Arquitectura y ciudad: una pareja indivisible
“Ciudades del futuro: de Roma a Marte”. Este es el título del congreso de arquitectura que organizó ayer OpenHouse en Madrid. En un fin de semana en el que la capital abre sus edificios más icónicos, expertos del mundo de la arquitectura y del urbanismo debatieron sobre el papel de las ciudades como reflejo de las sociedades que las habitan.
En Roma hasta lo poco armonioso se convierte en bello, comenzó Anatxu Zabalbeascoa, moderadora de las ponencias. Ha conseguido lo que todas las ciudades quieren: ser reconocible en todo el mundo a través de sus edificios memorables. Convertirse en postal. En Roma todas las grandezas se pierden en el tejido urbano. “Visto desde lejos, incluso lo feo es bonito, y nada es más importante que otra cosa”. Como en todas las ciudades mediterráneas se vive en la calle, y esto es algo vital. Que las calles puedan ser vividas por los ciudadanos, y que estén pensadas por y para ellos.
Los ponentes coincidieron en destacar que los hábitos y los valores de la sociedad se reflejan en los espacios públicos de sus ciudades. La convivencia es sin duda un factor fundamental para conseguir que el desarrollo de estos espacios se haga de manera positiva. No solo la convivencia de personas, sino la de usos y de estilos.
Daniel Modol, concejal de arquitectura del Ayuntamiento de Barcelona, destacó que el gran reto de las ciudades es conseguir ser flexibles para adaptarse y dar respuesta a las demandas de sus habitantes de una manera ágil. Defendió además el derecho a una buena arquitectura, como patrimonio de todos. “La buena arquitectura es tan cara como la mala”.
El conocimiento es el único bien que tenemos que crece al ser compartido"