Crédito UVA, ¿una alternativa al alquiler en Argentina?
Los préstamos para adquirir una casa son esenciales para dinamizar el mercado inmobiliario y vuelven a ocupar un lugar clave en la economía nacional.
Después de años de casi total ausencia, los créditos hipotecarios han vuelto a ser una opción en Argentina, generando esperanzas de reactivación. Los bancos ofrecen préstamos para la compra, ampliación y refacción de viviendas, con el objetivo de impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, expertos advierten que el impacto a largo plazo dependerá en gran medida de la inflación y la estabilidad económica, mientras que la accesibilidad y los requisitos siguen siendo barreras para muchos posibles tomadores.
A diferencia de otros países donde los créditos hipotecarios son una herramienta fundamental para facilitar el acceso a la vivienda, en Argentina esta oferta estuvo históricamente limitada. Por eso la reaparición del crédito es una noticia muy bien recibida por el mercado inmobiliario y es vista como un paso positivo para generar empleo y dar acceso a la vivienda propia. Sin embargo, su impacto a largo plazo todavía es una incógnita.
Federico González Rouco es economista y se dedica a investigar el mercado inmobiliario. Publicó los libros El sueño de la casa propia; Dueños o inquilinos; y Vivienda: el relato. Según explica, en Argentina la situación del crédito hipotecario cambió a partir de abril de este año. “Antes estábamos en el peor momento, según el volumen de créditos generados mensualmente como con base en el stock de crédito hipotecario con relación a la economía”.
Sin embargo, en los últimos meses, a partir del relanzamiento de la mayoría de los bancos de sus líneas de crédito, el monto mensual desembolsado registró cierto repunte, aunque aún se ubica en montos muy bajos: “En julio, por ejemplo, fue de alrededor de 17 millones de dólares. El margen para crecer es enorme. El limitante está en los ingresos y los requisitos, no en la demanda”.
Riesgo vs. oportunidad
Para decidirse a tomar un crédito, lo primero a autoevaluar es la situación laboral y su perspectiva de carrera. “No es lo mismo alguien de 30 años, por ejemplo, con una curva de ingresos y de experiencia laboral con mucho potencial, que alguien con 45 o 50 años, cuyo recorrido laboral ya haya acumulado mucho crecimiento de ingresos”, explica González Rouco.
Para él, jóvenes de buenos ingresos en relación de dependencia y aquellos que quieran acceder a financiamiento para completar una transacción son el público ideal. Además, agrega que si la cuota se ajustara por inflación “lo que habría que mirar es la relación cuota/ingreso y el riesgo que pueda conllevar un aumento de la inflación y/o caída del salario real”.
Según González Rouco, “lo principal a tener en cuenta es la tasa de interés (y el resto de los costos) y poder tener una relación cuota/ingreso que no llegue al máximo permitido para tener cierto margen. Es decir, si se puede comenzar en 20% es mejor que hacerlo en 25%”.
Los créditos UVA
Los créditos UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) son un tipo de préstamo en Argentina cuyo valor está atado a la inflación, es decir, se ajusta según el índice de precios al consumidor (IPC). Fueron introducidos en 2016 para facilitar el acceso a la vivienda, ofreciendo cuotas iniciales más bajas en comparación con los créditos tradicionales. Sus principales desventajas son el riesgo significativo de que las cuotas aumenten con la inflación, afectando la capacidad de pago y la incertidumbre que esto genera sobre el costo final del crédito.
Santiago Magnin es corredor inmobiliario, docente y fundador del sitio especializado deinmobiliarios.com. Como representante del sector, es optimista: “Nosotros tenemos la esperanza de que la actual política de créditos hipotecarios tenga la misma dinámica que hubo con los créditos UVA durante el período 2016/2017, ya que, aunque empezó de forma tímida, muy rápido empezó a haber mucho más créditos y movimiento: subieron los precios y la cantidad de transacción aumentó generando un círculo virtuoso para el sector”.
Al respecto, explica: “Los UVA están inspirados en las Unidad de Fomento (UF) chilenas que nacieron en 1967 con una inflación de entre 20 y 30% anual y, a partir de entonces, Chile logró bajar la inflación. No solo se dieron créditos hipotecarios, sino que ahora hay depósitos en UF, los contratos entre privados se firman en UF en vez de pesos chilenos y, de esa forma, el país pudo pesificar la economía y no necesitar de la divisa de otro país”. Las UF siguen siendo una herramienta crucial en la economía chilena, simbolizando la adaptación del país a las condiciones inflacionarias y su esfuerzo continuo por mantener la estabilidad económica.
Respecto a la posibilidad de tomar un crédito UVA en Argentina, González Rouco advierte: “Lo que debe mirar un potencial deudor UVA es la propia expectativa de mejora de ingresos y cómo puede cubrirse ante eventos de aceleración de la inflación y de la cuota. Con eso, debe pensarse qué recaudos se pueden tomar en términos de ahorro para cubrir posibles desfasajes”.
BBVA en Argentina pone a disposición de sus clientes una línea de créditos hipotecarios UVA destinados a la compra de primera o segunda vivienda de uso permanente. Serán en pesos ajustables por UVA más una tasa fija nominal anual de 6,5%, para quienes perciban su sueldo en la entidad y de 9.5% para quienes no lo hagan. El plazo máximo será de 240 meses y la línea de crédito es sin un monto máximo.