Qué es la identidad digital y cómo protegerla
Al interactuar en redes sociales, los usuarios comparten información de su día a día, en el hogar, en la escuela, en la oficina o inclusive en las vacaciones. Cada persona va creando una huella virtual que puede tener consecuencias muy concretas si no se toman los recaudos necesarios.
La identidad digital es la información que existe en internet sobre cada persona. En otras palabras, la versión ‘online’ de la identidad física. A veces son datos que provee el usuario y otras veces son datos que dan personas con las que se interactúa. Esto sucede cuando se etiquetan amigos, se comparten contenidos o se suben imágenes de los hijos.
Las fotografías, números de teléfono y direcciones de correo electrónico, así como los hábitos y aficiones o lugares que se han visitado, son huellas que, de forma consciente o inconsciente, los usuarios van dejando en internet.
Para impedir que personas ajenas tengan acceso a la identidad digital, la información que el usuario comparta debe estar protegida. ¿Cómo hacerlo?
A continuación, BBVA en Argentina ofrece una serie de consejos clave para tener una vida virtual segura:
- Crear contraseñas robustas y diferentes en cada uno de tus servicios ‘online’. Esto puede parecer una obviedad, pero cada vez son más los servicios que se gestionan en línea, por lo que es importante tomar con seriedad la creación de contraseñas. En este sentido, la recomendación es utilizar mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales, y alejarse de las más comunes, como fechas de cumpleaños y lugares de nacimiento.
- Configurar correctamente los ajustes de privacidad de las redes sociales. En Facebook e Instagram, se puede hacer accediendo a 'Configuración' y luego a 'Privacidad'. Allí se podrá seleccionar quienes podrán ver el ‘feed’ o muro, las historias y los ‘reels’ de cada uno.
- Activar el doble factor de autenticación en los servicios que lo permitan. En caso de que algún extraño haya tenido acceso a la contraseña, esta capa adicional de seguridad evitará que puedan ‘loguearse’. Habitualmente, se trata de un código de verificación que llega por mensaje de texto del teléfono móvil o por email, según elija cada uno a la hora de activarlo.
- Practicar el 'egosurfing'. Esto consiste en comprobar, a través de buscadores, qué tipo de información hay publicada sobre cada uno en internet. Si lo que se encuentra no es del agrado del usuario, podrá pedir al sitio web que corresponda que elimine la información. En Google es posible rellenar un formulario para solicitar que se retire información personal.
- Borrar los datos de navegación de forma periódica. Esto se debe hacer en los ordenadores que se usen habitualmente. Se deberán eliminar las ‘cookies’, el ‘caché’ y el historial, los elementos que permiten rastrear para qué y cómo usamos internet.
- Utilizar el modo incógnito cuando no se desee que Google rastree y recuerde la actividad. Esto se suele aplicar cuando una persona no quiere que se guarde información sobre qué sitios navega o saber qué tipo de compras ‘online’ hace. Con el modo incógnito se evita, además, que el navegador guarde contraseñas. Para abrir una ventana con este modo es necesario pulsar sobre los tres puntos verticales ubicados a la derecha de la barra de navegación.
En definitiva, es necesario siempre tener consciencia del tipo de información que se publica en internet. Una vez compartida, la persona pierde el control sobre ella. En el caso de la vida virtual, siempre es más fácil concentrarse en prevenir futuros inconvenientes.