Simples consejos para reducir la huella de carbono en el hogar
Las actividades del día a día generan emisiones de dióxido de carbono. Si bien las industrias impactan más que las personas, es importante ser conscientes de las emisiones vinculadas a la vida diaria para mitigar los efectos del consumo humano en el medioambiente.
El café de la mañana, la primera vuelta por las redes sociales, el traslado a la oficina, el almuerzo con los compañeros de trabajo, incluso si comes en casa, son acciones que se pueden tener en cuenta dentro de la huella de carbono.
Pero, ¿qué es y para qué se mide? La huella de carbono es un parámetro de medición ambiental, un indicador que señala las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que el ser humano genera, directa o indirectamente, con sus actividades y consumos. En el caso de las empresas, responde a la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) que liberan a la atmósfera. En otras palabras, es la marca que cada persona u organización deja en el planeta.
Una forma de tomar acción contra el cambio climático es reducir la huella de carbono y, de no ser posible, compensarla. Es por ello que tener un mayor conocimiento sobre las consecuencias de nuestras acciones diarias es clave y, entre otras cosas, evita que debamos llevar adelante futuras mitigaciones.
Cuestionar hábitos para cuidar el medio ambiente
Un buen ejercicio para reducir la huella es hacerse preguntas sobre el día a día:
- ¿Qué tipo de envases se usan en casa? ¿Dónde se producen? ¿Qué se hace con ellos una vez utilizados? Para muchos, usar materiales reciclables y envases reutilizables se ha convertido en parte de la rutina. Reducir los plásticos es muy valioso y necesario, pero es una acción que necesita de otra complementaria: la separación de los residuos. Como se trata de una tarea compleja de organizar, lo recomendable es tomarlo como un proyecto, analizar los espacios disponibles en la casa y cual es el mejor circuito para el tiempo que disponemos. La gestión de la propia basura sentará las bases para todo el resto.
- Durante la noche, ¿Cuántas luces hay prendidas? ¿Para qué sirve cada una? ¿Cuántos aparatos eléctricos hay conectados a la pared? Ser eficientes energéticamente -apagar las luces y desenchufar los aparatos cuando no se los esté utilizando, etc- puede parecer un ejercicio de memoria, pero con los días se convertirá en una acción automática. El siguiente paso para reducir la huella de carbono será analizar qué calificación energética tienen los electrodomésticos que hay en el hogar.
- ¿Cuál es el medio de transporte más utilizado por la familia? ¿Para qué se utiliza? ¿Se puede suplantar por una movilidad sostenible? Hay traslados en auto que son inevitables, pero muchos otros se pueden hacer en bicicleta o caminando. Casi nunca es necesario utilizar el auto para hacer 10 cuadras hasta la panadería.
- ¿De dónde vienen los alimentos que están sobre la mesa? Desde que salió del campo, ¿cuántos kilómetros viajó esa carne? ¿Dónde se produce la palta? El origen de los productos que se consumen se ha convertido en parte importante de la alimentación saludable. En algunas ocasiones se tratará de optar por lo orgánico, pero en otras será una cuestión de cercanía. La huella de carbono de la comida se calcula por la forma en que se produce, el tipo de conservación que requiere y los kilómetros que debe viajar para consumirse. Cada vez son más los productores y las empresas que asumen políticas de sostenibilidad. Optar por aquellos que lo hacen es una forma de mostrar con hechos concretos qué tipo de alimentos queremos consumir.
BBVA mide su huella de carbono
Desde hace algunos años, BBVA en Argentina pone por delante su fuerte compromiso con la protección ambiental. Además de implementar políticas de eficiencia energética y la reducción y gestión de residuos en sus propias oficinas, en 2021 la entidad financiera obtuvo el certificado Clean CO2 como garantía de la compensación de las emisiones efectuadas el año anterior. Esto la acredita como organización neutra en emisiones y le permite respaldar proyectos de compensación de emisiones de la cartera de Clean CO2.
Además, en 2018, BBVA se comprometió a alinear su cartera de crédito con los objetivos de calentamiento global del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y apoya la necesidad de alcanzar cero emisiones netas de dióxido de carbono en 2050. Así, la entidad avanza en los desafíos que enfrenta la sociedad en materia de cambio climático y sostenibilidad y representa un impulso para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).