápices de colores a los niños, supone una de las mejores medicinas para el dolor psíquico, así como un valioso testimonio”, alegó en ese entonces.
Hoy, la Asociación Americana de Arteterapia (ATAA) define esta disciplina como una profesión que integra la salud mental y servicios humanos que busca enriquecer la vida de las personas, las familias y las comunidades a través de la creación de arte activa, el proceso creativo, la teoría psicológica aplicada y la experiencia humana dentro de una relación psicoterapéutica. “Como la definición indica, las artes son beneficiosas para mejorar el bienestar humano y la salud mental, entendida en un sentido amplio, desde el estrés, la ansiedad, la depresión o enfermedades mentales más graves. Tiene la capacidad de organizar en una nueva armonía lo que queda desestabilizado en la psique humana”, explica Marian López Fernández-Cao, catedrática y arteterapeuta de la Universidad Complutense.
En noviembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe sobre los beneficios del arte en la salud y el bienestar. El documento señala cómo las artes pueden apoyar el desarrollo de las personas, fomentar los comportamientos que promueven la salud y contribuir al cuidado. Señala aspectos tan fundamentales para el desarrollo humano como el compromiso estético, la participación de la imaginación, la activación sensorial, la evocación de la emoción, la estimulación cognitiva o la interacción social. E incluye beneficios psicológicos (el aumento de la autoestima, de afrontamiento y regulación emocional); fisiológicos (menor respuesta de la hormona del estrés, la función inmune mejorada y una mayor reactividad cardiovascular); sociales (reducción de la soledad y el aislamiento, un mayor apoyo social); o comportamentales (conciencia y regulación corporal, fortalecimiento de una personalidad creativa, adopción de comportamientos más vinculares, desarrollo de habilidades).
La pedagoga y científica Regina Lago publicó en 1940 la obra ‘La guerra a través de los dibujos infantiles’. “Este texto es clave porque es el primero que plantea el dibujo de los menores como un modo de evaluar los traumas para ayudarnos a comprender la asimilación e integración psíquica de los hechos. El dibujo tiene la habilidad de elaborar, estructurar y organizar formalmente aquello que se encuentra desorganizado interiormente”, explica López Fernández-Cao. De los 1.872 dibujos recogidos, Lago analizó 624 correspondientes a menores de entre 6 y 14 años. En ellos estudió el dolor, la ausencia, el duelo y la integración de todo ello en el día a día. Este documento es el primero que reflexiona sobre el poder estructurador del dibujo y sus beneficios en los niños víctimas de episodios traumáticos como las guerras.
López Fernández-Cao explica que este proceso de creación se realiza en un espacio seguro y con el acompañamiento profesional de los menores, que “tienen la capacidad de exteriorizar aspectos internos que pueden estar desorganizados, ayudar a estructurarlos visualmente —los lenguajes visuales, como todas las lenguas, aportan estructura a la par que comunicación— y a integrarlos de nuevo”. Por ello son recomendables como apoyo en aquellos procesos donde la persona necesita reencontrarse o comprender qué sucede a su alrededor. Por ejemplo, en aquellos procesos traumáticos, donde la palabra no llega o no es suficiente, el arte es más leve, menos invasivo y “conecta los dos hemisferios cerebrales donde la memoria emocional se conecta con el discurso”.
Obra de la Colección BBVA expuesta en el Hospital Universitario Cruces de Barakaldo - BBVA
Desde el punto de vista clínico, la arteterapia surge en España de la práctica del aprendizaje experimental en hospitales médicos y psiquiátricos. Uno de los primeros métodos de investigación consistió en observar el arte realizado por pacientes con enfermedades mentales. Los primeros artículos publicados en España relacionando la pintura de personas con este tipo de patologías con el arte moderno fueron del neurólogo y psiquiatra Gonzalo R. Lafora entre 1915 y 1922, contribuyendo a la incipiente literatura de psiquiatría y arteterapia en España, según la revista de Historia de la Psicología. En Europa existe el importante consorcio ECArTE, el European Consortium of Arts Therapies Education, que agrupa a 34 universidades que ofrecen arteterapia a nivel universitario.
BBVA ha impulsado desde principios de año, en colaboración con la Fundación [H]arte, una iniciativa de arteterapia con la exposición ‘A través de la ventana’ en el Hospital Universitario de Cruces de Barakaldo. La muestra consta de 24 grabados de los fondos de la entidad financiera, enlazados una lista de reproducción de canciones mediante un código QR, de artistas del siglo XX de la Colección BBVA como Amalia Avia, Juan Navarro Baldeweg o Riera i Aragó. "Siguiendo las recomendaciones de la OMS de incluir el arte y la cultura en los sistemas sanitarios, estamos convencidos de que el arte contribuye al bienestar de los sanitarios y pacientes", explica María Luisa Barrio, responsable de Patrimonio Artístico y Archivo Histórico del banco. “El poder terapéutico de las artes plásticas y la música tiene un impacto enorme en las personas”, concluye.